Capítulo diez.

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"Lo importante es ver aquello que resulta invisible para los demás" —Robert Frank.


 No lo podía creer, ver a Justin, la persona que sin dudarlo había interrumpido en mi vida era la misma que estaba apoyándome cuando la oscura mancha salió a la luz. Lo más increíble era que me sentía mejor teniéndolo aquí.

El me miraba preocupado, su fijo temblante relajo no había dado sombras. En su cara solo se veía preocupación, verdadera preocupación. El estaba siendo real conmigo.

Quito la toalla con cuidado, pero la verdad es que yo no sentía dolor solo miraba mis manos para no tener que ver el rostro de Justin y no sentir otra vez esa pulsada en mi corazón.

Aun con la cabeza agachada lo vi entre mis pestañas llenas de lágrimas como agarraba mi brazo como si fuera alguna clase de cosa delicada y preciosa, para luego besarlo desde el ante brazo hasta los nudillos de mis manos.

Era el gesto más hermoso que alguien me había hecho en mi vida, y se sintió bien ver que me tratara así, como si mereciera su delicado trato.

—Eres preciosa —dijo con voz suave— eres lo más hermoso que he visto, delicada, adorable, tierna —sonrió un poco—, como un pequeño conejito, y aunque quieras hacerte pasar por un león fuerte y enojado, eres solo un indefenso conejo.

Mis ojos se llenaron se lagrimas otra vez e intente retenerlas pero falle en el intento. Él tenía razón, me había traspasado y descubierto.

Si decía que sus palabras no me había afectado mentía, lo extraño fue es que no se cómo me afecto. Me gustaba este Justin, aunque la situación era horrible, me gustaba que en este momento tan malditamente asqueroso estuviera el aquí y no otra persona.

Y sin pensarlo dos veces me abalance hacía él y escondí mi cabeza su pecho, apretándolo fuerte. Sentí como su cuerpo se tensaba pro la sorpresa pero luego lo relajó y me rodeo la espalda atrayéndome más a él —como si eso fuera posible— consolándome despacio.


{…}


Luego de eso Justin se fue de mi casa, yo no lo sube hasta el día siguiente porque quede dormida luego de sollozar entre sus brazos, y lo único que tenía era un vago recuerdo de Justin dejándome en mi casa y yo lo rogándole que se quedara. Oh Dios soy tan patética.

Evite como peste a Lorette y a mi padre, no me sentía emocionalmente dispuesta a enfrentar los hechos. Así que me levante muy temprano para mi gusto —no había dormido para nada, la verdad—, y fui al instituto.

Llegue y evite a todos, de alguna u otra manera no me sentía lo completamente estable para establecer alguna conversación, además, no quería que preguntaran por mi muñeca vendada. Ya estaba suficientemente avergonzada por recaer.

Esta mañana había una reunión y me acerque hasta el auditorio tímidamente. Por suerte para mí solo había puestos en la primera fila. Con un suspiro me senté.

Los profesores no estaban diciendo nada aún así que comencé a aburrirme y decidí leer un poco, busque en mi bolso un libro de mi tía Lorette, llamado “un tipo odioso”, que encontré en su biblioteca. Era más o menos de una chica (Chloe) que esta con trabajando para un idiota (Bennett) y se encuentra en una atracción sexual a pesar de que se odian.

Como si no fuera suficientemente vergonzoso el nombre del tipo, era un libro erótico. Genial. De todas maneras comencé a leer.

Las personas alrededor comenzaron a callarse poco y la voz del director se comenzó a escuchar por los parlantes. De todas forma seguía sumergía en la lectura.

Los minutos pasaron rápidos —supuse que fue por el libro—, cuando escuche la voz del director decir: “Justin Bieber”. Inmediatamente levante mi cabeza.

El estaba justo en frente de mí —en los asientos que estaba justo del otro lado de la sala sonriéndome mientras el director le decía cosas que no escuchaba, y luego le quitaba su celular.

—Señor Bieber, debería comenzar a prestar atención, es su ultimo año y ya es tiempo de madurar —refunfuñó. Justin no lo miró, tenía su penetrante mirada en mí. El hombre tenía su teléfono en la mano y comenzó a revisar el iPhone.

Luego se acercó a mí. Lo mire sorprendida cuando me entregó su celular y comencé a balbucear cosas sin sentidos.

—Usted decidirá que hacer —me dijo— esta es una reunión para hablar de los trabajos comunitarios para este año, no es una clase de fotografía —se dirigió a todos. Espera, ¿Qué?

Con verdadera curiosidad mire al celular dejándome pálida. Pero, ¿Qué coño?

En la pantalla estaba una fotografía donde estaba yo haciendo un puchero y frunciendo el ceño hacía el libro. Totalmente desagradable. Además estaba sonrojada. Estaba leyendo un momento erótico, fantástico.

Cualquiera lo podría adivinar si viera el brilló de mis ojos por lo avergonzada y sucia que me sentía y por mis mejillas con un color rosa.

El celular vibró y un mensaje de Logan llegó. Era extraño porque él estaba aquí y debió ver lo que paso. Alce la vista y encontré a Logan a un lado de Justin, quien tenía su celular. Rápidamente leí el mensaje.

“No borres la foto”.

Eso era lo que decía. Lo iba hacer como la mierda, pero no pude, quería pero no pude; era como si me sintiera mal luego de todo lo que Justin hizo por mi ayer.

“No lo haré”.

Eso fue todo lo que llegue a contestar. Mire hacía él y tenía una sonrisa de satisfacción en su cara. Rápidamente le escribí otro mensaje.

“¿Puedo ver las demás fotos?”

Contestó de inmediato con un frío e indiferente: “no”.

Alce una ceja y por la curiosidad lo ignore y entre en los álbumes. Como la mierda. El celular tenía como mil fotos y además, una vergonzosa carpeta llamada “bunny”, más a su lado un emoticón de un conejo. Vergonzoso, muy vergonzoso.

Tenía como 500 fotos y todas eran mías descuidadas. Dándole mala cara a Caleb, con los ojos en blanco, sonrojada, riéndome de algo que dijo Jazzy, haciendo puchero, hasta había algunas de la vez que me emborrache donde estaba sonriendo grande y con el cabello totalmente alborotado.

Dios. No sabía si sentirme alagada o asustada, porque parecía un verdadero acosador.

—Creo que esto es mío —sentí como quitaban el pequeño aparato de mis manos. Con calor en mi cara alce la mirada hacía Justin que no se veía enfadado si no divertido.

—Eres un poco acosador, ¿eh? —dije para evitar hacía de la situación de las fotos. Al menos ahora tenía otra en la cabeza además del tema del engaño de mi madre.
—Justin Bieber no acosa a las chicas —sonrió mostrando los dientes— las chicas lo acosan a él.

—Claro —dije irónicamente—, apuesto a que tu celular pude confirmar eso, ¿no? —pregunte irónicamente.

Él me entrego su celular y lo mire extrañada, luego agarro el de Logan y escribió algo comprimiendo un sonrisa para luego sentir vibrar el celular de Justin.

—Es fue un poco estúpido, ¿no crees? —le pregunte mirándolo como “¿en verdad eres así de idiota?”.

—Revisa, te gustará —él asintió divertido. Con un suspiro abrí el mensaje.

“Justin Bieber no acosa a las chicas, las chicas lo acosan a él, pero por una pequeña bruja de actitud escalofriante haré una excepción, así que _______, ¿te gustaría salir conmigo?”

Lo mire como si estuviera loco y el solo me sonreía grande como si supiera la respuesta. No quería salir, sabía que iba querer hablar de mi drama familiar, y no, no quería eso.

Suspire y vi como todos desalojaban el lugar, ¿tenía alguna otra opción?

—Pienso que es halagador —comencé a decir— no es como si tuviera un problema contigo, bueno de hecho si lo tengo pero… —estaba sonando como las típicas frases de rompimiento, solo faltaba que dijera “no eres tú, soy yo” para completar.

—¿Tal vez un problema sexual del cual te pueda ayudar? —me guiñó un ojos.

—Oh Dios, tu nunca cambias —revolotee los ojos.

—entonces, ¿eso es un sí?

10 things i hate about you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora