" La pasión siempre ha sido el único orador que convence."
La mirada de Leto se posó en Alex, su esposo, mientras este la depositada con suavidad sobre la gran y centenaria cama en la cual ocho generaciones de duques de Rossdale habían dormido junto a sus flamantes consortes.
Cuando sintió alejarse al duque, Charlotte sintió un escalofrío de anticipación. No es lo mismo soñar con tu noche de bodas y tener unos cuantos momentos de pasión no consumados con tu prometido, a vivirla.
- En que piensa, Excelencia- dijo con socarronería teñida de deseo Alex.- ¿Acaso, no le agrada lo que ve?
Evidentemente embobada por la impresionante estampa de Alex en paños menores, Leto sólo atinó a negar con la cabeza.
Complacido por el poco habitual mutismo de Charlie, Rossdale cual peligroso felino acechando a su víctima se aproximó a la indefensa, más no menos ansiosa, prisionera, cercándola sutilmente, tocándola sólo con el roce de su aliento y con las fibras de su fuerte y apasionado ser, siendo aquello más agobiante que cualquier tortura existente.
- Desnúdate para mi, dulce Charlie.- dijo el duque, sacando a la mujer de su extasis particular.
_ Necesito un poco de ayuda, mi Lord. ¿ Sería prudente llamar a mi doncella, o... gustaría Ud. de desempeñar dicho rol?.- dijo la duquesa, con voz ronca y evidente anhelo, mientras quitándose una a una las horquillas que sujetaban su preciosa cabellera.
- Creo que no me importaría ayudar a una bella dama en apuros.- y con la habilidad adquirida por años de práctica en estos menesteres, comenzó a desvestir a su mujer, quitando con suavidad las delicadas zapatillas de satén que calzaba, seguido de sus medias de seda mientras besaba con sutileza las torneadas pantorrillas de la chica, quien gemía suavemente ante el goce que le concedían las caricias de su amor, goce pernicioso y agasajador que le hacían perder la noción del tiempo y del espacio.
Cuando hubo quedado sólo con la tenue camisa de muselina, abrió los ojos sólo para ver el evidente deseo reflejado en la entrepierna de Alex, besando el delicado cuello de la joven duquesa, quien suspiraba y gemía sin parar, mientras era liberada de la última prenda con un movimiento rápido y certero.
Cuando se sentía desfallecer ante los apremios de la demandante boca de su flagelador, Leto sintió como la elevaba en sus fuertes brazos y la depositaba con delicadeza y devoción sobre el lecho. La tortura se hizo insoportable, y la humedad entre sus muslos era prueba fehaciente de aquello.
Rossdale, por su parte, gozaba enormemente al ver la excitacion de Charlie. Desde el momento en que posó sus ojos en ella aquella lejana noche de su baile de presentación en sociedad, su cuerpo reaccionaba primitivamente al tenerla cerca. Esa noche, no era la excepción y verla totalmente entregada y abandonada a sus sensuales caricias, también suponía un cruel martirio para él y su "amigo inseparable".
Lentamente el duque subió a la cama posicionándose sobre su mujer, acariciando su nubil cuerpo con la boca y sus manos, componiendo una apasionada sinfonía mientras trazaba sus gloriosos pechos y el secreto de su femineidad.
- ¡ Ohhhh!- jadeó Charlie, estremeciendo no sólo su cuerpo, también la férrea complexión de Alexander, comprobando así cuan lista estaba para la consumación de la pasión que ambos sentían.
- Mi dulce amor, ha llegado el momento. Será algo incómodo al principio, pero primero hacer todo lo posible para darte una experiencia inolvidable.
Al sentir la dureza de su miembro invadir su
rincón secreto, Leto se tensó, pero el hambriento beso de Alex distrajo el momento de incomodidad, volviéndola consciente sólo del placentero bamboleo que el cuerpo masculino imprimía en el suyo, alcanzando con ello cotas de placer inimaginables, las que le dieron el ímpetu necesario para moverse acompasadamente junto al hombre de su vida, y así entre gemidos y miradas de amor no confesado llegaron al punto culmine de la pasión, cayendo felices y saciados uno en brazos del otro.Luego de un rato de agradable silencio, el duque dijo:
- Bienvenida a casa, Su Gracia.- y la besó en la comisura de los labios, impidiendo con ello que Leto respondiera, lo cual no hizo falta, pues su cuerpo respondía anhelante a la cálida bienvenida que le otorgaba su esposo.
Y una vez más, sin mediar discurso alguno, Rossdale convenció a Charlie que la química y la pasión son el mejor aliado para el éxito en un matrimonio de la aristocracia.
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Luego de dos dias con sus respectivas noches encerrados en la habitación entregándose a los placeres carnales concedidos por el santo vínculo del matrimonio, Alexander decidió presentar a Charlotte con los miembros del personal de Rossdale House, quienes la recibieron con gran regocijo, pues veían lo beneficiosa que era su presencia para el duque; los dos días de reclusión fueron prueba más que suficiente para formarse una buena idea del futuro de esa relación.
" Por fin una luz de esperanza para mi querido señorito Alex."- pensó Dickens, el mayordomo.
Y dicho esto miró al resto de la servidumbre, quienes con un gesto de inequívoca complicidad, compartían el sentimiento del fiel mayordomo.
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QUERIDOS MÍOS!
Les ruego mis más sinceras disculpas por hacer retrasando la publicación de este capítulo. Será un poco más corto de lo habitual, pero no desesperen porque dentro de las siguientes horas publicaré dos más.
Agradezco sinceramente sus likes y el haber llegado a los 3k de lecturas.
Un abrazo gigante todos.
😘😘😘😗😛
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Buenas Intenciones© #1 Serie Magníficos COMPLETA
Ficción históricaEL GRANUJA Alexander Domeric Ross, cínico y calavera duque de Rossdale nunca imaginó perder la cabeza por un par de inocentes y luminosos ojos castaños, menos si la dueña de aquellos luceros de perdición es la hermana menor de uno de sus mejores am...