Capítulo cinco.

5.9K 285 3
                                    

"Sabes que mi corazón duele y no tienes que romperlo, si el amor no cambia tu mente, entonces hay dos personas más solas" —Miley Cyrus.

—Hijo de puta —le dije mientras me bajaba de la moto a penas se detuvo enfrente de mi casa.

No pensaba agradecerle al idiota su único acto de caridad de la noche. Me había hecho venir en su motocicleta semi desnuda trayendo encima su estúpida chaqueta de cuero que tenía su olor masculino impregnado en ella. Oh mierda, mataría a Caleb en cuanto lo vea de eso pueden estar muy seguros. Déjenme pensar cuál fue la peor parte de la noche, ¿Cuál fue peor? ¿Que Caleb me haya vomitado encima? ¿O que haya venido a casa semi desnuda en la motocicleta del estúpido? Simplemente no podía decidir.

Cerré la puerta principal de la casa renegando, probablemente seguiría haciéndolo hasta que me vaya a dormir. Demonios, tendría que darme una ducha, o tal vez dos, para quitarme este asqueroso olor de encima.

—¿Termino temprano o qué… —Lorette estaba en la sala principal, su mirada recorrió todo mi cuerpo y una mueca de comparación apareció en su rostro— ¿Qué demonios?

—No quieres saber, —dije soltando un largo suspiro— créeme.

—¿No te enseñaron a cerrar la puerta, Bunny?

Justin apareció en la sala con una estúpida sonrisa de suficiencia en su rostro, que estaría muy complacida de borrar con un perfecto golpe en su cara.

—¿Y a ti no te enseñaron a tocarla? —solo logré que riera.

—¿Disculpen? —Lorette levantó una mano en el aire— A ver si entiendo, acabas de regresar del baile, semi desnuda con una chaqueta de cuero encima, con otro chico y… ¿apestando a mierda?

—Sí, yo también se lo dije —dijo él asintiendo con la cabeza.

— Es una larga historia, muy larga. Y yo estoy muy cansada, y apestando a mierda. Te puedes ir idiota —dije poniendo un pie en el primer peldaño a punto de subir las escaleras.

—No lo creo. Los dos, vengan aquí —dijo dirigiéndose a la mesa del comedor, solté un suspiro antes de seguirla. Justin fue detrás de mí, podía sentir su estúpida mirada en mi trasero.

—¿Puedes dejar de mirarme el trasero? —me di vuelta y lo enfrente.

—Sí, sí puedo. Pero no quiero. —sonrió de oreja a oreja.

Me senté al frente de Lorette en la mesa del comedor, Justin se sentó a mi lado izquierdo. Durante un minuto entero su mirada iba de Justin a mí, en un silencio completamente absoluto. Esto era incomodo, y realmente aburrido. Estaba a punto de quejarme cuando Lorette hablo.

—¿Saben los riesgos de un embarazo joven? —ella depositó un empaque negro en medio de la mesa. Oh mierda, eso era… ¿eso era un condón? ¿Me estas jodiendo?

Justin explotó en carcajadas mientras yo miraba con atención el paquete en la mesa. ¿Qué persona normal trae un condón en sus pantalones? Lorette era hermosa, me recordaba tanto a mamá. Su cabello castaño casi rubio combinaba perfectamente con sus ojos verdes. Ella obviamente llamaba la atención de todos los hombres, y su vida amorosa no era poco activa.

—¿Enserio vamos a hablar de eso? Como dije, estoy apestando a mierda y semi desnuda. Y Justin tiene varias cosas que hacer, ¿verdad?

—Habla por ti, yo estoy totalmente libre —claro, el me estaba torturando.

— ¿Eres virgen, _____________? —preguntó Lorette haciendo que me sonrojara de las puntas de los pies a la cabeza.

—Yo voto por un sí —dijo Justin levantando la mano.

—Lorette, ¿podemos dejar de hablar de mi vida sexual enfrente de él? No quiero tener la charla de sexo ahora, y nunca.

— ¿Por qué no? ¿A ti te molesta, Justin?

—Para nada —respondió rápidamente. Le di una fuerte patada por debajo de la mesa. Pero como novedad, lo único que hizo fue reírse.

—Mañana iremos a hacer una prueba de embarazo para estar seguros —dijo Lorette.

— ¿Qué? No —grité— No estoy embarazada y además eso se sabe en un tiempo.

—Todo adolescente pasa por estas etapas, ____________. Yo también las pasé, tengo que admitir que en la que más me divertí fue en mi época de lesbiana —confesó.

— ¿Época de lesbiana?—preguntó Justin curiosamente.

—Fue en una fiesta, pondría como excusa el alcohol, pero no estaba borracha. Comenzó el estúpido juego de la botella borracha, y me apunto a mi amiga y a mí. Todos los chicos nos retaron y nos dijeron que ni de broma íbamos a hacerlo, amo los desafíos. La besé y todos los hombres terminaron con una erección entre las piernas, nada más excitante que dos chicas besándose ¿no?

Justin se rió. Lorette se me quedo observando y se levantó de la mesa, despeinó un poco mi cabello y se alejo.

—No me vas a acusar, ¿verdad? —grité sobre mi hombro.

—No, ya has tenido suficiente tortura —respondió mientras subía las escaleras.

Mi tía era genial, mucho más que genial. Deje que se fuera, ya mañana me encargaría de ella, voltee hacía Justin quien tenía una enorme sonrisa, se notaba que estaba divertido con la situación, me miró se arriba abajo y se mordió el labio, yo instintivamente me tape más con su chaqueta.

Él dio pasos hacía mi y quede estática, jamás había tenido un chico tan cerca de mí, trague gordo y él comenzó a acercarse a mi mientras tomaba mi rostro entre sus manos, él pensaba… ¿él pensaba besarme? Pero no lo hizo, coloco su boca en una de mis orejas.

—bunny, bunny, me muero por ver tu época lesbiana —susurró y lamio un poco de mi oreja, me estremecí y coloque mis brazos en su pecho, pero era inmune, él era una roca— y me encantó ver tu culo en esa perfecta posición.

—serás capullo, aléjate de mí, mierda —exclamé, él se alejo de mi con una sonrisa de suficiencia en su cara— ya te puedes ir de mi casa —le dije cruzando los brazos.

—¿te he dicho lo sexy que te ves malhumorada y con mi chaqueta y tacones puesto? Eso me pone a mil —dijo con voz roca. Viré los ojos y apunte la puerta.

—largo —exclame haciendo caso omiso de sus palabras. Supuse que eran las que usaba para sus jugadas.

El alzó los brazos en forma inocente y lentamente comenzó a caminar hacia la puerta yo voltee y comencé a dirigirme hacía las escaleras cuando pare al no escuchar la puerta cerrarse. Gire y vi a Justin mirando fijamente en mi.

—¿Qué pasa? ¿por qué no te has ido aún? —pregunte levantando una ceja, Justin se encogió de hombros.

—veras, es tarde, la charla con tu tía me ha quitado parte de mi tiempo y la policía esta como loca en las noches, y pues, no tengo mi permiso y me han detenido ya tres veces en esta semana, si llega otra más mi padre me desheredara —admitió un poco avergonzado.

—¿y qué quieres que haga? —pregunte entre cerrando los ojos, ¿Qué estaba tramando?

—bueno, me preguntaba si podría, ya sabes quedarme esta noche —dijo— creo que de alguna manera me lo debes —dijo seguro, lo mire boca y con los ojos abiertos en par.

—¿Cómo te atreves a decir eso? —pregunte frunciendo el ceño— estás absolutamente mal de la cabeza, además, aquí están arreglando las habitaciones, solo están listan la mía y la de mi tía y dudo que Lorette quiera tener un acompañante esta noche —prácticamente grite.

—¿y qué hay de tu habitación? —preguntó alzando una ceja— no te voy a violar como piensas que lo haré, solo dormiré, estoy cansado de este día, si quieres duermo en la cama.

Me mantuve callada por unos segundos y luego comenzamos a batallar por quien tenía la razón. Al final, cansada e irritada acepte, le echare mañana la culpa a la bebida por esto.

—vale —accedí al fin— dormirás en mi habitación —le dije en un suspiro de indignación.

—tranquila bunny —sonrió grande— lo pasaremos bien.

10 things i hate about you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora