–¿Qué haces aquí? – repitió nuevamente la azabache, esta vez observando con cierta molestia al héroe que se encontraba frente a ella. Marinette sentía la adrenalina subir por su cuerpo luego de ser atrapada in fraganti, ni siquiera ella había captado en que momento tuvo la intención de cometer tal acto.
Cayó de rodillas al suelo, estaba terriblemente asustada por no saber cómo controlarse a ella misma, ni siquiera había sufrido en aquel momento lo suficiente para actuar de esa manera.
–Marinette... –susurró Chat bajando lentamente junto a ella, la chica a esas alturas se encontraba completamente perdida en sus pensamientos, inmensa en su propio mundo.
–Vaya, tenían razon– fue lo único que contestó luego de unos segundos –Tal vez si estoy loca– el rubio negó de manera efusiva tomando la pálida mano de la chica.
–No es tu culpa– dijo, pues no podía negar completamente a la situación –Te he estado vigilando– la joven de coletas levantó levemente la vista como si fuese una revelación sorprendente pues ella pensaba encontrarse sola con Lila en el momento de la conversación (y por supuesto, con Tikki) –Aunque realmente no me presente en la escuela a como debía hacerlo. –
Eso era todo, bastaban esas simples palabras para justificar sus aún constantes dudas. Adrien se encontraba frente a Marinette, tratando de no acobardarse e intentando reparar la situación que había quedado inconclusa el día anterior. En ese momento el joven de ojos verdes trataba con toda su voluntad de no doblegarse y huir nuevamente.
–Escucha Marinette– Chat bajó la mirada apreciando levemente el traje que portaba en aquel momento y se sintió figurativamente incómodo, apretó levemente los puños y tratando de no llamar demasiado la atención, se limitó a susurrar esperando no ser escuchado en el exterior.
–Plagg, fuera garras– el traje de inmediato comenzó a desvanecerse abriendo paso a su vestimenta habitual. Sin embargo, la mirada pasmada de Marinette solamente le había provocado que él se sintera aún más cobarde –Por favor, no me mires de esa forma– dijo llevando las manos hacia su rostro, cubriendole en conjunto con un par de mechones de cabello.
–Es sólo que...– Marinette olvidó por unos unos instantes la presión que había sentido en aquel momento, incluso su enojo. Ahora se encontraba admirada de descifrar algo más en su vida –¿Por qué me ayudas? Tú realmente no tenías la necesidad a pesar de que mis actos iniciaron por tu rechazo. –
–No lo se– respondió con sinceridad el rubio, incluso la máscara y las orejas habían desaparecido a esas alturas y lo único visible ahora era su rostro levemente sonrojado y sus ojos nublados por las lágrimas que intentaba suprimir –Simplemente me arrepentí a último momento, al principio pensé que podrías correr peligro de ser akumatizada y por accidente terminé enfocandome en otra cosa. – Marinette sonrió levemente, por lo menos no estaba con ella por completa lastima, eso pensaba.
–Y... ¿E-el beso? – la chica de coletas sintió la sangre subir a sus mejillas, temía con fuerza verse aún más avergonzada que su compañero pero debía despejar esa duda sentía en aquel momento.
Adrien fijó su vista en ella, le había tomado por sorpresa.
–Nunca estuve contigo por lástima, estar a tu lado ha sido de las mejores cosas que me han pasado en la vida y cuando descubrí que... – guardó silencio meditando las palabras que estaba a punto de decir y tomó aire para sacar todo aquello que sentía.
Porque era el momento, más tarde sería demasiado tarde.
–Un día por accidente descubrí que tu eras "My Lady" – enmarcó con ayuda de sus dedos, resaltando entre comillas el sobrenombre –Estaba realmente sorprendido pero todo lentamente cobró sentido para mi–
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Breathe Me
أدب الهواةMarinette no se encontraba para nada bien, eso nadie lo sabía hasta que un día intenta confesar su amor y es rechazada. Buscando consuelo, se hunde en una bañera entintada de rojo. Y todo comienza.