Capítulo catorce.

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"A través del dolor, a través de las peleas. No te preocupes porque todo va a estar bien. —Justin Bieber"

No sé qué era más sorprendente, el que Justin estuviera llorando o el que se haya quedado dormido parado. Como pude lo agarre de su cintura y lo conduje hasta el sofá, él pesaba más que yo tres veces y aún más cuando estaba en modo muerto.
Justo en el momento en que lo iba a lanzar, el paso... rápidamente sus brazos alrededor de mi cintura causando que ambos cayéramos al sofá, el encima de mí.

—No sabes cuánto he deseado esto —ronroneó. Suspire tratando de respirar, Justin borracho era insoportable pero Justin borracho y encima de ti como una bolsa pesada era aún peor.

—Justin basta, estas borracho —dije removiéndome. Él hizo como un gruñido-jadeo y pude sentir algo presionar mi estómago bajo… oh Dios, ¿eso era…?— ¡Eres asqueroso!

—No, soy humano, más específico, un hombre —siguió hablando en ese tono de voz ronco.

—Eso no te escusa —gruñí— quítate Justin.

El me ignoro y solo opto por pasar sus pervertidas manos por mis muslos desnudos hasta llegar a la orilla de mi ropa interior. Yo estaba tan sorprendida que no lo había interrumpido, hasta que llego a la orilla de mi braga. Agarré sus manos.

—Quieto ahí amigo —le dije mientras intentaba quitar sus lascivas manos de mi cintura. No podía, tenía un gran agarre.

— ¿amigo? ¿Ahora somos amigos? ¿Cómo amigos con derecho? Si por favor —siguió insistiendo con sus manos en mi braga— ¿es de encaje, verdad? No te tomaba por esas chicas pero, oh demonios si _______, eso me pone aún más.

—Eres lo más extraño que he visto. Llegas ebrio a mi casa, me abrazas, lloras en mi hombro, te quedas dormido y al siguiente segundo, ¿te pones caliente conmigo?—viré mis ojos tratando seriamente en deshacerme de su pesado cuerpo.

—Siempre me pongo caliente contigo, bunny. Y no estaba dormido, ebrio sí. ¿Dormido contigo? Solo sería después de hacer el…

— ¿Me hiciste arrastrar tu pesado cuerpo y dejarnos caer en el sofá?—pregunté interrumpiéndolo.

—No, claro que no. Todo estaba fríamente calculado, para tenerte abajo mío. No tiene que agradecérmelo. No es que estés sufriendo mucho teniéndome encima de ti. Me lo puedes agradecer después—dijo sonriéndome con su sonrisa de niño travieso, regresando sus manos por debajo de mi suéter.

Le di un golpe en su mano nuevamente, pero siguió su camino hasta el borde de mi ropa íntima, doblé mis rodillas obligándolo a que retiré sus manos.

— ¿Por qué te resistes tanto, bunny, a algo que va a terminar pasando?

— ¿Qué? No me voy a acostar contigo Justin.

— ¿Por qué no? Soy el mejor partido que tienes, soy divertido…

—Define “divertido”, creo que nuestras definiciones no son iguales. —comenté haciéndolo rodar sus ojos.

—Apuesto, popular…

—Un idiota, inmaduro, un mujeriego y…

—Yo podría no ser eso si yo quisiera—dijo con un expresión totalmente seria en su rostro.

No sé cuándo la conversación había cambiado tanto, ya que hace un segundo nos estábamos riendo, pero ahora la expresión seria en su rostro, simplemente parecía que había dicho algo que no le gustase.

— ¿Qué quieres decir?—pregunté confundida.

—Me preguntaste porque te dije todas esas cosas horribles hoy en la cabaña, yo…mi familia no es una familia perfecta, bunny…

—No es que yo tenga una—opiné.

—Lo sé, solo…la mía…mis padres les gusta decirnos que, cuando y donde hacer las cosas que ellos quieren. Hijos perfectos, que saben más de tres idiomas, correctos, elegantes, y más basura como esa. —no despegó su mirada de la mía, ni un solo segundo. Solo estaba concentrada en escuchar cada palabra que salía de sus labios. Porque él estaba abriéndose conmigo. Algo que no estoy muy segura si yo haría— Solía respetar eso, porque quería que se sientan orgullosos de mí. Sobre todo papá. Suena estúpido, pero él era mi héroe.

— ¿Era?

—Era. Eso terminó cuando llegué a casa después de la escuela y lo vi acostándose con la empleada de la casa. Tenía doce años. Tenía doce años cuando descubrí que no tenía una familia perfecta, ni siquiera tenía una familia. Porque eso dejo de ser familia para mí. Jazzy se convirtió en todo lo que tengo. Después de eso, no sabía realmente que hacer. Papá trataba de llevarme a comprar nuevos videojuegos, comprarme bastantes juguetes, elegir el viaje de verano y toda esa porquería. Nunca me dejaba solo con mamá, tenía miedo.

—Tu papá es un idiota—dije antes de si quiera detenerme a pensarlo. —Lo siento.

—No te preocupes, dudo que esa palabra defina lo mucho que apesta mi papá. Como sea, entré en mi plan rebelde. Dejé las clases de piano, reprobé varias materias. Repetí un año, por eso sigo en la escuela. Mamá dejo de aparecer por casa, ella pensaba que no nos dábamos cuenta de que ella y papá ya no dormían juntos. La vi teniendo sexo con mi profesor de deporte, en las colchonetas de la escuela. A ella ni siquiera le importo. Pero seguían fingiendo besos llenos de amor y abrazos enfrente de sus amigos. Dejando que ellos digan cosas como “Tienen la familia perfecta”, y yo aguantándome las ganas de gritarles y decirles, “Abran los ojos, se acuestan con personas diferentes todas las noches. La única razón por la que se preocupan por nosotros es por el qué dirán, nada más”
Tenía dieciséis años, llegué a casa y tengo que admitir que estaba muy ebrio, demasiado. Toda mi familia estaba ahí, grité todo lo que había tenido guardado toda mi niñez. A la abuela casi le da ataque. Mi madre esa noche me dijo que era un completo inmaduro, que no iba a llegar a ningún lado así, y que solo quería llamar la atención de todo. Y ahora que ya no era bueno en nada, y me había vuelto en una basura y que Jazzy era la única hija para ella, estaba haciendo esto.

—Lo siento tanto, Justin. Ahora entiendo porque te enojaste tanto. Aparentamos cosas que no somos. Yo realmente no quise decir eso, no enserio. Estaba enojada, soy claustrofóbica, y solo saca lo peor de mí. Creo que eres una gran persona. ¿Molesta?, sí. Pero tienes esa alegría dentro tuyo que es capaz de contagiarla a todo el mundo a tu alrededor. Eres como un sol. Dándole luz a todo.

—Es lo más lindo que alguien me ha dicho. —pasó su mano, acariciando dulcemente mi mejilla, la cual ahora estaba enrojecida.

—No soy una mentirosa, es solo la verdad.

— ¿Y qué hay de ti?—preguntó, estrechándome a su cuerpo. — ¿Quieres compartir tu historia conmigo?

Solté un profundo suspiro.

¿Quería hacerlo?

¿Realmente quería abrirme con Justin? Él me había contado lo más profundo dentro de él, pero…no podía solo decirle toda mi vida. No sé si voy a ser capaz de contarle a alguien más que no sea Lorette, sobre lo de mis muñecas. Demonios, él me había salvado de volver a lo mismo. Me había salvado de volver a caer en ese lugar oscuro. Y yo todavía no estaba preparada de hablar sobre el asunto de mi madre. Dudo que lo esté algún día. Porque como para Justin, su papá era su héroe. Para mí, mi mamá era mi mundo entero.

Y las decepciones que más duelen, vienen de las personas que menos crees que te van a decepcionar.

—No te preocupes. No tienes que decírmelo todo, solo porque yo te lo dije todo. —Recogió mis manos y las puso a la altura de sus labios. —Cuando estés lista, estaré aquí para escucharte

Después hizo la cosa más hermosa que he visto hacer a alguien. Acercó mis manos a sus labios y depositó un suave beso en cada cicatriz que tenía en mis muñecas. Para después abrazarme fuertemente, y ahora era yo quien lloraba en su hombro.

Justin se fue una hora después, regresé a mi cuarto y me acosté.

Esa noche soñé con un Justin pequeño. Un pequeño niño rebelde de doce años, vagando por las calles. Solo en busca de algo.

Amor.

10 things i hate about you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora