CAPITULO 1

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Derbyshire, septiembre de 1815

La suave brisa acariciaba las colinas. Lady Charlotte Rosaline Blaze, Leto para sus seres queridos, disfrutaba cada segundo que pasaba en aquel idílico paraje, más ahora que se preparaba para iniciar su tediosa preparación para la temporada. Su segunda temporada, como tenía a bien señalar su odiosa prima Lizbeth, Lady Cosgrove, una de las cotillas más notables de aquella comarca, quien había hecho de conseguirle a su joven prima un marido adecuado, su cruzada personal. Idea que a la bella Charlotte le parecía desastrosa y fuera de lugar, debido al pésimo gusto del que hacía gala su pariente.

Leto se sabía bonita, pero también tenía plena conciencia que su belleza no estaba a la altura de una incomparable, puesto que su lustroso cabello oscuro y sus grandes ojos castaño no podrían competir nunca con el cabello claro y los ojos azules preferidos por la  ton. Su tez era cremosa y sonrosada en los lugares correctos; su nariz, sin ser perfecta era pequeña y graciosa y su delicado mentón denotaba la determinación y astucia por la cual era conocida. Tal conjunto resultaba armónico y atractivo, pero su modestia era tal que no lo consideraba devastador, tal y como lo hacían muchos caballeros y compañeros de parranda de su adorado hermano Al, a quienes sus ojos oscuros e insondables como un pozo profundo y su conversación fluida y brillante, resultaban francamente deliciosos.

Mientras absorbía los últimos vestigios de aquel verano, pensaba en el bello secreto que guardaba su corazón. ¿ Habría algo más bello que el amor? Sinceramente, lo dudaba. Y debido a esa naturaleza críptica y lógica que la caracterizaba, es que no confiaba plenamente en él alocado plan de su querida amiga Heather, y los secretos es escarceos epistolares  de esta y su "maravilloso y único enamorado". Pero a una amiga no se le defraudaba, y ella no sería la excepción. En tales meditaciones se hallaba cuando sus grandes y profundos ojos castaños percibieron que algo no iba bien. A lo lejos vislumbró el andar nervioso, por no decir desesperado, del objeto de sus pensamientos. Lady Heather Londsdale se acercaba a grandes zancadas por el sendero de grava que serpenteaba hacia el templete donde se encontraba Leto, quien en un acto impropio de una virtuosa y delicada dama grito a viva voz:
- ¡ Si no te apresuras terminarè toda la merienda que la señora Mason ha preparado!

Ante la sola mención de perderse las delicias preparadas por la cocinera de Sherbrooke Place, Heather apresuró aún más el paso, pero lo que más llamó las tensión de la perspicaz Leto, fue el hinchado y congestionado rostro de su amiga, señal inequívoca de llanto prolongado y reciente.

Al llegar al refugio que proporcionaba la sencilla y a la vez imponente construcción, la habitualmente alegre rubia se arroja acongojada en brazos de su castaña amiga, irrumpiendo en un incontrolable y desesperado llanto.

- ¡ Todo fue un engaño! ¡ No sólo tengo apariencia de tonta! ¡ Fui una idiota!- no cesaba de repetir.

Ante tanta angustia y frases auto flagelantes proferidas por la recién llegada, no hizo falta que sumará dos más dos para llegar a la conclusión de tanta desdicha, por tanto exclamó con decisión:

- ¡ Te dije que era demasiado sospechoso, Terry! A Dios gracias tu enamoramiento de ese rufián no pasó de un par de inocentes cartas, y nadie sólo yo conoceré este impasse. ¡ Eres joven, tienes una vida llena de posibilidades! Más aún con la temporada a la vuelta de la esquina.

A medida que hablaba, Leto no pudo evitar fijarse en las reacciones reflejadas en el rostro de Terry, mismas que bastaron para dar cuenta que la relación trunca de su amiga pasó más allá de un par de inocentes misivas.

-¡ Dios Santo!- profirió Leto- ¡ Dejaste que te besara!

- ¡ Juró que me amaba! Por esa razón accedí a verle en secreto en la vieja casita del guardabosques de Cosgrove Hall, aquella que linda con estas tierras. Realmente me sentí cautivada ante tantas atenciones y muestras de gentileza, lo que trajo a mi memoria las continuas charlas sostenidas con mi adorada tía Beatrix. Ella siempre decía : " a un caballero se le conoce por su gentil y considerado trato hacia una dama." Una cosa llevó a la otra y... - el rostro azorado de la hermosa Heather dio perfecta cuenta de lo que no se atrevía terminar con palabras.

- ¡ Por Dios, Heather Anne Lonsdale! ¡ No quiero detalles!- replicó la aún más avergonzada Leto- Sólo dime, quién fue el desalmado que se aprovechó de tu inocencia y le haremos cumplir como corresponde. Verás como Alistair se lo hará pagar si se niega. Sabes que su puntería es inigualable - se refirió con orgullo a las habilidades de su hermano mayor,quien las adoraba a ella y a la dulce Terry.

- Lo sé, pero existe un grave inconveniente...

- No me digas que es casado...- dijo Leto, poniendo los ojos en blanco.

- ¡ Noooo!, hasta una cabeza hueca como yo sabe que eso no es correcto- dijo Terry con el aire de una ofendida beata.

- ¿ Entonces? No creo que haya problema en hacerle cumplir con el matrimonio.

- El problema es que si no se casa con la prometida destinada desde su nacimiento, perderá todo, excepto el título, y dice no estar dispuesto a condenarme a una vida de miseria cuando bien podría casarme hasta con un duque bien situado se así lo quisiera. Prefiere renunciar al sentimiento mutuo que existe desde que yo era una niña con coletas y el un jovenzuelo travieso.

- ¡ Qué mentiroso más idiota! Dime quién es?!!! ¡¡Quiero despellejarlo vivo!!- inquirió la pequeña bruja castaña olvidándose de sus cuidadas maneras de dama.

- No creo que puedas. A fin cuentas ese canalla a quien te estás refiriendo es tu hermano Alistair.

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Espero que les guste. Esta es mi primera incursión en estas lides. En el próximo capítulo veremos cómo los destinos de Alex y Leto comienzan a correr a la par.

Buenas Intenciones©  #1 Serie Magníficos  COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora