CAPITULO 19

11.8K 1.1K 32
                                    

Campanas de boda... y otros.

Cosgrove Hall, Derbyshire diciembre de 1815

- ¡ Sólo un par de locos como Rawlings y Terry tienen la ocurrencia de celebrar una boda después de la primera nevada del año!- dijo un irritado Lord Rossdale.

- Soy de la misma opinión. Al parecer mi hermano perdió el juicio cuando se fijó en mi querida Terry.

- Lo importante es que al fin concretarán su sueño. Lo cual es una mera  formalidad, dado que la noche de bodas la tuvieron antes que nosotros.- dijo el duque, esquivando hábilmente el zapato que le lanzó su mujer.- Venga querida, no he dicho nada que la familia y los habitantes de esta casa no sepan.

- Es cierto, pero recuerda que las paredes tienen oídos. Especialmente cuando una de las cotillas y casquivanas más grandes de Gran Bretaña ahora forma parte de la familia.- dijo Leto aludiendo a la prodigiosa Anette Lonsdale ( ex Crompton), quien gracias a su repentino matrimonio, gentileza Gretna Green, con RogerLonsdale, hermano de la novia.

- Otro ejemplo más que en esta familia no heredaron las luces de la línea Ross.

- Hablando del diablo... ¿Sabes si Thorne vendrá? La carta que recibí de él hace dos días indicaba que si, pero no quería incomodar con su presencia debido a su pasada y bullada relación con esa mujer.

- No creo que se trate de eso. Roger ya sabe que eso fue una farsa para que él secdecidia concretar con Lady Anette. Además, Thorne tiene la altura de miras suficiente como para evitar refererirse al tema. No sería la primera vez, por cierto. Creo que la verdadera razón es la misteriosa mujer del beso. Ese bribón está tan enamorado que en cada pared ojos azules busca la mirada que le atormenta. ¡Recuerda tú cuando vimos a la señorita Crane!, salió despavorido del invernadero. Tal vez Ray y tú se tragaron el cuento de las hierbas, yo no.

- ¿ Estás seguro?- dijo una preocupada Leto.- Ojalá logre dar con ella, y si es así, que se trate de una buena mujer.

- Sabes que siempre apuesto sobre seguro, querida. Y si su estado es errático y evasivo es porque la conquista no le será fácil o bien, no es libre. A estas alturas, el hábil Thorne Hamilton, vizconde Saatfield, ya sabe la identidad de su musa.

- ¿ Y cuando un anillo y un par de votos han sido impedimento para que conquiste a una mujer?

- Bueno, cuando un vizconde popular y atractivo se enamora. La despreocupación y falta de arraigo de Thorne es un mero disfraz. Es tan posesivo como yo.- dijo esto último acercándose lentamente hacia Charlie.

- ¿Siempre fue así, milord?- dijo la mujer.
- No, mi Lady. Comencé a ser víctima de ello hace casi un año. Cuando la mujer más hermosa sobre la tierra descendió ante mis ojos descubriendo sus bondades a este humilde servidor. Saatfield también lo notó, y sentí deseos de matarlo por posar sus ojos sobre ti.
- ¡Pero si te marchaste y no cumpliste tu promesa del vals! Como te odié Alexander Domeric Ross. Ese día juré no brindarte ningún baile.

- ¡Y bien que la cumpliste! Cuando te vi en el baile de los Randall bailar dos valses seguidos con Saatfield, quise matarlo!

- Pobre.- dijo Leto- Lo que no sabes es que  dos días antes pidió mi mano. Y yo cortésmente, me negué. Los dos bailes fueron una forma de desagravio.

- Lo importante es que estamos juntos. Te amo Charlotte Rosaline Ross. Nunca me cansaré de decirlo.

- Y yo Rossdale. Hasta mi último aliento.

----------------------------

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

----------------------------

La ceremonia fue emotiva y rápida. Saatfield asistió, compartiendo con todos y presentando sus respetos a Lord Roger y  su flamante y enamorada esposa. Pero la sombra en su mirada denotaba pérdida y desazón. Ya hablaría con él. Ahora no, era el gran día de sus hermano y su cuñada, un día feliz. Pero esa felicidad sólo era eclipsada por el secreto que crecía dentro de Leto.

Cuando los novios se marcharon a su nuevo hogar, la recientemente remodelada casa de la marquesa viuda de Sherbrooke, Charlotte se acercó sigilosamente hasta su esposo y le llevó hacia el invernadero.

- ¿ Que desea mi querida Charlie?- inquirió Alexander al reconocer el lugar como uno de los tantos en los que compartía confidencias con una niña de cabello y ojos castaños.

- ¿Recuerdas la última conversación que sostuvimos aquí? Fue antes de tu viaje junto a los chicos.

- Claro.- rememoró Rossdale- Creo haberte dicho que no escogieras marido mientras no te diera el visto bueno. En eso veo que cumpliste, tú elección cuenta con mi total aprobación.- sonrió  Alexander con suficiencia, suavizando las cinceladas facciones de su rostro.

- Si, es cierto. Pero también preguntaste sobre donde me gustaría vivir, si deseaba viajar, cuantos hijos esperaba tener...- enumeró Leto, aparentemente despreocupada .

- Hummm... Creo que dijiste cuatro.- y cayendo en cuenta de lo que decía su esposa, preguntó ilusionado- ¿ Estás segura?

- Si. A menos que un retraso de dos meses en una mujer regular y las continuas e ininterrumpidas sesiones nocturnas en nuestra cama desde que nos casamos, signifiquen otra cosa.

La dulce mirada de Charlotte atrapó la suya, transmitiendo la promesa de un futuro de risas y amor. Eso sí, no exento de alguna que otra discusión. ¿ Pero que cielo perfecto no tiene un par de nubes en su lienzo de vez en cuando?

- Me has regalado el mundo Charlie.- dijo el duque estrechándola en sus brazos y besando suavemente su nariz.

- Y tú Alex, me has dado el universo.

FIN

Buenas Intenciones©  #1 Serie Magníficos  COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora