17 Reencuentro.

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-Vaya ahora ¿Por que vienes sola? Y mas temprano de lo normal.

-Me gusta mas así.-conteste mientras le daba un sorbo a el té.

-Bueno me alegra verte pero tengo que trabajar. Adiós, ahh si se te ofrece algo me puedes hablar. - me guiño un ojo a lo ue yo solo asenti con la cabeza y seguí leyendo.

Que chica mas rara.

En cuanto termine el té y el pastel deje el dinero, guarde mi libro y me marche de la cafetería.

Hoy había ido a la cafetería antes por que quería evitar tener que salir con esa chica además a esta hora no hay nadie que pase por el restaurante.

Cuando llegue, entre de manera sigilosa para que no me escucharan, cuando escuche una conversación.

-Jennifer... ¿Por que intentas juntarte con esa chica?.

-Si... Es tan rara y me da escalofríos de solo verla.

-Ayy dios es que ustedes no son listas, verán en mi antiguo trabajo había una chica casi igual que esta, así que también me la metí en el bolsillo diciéndole que eramos "amigas", así que cuando yo quería podía salir y ella me cubría. Trabajando mi parte y eso. Lamentablemente esta chica es más rara de lo común.

-Vaya Jenn si que eres lista.

-¿Por que nunca lo pensamos?.

-Porque no tienen cerebro. En fin, vamos a comer.

Me escondí en la otra hilera de lockers que había, sin hacer ruido escuchando sus risas y pasos al irse.

Cuando salí me dirigí a la cocina, no me sentía herida quizá por eso me daba mala espina, no me sorprendía que sólo me quisiera usar, observe el lugar bien, los platos limpios, mis cuchillos, cucharones y demás colgados y la estufa, todo lo veía como si fuera la cosa mas interesante del lugar. Hasta que al fin me puse de pie.

Subí a la oficina de mi jefe y renuncie, simplemente y sin pensarlo, renuncie.

El ofreció aumentar mi salario pero no quería, simplemente sentía que ya era hora de irme y no para ser honestas esa chica no tuvo mucha influencia en mi decisión-o talvez solo un poco-. Me retire después de que me entrego mi dinero, caminaba por la ciudad en busca de otro empleo.

Cuando ya iba a ser de noche y no encontré ninguno dude entre irme a casa o seguir buscando me decidí a que solo probaría una vez mas y si me decían que no pues regresaría a casa. Entre a la tienda hable con el gerente y efectivamente otra vez me dijeron lo mismo.

Las calles empezaron a vaciarse, el frío calo en mis huesos, me encogi de hombros y me puse mi abrigo, me encontraba muy lejos de casa.

Cuando iba a dar la vuelta alce la vista y en la otra esquina estaba el mismo hombre de ayer. Me dio mala espina verlo cerca así que apresure el paso vi por el rabillo del ojo y no me seguía o al menos eso creo, camine unas tres cuadras pero la figura de un hombre robusto salio de entre las sombras, trate de pasarlo de largo pero me sujeto del brazo.

-Vaya vaya.... Al fin te encontramos Leire

No veia su rostro pues lo ocultaba bajo su bufanda, eche mi brazo hacia atrás zafandome de su agarre y camine un poco, pero ahí había otro hombre frente a mi que había salido de repente con la misma vestimenta solo que con un sombrero y el era delgado.

-Al fin después de varios años te volvimos a encontrar, te escondiste muy bien este tiempo.

-Sueltenme.

Eres Mi Perdición ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora