Capitulo 4

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Bendito encuentro...

- Bienvenido a Sherbrooke Place, Su Gracia- saludó con fría cortesía Leto, una vez recuperada de su impresión.

-Gracias por recibirme en vuestro hogar, mi lady- respondió Rossdale y en su mente se dijo:" si Charlie quiere jugar tomando pose de altiva e indiferente, jugaremos. No se librará de mi."

-Bien sabéis, su Gracia que nunca habéis necesitado  de invitación alguna para venir.

- Entonces, si me consideráis uno de vuestros seres queridos, ¿ puedo volver a llamaros Charlie, mi Lady?- dijo Alex, aprovechando la oportunidad que se le presentaba.

Ante tal atrevimiento, Leto no supo si indignarse o reír. Era tan propio de Rossdale aprovechar cualquier ventaja que el adversario de ofreciera!!! - No creo que sea lo correcto, su Excelencia- y remató- Las circunstancias han cambiado, ya no somos unos niños para tratarnos con tanta confianza. Además, Ud. lo prefirió así, y francamente, creo que su decisión fue la más acertada. Tengo una reputación que cuidar y, seguir tratándonos con demasiada familiaridad perjudicará mis chances de escoger un buen esposo entre las propuestas matrimoniales que mi padre recibe por mi.

Alex, en silencio aplaudió la respuesta dada por Leto: " ¡Touché!." Cuando se aprestaba a responde al objeto de sus deseos fue interrumpido por la oportuna llegada de Rawlings, Laugthon y Saatfield. Rossdale, al ver a este último sintió unas irrefrenables ganas de infligirle los peores tormentos por haber osado pedir la mano de "su duquesa". Claro está que el vizconde no sabía de sus sentimientos hacia Leto, y al parecer la falta de interés que la chica tuvo en aceptar su propuesta no afectó en lo más mínimo su orgullo, pues a la semana estaba enredado en relaciones con la casquivana Lady Crompton, cuya controladora e insaciable lascivia era una de las razones principales de haberse apuntado a la excursión a casa de los Blaze.

¡Alistair, bienvenido a casa!!!- expresó con profundo cariño Leto. Aunque por dentro sólo tenía ganas de aplicarle tormento!

- Gracias querida- y dicho estos se acercó con sigilo a la puerta. Una vez cerciorado que no había sirvientes deambulando por el corredor, prosiguió: aunque no creo que sean muy sinceras tus ganas de verme.

-Todo lo contrario, querido. Sólo teniéndote presente puedo decirte ¡Cuan cruel, despiadado e irresponsable que has sido! - añadiendo- De todas las mujeres del mundo... ¡¿Cómo pudiste desgraciar así la vida de la dulce Heather?!

Los caballeros presentes, incluido Rossdale, no se inmutaron ante el despliegue de ira y modales poco apropiados para una dama  demostrado por Leto; para ellos era reconfortante vislumbrar a una verdadera rosa inglesa, esa que tenía espinas, mismas que la bajaban del Olimpo al que habitualmente los petimetres de la ton las elevaban con el fin de conseguir sus favores e influencias. Ver a la deslumbrante Lady Charlotte Blaze enzarzada en defender lo justo con vehemencia y alguna que otra palabrota, les daba alas para encontrar una mujer como ella, porque la susodicha estaba prohibida para ellos: era hermana de uno de los suyos y, las reglas se respetan. Bueno, eso fue hasta que cierto bribón desgració a cierta prima...

Para aliviar un poco la tensión del ambiente, Lord Saatfield, erigiéndose en representante del grupo, saludo:

- ¡Es un placer estar en volver a verla Lady Leto! Cada día no hace as que embellecer.- dijo zalamero Lord Thorne Hamilton, vizconde Saatfield.

- Me sumo a lo expresado por Saatfield, mi estimada Charlotte. Su belleza hace palidecer hasta la flor más hermosa- continuó el vivaz Raymond Loring, marqués de Laughton, quien por el rabillo del ojo examinaba la reacción de Alexander tras los empalagosos halagos a Charlie. Observación que no escapó a los ojos de Rossdale.

Buenas Intenciones©  #1 Serie Magníficos  COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora