Ambos padres observaron aterrados al ojiverde y es que habían dicho por accidente lo que su hija les había pedido ocultasen.
-¡¿Cómo que quimioterapias?!- dijo Adrien con un tono de voz bastante elevado y abriendo de forma exagerada los ojos-Entonces ella me mintió- habló con frenesí caminando alrededor de la sala donde se encontraban mientras presionaba una y otra vez su pecho intentando alivianar el inmenso dolor que sentía.
Tanto Tom como Sabine habían tenido la necesidad de cerrar por un tiempo su panadería con el propósito de controlar la temperatura de su hija, ahora se encontraban en la segunda planta del edificio, con una chica inconsciente y su amado bastante preocupado.
-Supongo que no quiso que nadie lo supiese- contestó después de un largo silencio Sabine -Nosotros no podíamos contradecirle pues para ella eso era lo mejor-
-¿Qué tipo de cáncer tiene?- el joven rubio se hincó frente a la ojiazul y colocó en su frente un pañuelo frío y húmedo, sin que los dos mayores se percatasen se encontraba derramando lágrimas de forma silenciosa.
-Leucemia-.
El silencio fue nuevamente interrumpido por las falsas carcajadas y los gritos de rabia que cierto modelo lanzaba, se sentía inútil y culpable por todo lo que Marinette sufría en esos instantes.
Otra opresión, su pecho ardía como si intentase alarmarle por alguna situación. Llevó ambas manos detrás de su nuca y cayó de forma estrepitosa al suelo.
-Escucha muchacho- dijo el fornido y gran hombre al cual podrían apreciarse grandes sacos bajo sus ojos -.Si piensas que todo esto es tu culpa- pausó retomando aire y pidiendo que el chico le observase atentamente -...ella tiene ya un año con esto- sonrió con tristeza y abrazó con fuerza a su esposa -Lamentablemente o afortunadamente su enfermedad es crónica y bastante lenta en desarrollarse-
Sin embargo Adrien no podía escuchar nada de lo que decía el hombre, sus oídos sólo se limitaban a escuchar el retumbe se sus latidos una y otra vez, las lágrimas continuaban cayendo de forma más serena y su respiración aunque con gran dificultad se intentaba acompasar.
La chica que más amaba sobre todas las cosas resultaba que no solamente guardaba el gran secreto de ser Ladybug si no que también era víctima de una enfermedad que amenazaba con terminar la vida de la misma.
-Yo desdé ahora en adelante pagaré cada uno de sus tratamientos- susurró no tan bajo para que los padres de Marinette atendieran la indicación a la perfección -Y asistiré a cada sesión a la que ella requiera ir-
-Pero...Adrien- dijo Sabine bastante impactada -Nosotros no podríamos-
-Es por ella- interrumpió bajando la mirada hacia el tranquilo rostro de la azabache -Sólo quiero que vuelva a sonreír- Tom y Sabine sonrieron bastante enternecidos.
Si Adrien no gustaba de Marinette ahora las cosas eras muy diferentes.
El ojiverde no esperó recibir una respuesta, continuó una y otra vez cambiando la toalla que ayudaba a regular la temperatura de la azabache hasta que está comenzó a reaccionar.
Ver nuevamente aquellos zafiros era un alivio y en especial para su compañero de clases. Dos horas habían pasado y Adrien jamás se inmuto de que no habían asistido a clases.
Quería estar con ella, debía demostrarle que aquellas palabras que le había dicho días anteriores fueron sin meditar lo que pasaba.
Ahora veía todo de forma tan clara.
-Despertaste- susurró Adrien con una gran sonrisa y abrazando de forma sorpresiva a la chica que apenas había regulado su vista -Me tenias muy preocupado y yo...-
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Breathe Me
FanfictionMarinette no se encontraba para nada bien, eso nadie lo sabía hasta que un día intenta confesar su amor y es rechazada. Buscando consuelo, se hunde en una bañera entintada de rojo. Y todo comienza.