Capítulo tres.

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"Ten en cuenta que el gran amor y los grandes logros requieren grandes riesgos."

El día siguiente había una fiesta de bienvenida a la cual no pensaba asistir, pero por la insistencia de Lorette en que vaya a la fiesta. Tuve que aceptar, lo peor de todo era que iba a ir totalmente sola y quedaría totalmente marginada. Así que tenía un genial plan, diría que estoy enferma y así faltaría.

Pero esa tarde, luego de llegar del colegio me encontré con una agradable visita. Y estaba ahora en más que serios problemas.

—hola papá —salude ignorando completamente la presencia de mi madrastra— que sorpresa tenerte aquí, ¿algún asunto de trabajo que te haya traído? —pregunte educadamente. Y por supuesto quise dejar en claro que si no fuera por su trabajo el no vendría aquí y no se acordaría de su olvidada hija.

—________________ —saludó en todo amable. El era un buen hombre atrapado en la telaraña de la víbora— ¿ya saludaste a Adele? —preguntó sarcásticamente. Ya sé de donde saque ese particular don.

—Adele —regale una mirada hacía ella que supo apreciar—. Pero padre no has contestado mi pregunta.

—venimos a visitarte querida —se adelantó a decir Adele— ya sabes, como tus padres nos preocupamos por ti —dijo esas sucias palabras que me sacaban de ira. Algo que odiaba más que Adele es cuando dice “familia o padres”, ja, como si ella alguna vez fuera considerada algo para mí.

—¿es eso real? —le pregunté a mi padre ignorando a Adele— necesito escucharlo de ti —le pedí. En verdad quería sentir a mi padre preocupado por mí como antes, en esa hermosa época donde era feliz sin saber.

 Por la puerta del living estaba asomada la señora se servicio, se vio un poco sonrojada cuando todos posamos la mirada en ella. Pasó insegura pero luego se paró firme ante mi papá y Adele dándoles respeto. Como si Adele lo mereciera.

—disculpe la interrupción señores Buckner, pero he venido a informar la visita del joven Handerson —dijo levemente nerviosa. No era de extrañar que lo estuviera, cada vez que venían de visita Adele despedía al menos la mitad de los empleados.

 El que Caleb estuviera aquí era una sorpresa, pero siempre había imaginado que era ese tipo de chicos. Lo me ponía nerviosa era que mi padre y Adele estuvieran aquí.

—¿Quién es el joven Handerson? —preguntó mi padre. Le iba a decir quién era obviamente, lo peor que pudiese suceder era que Caleb regara pro todo el colegio la clase de padre que tengo.

10 things i hate about you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora