La vida se volvió un desastre desde los once años, era como una ensalada desagradable. Era como mezclar lechuga en cortadas grandes, con pasas muchas pasas, crema, limón y una hojita de menta para decorar.
La lechuga éramos los que seguimos con la vida sin cambios, las pasas eran los que cambiaron el color de su vestimenta por negro, la crema nos nubló, el limón nos separó y la menta fue la pequeña Ruth quien ahora está en un mejor lugar.
La pequeña Ruth, sufrió tanto y no lo soporto, ella tiene mi edad. Con todo lo sucedido, empezó a hablar sola, como si tuviese a una persona a su lado, empezaron llevándola al psicólogo no mejoró, no empeoró, no hubo cambio alguno, con respecto a eso.
Poco a poco se empezaron a darse cuenta que hablaba demasiado, sus padres decían que estaban desesperados que ya no sabia que hacer y eso que intentaron con fuerza bruta, según los rumores de la gente.
A los trece años fue internada en un psiquiátrico, después de una evaluación medica. A mi parecer fue muy exagerado porque conmigo hablaba muy bien, es más aún habla perfecto y a mi parecer es la persona más cuerda que he visto.
Hace poco la visite, siempre lo hago, por lo regular cada domingo cuando estoy en clase, pero ahora estoy de vacaciones así que fui, la semana pasada era miércoles si mal no lo recuerdo. Le llevaba dulces de naranja sus favoritos.
-Yess. - Grito en cuanto me vio.
El psiquiátrico no es el lugar más acogedor, pero tiene su jardín con césped, dos o tres árboles, muchas plantas mesas al aire libre, bancas, locos y enfermeros por todas partes, ahí es un poco difícil la privacidad. Pero al menos es agradable saber que las personas menos locas están fuera, los demás son atendidos y llevados a un proceso el cual garantiza que pronto podrán estar afuera con los demás.
-Hola nena. - Le respondí y me acerqué a abrazarla. - ¿Cómo has estado?
-Loca. - Responde con una sonrisa.
-¡Qué bien! -Dije mientras nos sentamos en una de las bancas. - Te traje algo. - Dije mientras sacaba la bolsa de mis pantalones.
-Qué haría si tu no vinieras, aunque si sigues así terminas en un cuarto con cuatro paredes pero en lugar de decir PSIQUIÁTRICO dirá CÁRCEL DE MENORES. - Reí ante su comentario. - Por cierto me gusta tu cabello.
-A mi también. - Dije sin darle mucha importancia.
Ruth tiene un excelente sentido del humor, es alegre, es positiva y a pesar de que paso un tiempo triste y devastada, por un momento creí que terminaría como su hermano.
-No han venido a verte ¿Verdad? - Dije un tanto seria.
-Sabes que nunca vendrán yo no tengo ni idea de porque aún guardas las esperanzas. - Dijo como si fuese algo sin importancia. La familia de Ruth nunca la ha ido a ver, nunca según el doctor, lo único que saben de ella es que firmaron el consentimiento de que ella se encuentre en este lugar para su recuperación, dice que si no fuese por mi, ella seria a la única que no visitará nadie.
No éramos las mejores amigas, es más creo que ni siquiera éramos amigas pero un día tome el impulso de venir a verla. Fue dos meses después de que la internaran, llegue con una bolsa de dulces y después de ahí he ido tantas veces que se ha vuelto hábito.
-Ya son cuatro años. - Dije viéndola, sonreír.
-Si, cuatro años. Pero como ya te he dicho esto es mejor mucho mejor, los doctores me tratan bien aunque a veces tienen la leve sospecha de que no estoy tan loca así que debo hacer mi mejor actuación.
Reímos, ante su comentario. Aunque pobres doctores.
-¿Has actuado esta semana? - Pregunte mientras le robaba un dulce.
-¡Oye! Enserio terminarás en la cárcel. - Dijo mientras sonreía. - Sí, estaba tan tranquila hablando con uno de los guapos enfermeros, me dijo varias veces de que era impresionante de como había mejorado en tampoco tiempo... que los doctores debían de saber que estaba mejorando, ¿adivina que le dije?
-Empezaste a gritar como loca. - Le respondí. - Diciendo se quema mi cuerpo...
-No como crees, lo hubiera notado - Interrumpió. - Le dije que estaba bien que le dijera pero que no estábamos de acuerdo, entonces me miró extraño. Le dije que él se enojaría conmigo y luego me lastimaría. Luego empecé a llorar, no supo que hacer así que me abrazo y trato de calmarme.
-¡Pobre muchacho!
-Nada de pobre, si bien que aprovecha cuando le toca bañarme. - Abrí los ojos instintivamente. - Es broma, te juro que conviviendo con las personas de este lugar aprende a ser como ellos, de no ser porque me vienes a visitar y ese cuaderno que me regalaste, probablemente ya sería uno de ellos.
-Si, pero solo falta un año.
-Si, pero por el momento hay que actuar como loca, es más hay que aprovechar que los dulces me vuelven inquieta y asustaré a ese guapo enfermero, le diré que él me dijo que me quitará la ropa y que haría cosas increíbles conmigo. - Sonrió pícaramente.
-No lo harías. - Dije en tono de reto.
-Claro que si además de un loco cualquier cosa se puede esperar.
Reímos y hablamos de muchas cosas más, hasta que llegó la hora de irme. Me dijo que volviera pronto o habría otro loco en el manicomio, le dije que lo intentaría.

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ÉL
RomanceSu nombre es Yessica, Él era su amigo desde pequeño. Se rodean de personas. Se alejan, él se fue. ¿Acaso regresa? *** Nuevo libro podría considerarse continuación de "Ella" así que si no quieren sentirse confundidos, recomiendo leer "Ella" primer...