Envidiable

968 94 12
                                    

Marinette se encontraba conmocionada luego de que el héroe de París escapara después de que ella inconscientemente preguntara sobre si él y Adrien eran la misma persona.

Lo sabía, no había sido el mejor momento para preguntarlo sin verdaderos argumentos pero en realidad durante ese instante la curiosidad había carcomido su ser.

Por supuesto que Chat Noir huyó sin dar una respuesta aunque fue bastante obvio por la reacción, luego de que la azabache quedase sola su mente se mantuvo en blanco.

–¿Marinette?– preguntó su pequeña amiga, Tikki quién por cuestiones de identidad se había mantenido oculta toda la tarde a pesar de que Adrien ya le conocía. La criatura de cuerpo carmesí y motas negras se encontraba nerviosa esperando alguna emoción alarmante por parte de la azabache y comprendía plenamente la reacción del rubio luego de que fuese sorprendido.

Nada, en lo único que la joven de colectas pensaba era en el inocente beso que había recibido. Sus labios aún tenían la sensación de la presión y sus mejillas aún se encontraban sonrojadas.

¿Importaba que fueran la misma persona? Por supuesto que Adrien le había herido sin intención pero el mismo chico había hecho hasta lo imposible por solucionar algo que simplemente no era su asunto. Chat Noir llegó por la misma causa visitandola cada noche aunque el trato era diferente, Chat era más libre de expresar en ideas a diferencia de Adrien.

Si ambos eran la misma persona entonces el real era...

–¿Chat Noir?–susurró la azabache aún metida en pensamientos.

Tikki le observó con tristeza pues realmente sabía que la chica se encontraba confundida aunque de cierta forma admiraba lo rápido había llegado a descifrar las pistas que el ojiverde le daba.

Aunque fue muy pronto.

...

Al día siguiente Adrien no se presentó en todo el día a la escuela, cosa que preocupó bastante a la azabache pues esperaba finalmente aclarar sus dudas. Marinette no había pegado ojo en toda la noche pensando en mil respuestas.

Pensaba que por la posible depresión ella se encontraría molesta y ofendida por la mentira.

Pero nada.

No podía molestarse puesto que ella hacía lo mismo, mentir todo el tiempo. De cierra forma se sentía aliviada de no ser la única que guardaba un peso así.

Aunque Marinette era más mentirosa.

Su día pasó por clases sin sentido y comentarios de Alya llena de preocupación por Ladybug. Era claro, todos extrañaban a la heroína de la ciudad.

La ojiazul tenía emociones mixtas fluyendo por todo su ser, tanto que incluso lo reflejaba con su repentino enojo a pesar de que nadie le hablaba.

Si, ella tampoco lo comprendía pero apenas hace unas horas se había dado cuenta de la posibilidad que comentaba su madre y Adrien,incluso Tikki le comentaba que tuviera cuidado y que no dejara que sus emociones le manipulasen. Es por eso que prefirió tomar sus descansos a solas intentando despejar su mente y librarse un poco de la presión que sentía.

Obviamente eso no pasaría.

Mientras Marinette se encontraba sentada en uno de los escalones de la entrada, una joven de cabello castaño se sentó a su lado.

La azabache giró con esperanza de que fuera Alya.

No era ella.

–¿Marinette Dupain Cheng?– preguntó la chica a su lado, Marinette le conocía perfectamente.

Breathe MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora