Capítulo dos.

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"Si alguna vez llega el día en que no podamos estar juntos, mantenme en tu corazón, me quedaré allí para siempre —Winnie The Pooh."



El resto del día en el infierno —digo escuela— había sido una completa tortura. A cualquier lugar que iba recibí la atención de todos, y deseé por milésima vez en el día regresar a las clases privadas desde mi casa. Pero no, a la inteligente de mi madrastra se le ...había ocurrido la más brillante de las ideas.

La cosa empeoro cuando el maestro de Biología me obligo a presentarme cuando llegué a clase, por esa razón odio más las ciencias de lo que ya las odiaba. Él había dicho exactamente: “Levántate y cuéntanos algo de ti”. Como si a mí me gustara compartir mi vida con personas que no conozco. Idiota.

Después de eso, las miradas en el pasillo aumentaron más. Lo malo de esta escuela era que no tenía muchos estudiantes, por obvias razones. Esta escuela cobraba solo por la matricula bastante dinero. Y cuando digo bastante no estoy exagerando. El hijo de un simple abogado no podría estudiar aquí. Aquí solo estudiaban hijos de reconocidas y adineradas familias. Qué suerte la mía, ¿verdad? Era una escuela con poco alumnado, todos conocían a todos.

—las miradas se detendrán en una semana a lo mucho, eres carne fresca ellos aman eso y ellas lo odian. Creo que vas a sobrevivir —una hermosa y pequeña chica se había detenido a hablarme, pero había hablado tan rápido que la entendí con dificultad. Irradiaba alegría con tan solo verla, el uniforme que llevaba puesto le quedaba hermoso en su pequeño cuerpo, lo hacía lucir bien, era como si fuera hecho perfectamente para ella.


—Eso espero —dije tratando de dar la mejor de mis sonrisas. Sí, absolutamente era malísima socializando, me lo recordaba mi linda madrastra, mi tía y hasta yo misma.

—Soy Jazmyn, pero todo el mundo me dice Jazzy. Llevamos Historia y Química juntas —se presentó educadamente, era realmente un encantó total. Envidie eso por un momento, yo jamás podría presentar a alguien si no me obligaran.


—Soy… —comencé a saludarme pero el chico que más amo (¿Les dije que lo ironicé y sarcástico era lo mío, no?) interrumpió. Genial. Como si no me costará presentarme, me interrumpen.


— ¡María! Y… Jazzy —miró hacía ella sonriendo— veo que ya conociste a María —Caleb pasó uno de sus brazos por encima de los hombros de Jazzy, a ella no pareció molestarle, ¿serán novios?

—pensé que te llamabas ___________, eso escuché en historia. Debí haber escuchado mal —se lamentó sonriendo de lado.


—De hecho… —intente hablar otra vez pero volví hacer interrumpida.


—Sí, absolutamente escuchaste mal —él estaba sonriendo de oreja a oreja. Sin duda estaba disfrutando esto. Yo no lo estaba para nada.


—¿Te gustaría sentarte con nosotros en la asamblea? Va a comenzar en unos minutos, tienes que ir al menos que quieras meterte en problemas —fue amable en comentarme eso.


—Yo… —volví otra vez más intentar hablar, pero como nueva novedad, Caleb no me dejo hablar.


—Vamos, María. ¿No eres tan tímida, o si? No vamos a hacerte nada. Lo prometo —dijo Caleb mientras que lo miraba fastidiada pro sus interrupciones.


—Primero, déjame terminar alguna oración, ¿vale?—le dije al fin. Jazzy se rió— segundo, no te tengo miedo saque coraje de donde no tenía y lo enfrenté.


—eso me sonó a diversión —dijo rápidamente— escucha, sé que soné como un completo idiota en el almuerzo, pero trataba de ayudarte. Si no estás con uno de los grupos van a destruirte, y créeme que te digo ni aunque tengas toda la valentía del mundo vas a poder sobrevivir. Tener amistades a veces es bueno. ¿Paz? —dijo estirando su brazo derecho.

—paz —dije estrechando su mano con la mía. Suspire, era verdad, tener a alguien como enemigo y sobre todo a Caleb no me convenía.


—bueno ahora que firmaron un tipo de alianza entre ustedes, ¿podemos ir a la asamblea? No quiero tener castigo hoy —suplicó dulcemente Jazzy. Caleb y yo asentimos.


{…}



Cuando llegamos al gimnasio, este estaba lleno de los estudiantes de todos los años. Que entrara acompañada del presidente estudiantes no ayudó a disminuir toda la atención que tenia encima de mí.

—vamos novata, toda la población masculina te está comiendo con la mirada —dijo Caleb mientras me daba su mano para ayudarme a subir hasta los asientos de arriba. Él definitivamente no disfrutaba de eso.

—creí que era María —dije cuando estuvimos arriba. El me miró fastidiado. A él absolutamente le encantaba molestarme y cuando no lo hacía se sentía un perdedor.

—Chicos ella es ________________, más conocida como María —dijo Jazzy sentándose al lado de un rubio quien también me miraba intensamente como cada persona del sexo masculino (y femenino, eso era aún más extraño) del lugar.

—tú eres la María de la que hablaba Caleb. ¡Tenías razón, hombre! Te debo 100 dólares —dijo uno de los chicos molestó mientras que Calen le sonreía superiormente.

—dejen de comportarse como idiotas, y verla como comida, ¿vale? _____________, ellos son Logan —dijo señalando al que acababa de hablar— Y él es Matt.


—Es un placer conocerte, María —dijo Matt sonriendo. Hasta ahora era él quien más agradaba, por lo visto era amable y no tan pervertido como los demás.

—¿Por lo menos puedo saber porque me dicen así? —pregunté sentándome al lado de Caleb. Justo me toco su lado, vaya suerte la mía.

—Es una broma de chicos, novata. Ya entenderás. Algún día —me dijo como si yo se tratará de su pequeña dieta y él un muy sabio abuelo.


—Bienvenido alumnos —hablo el director por el micrófono. Sabía quién era porque una semana de entrar a clases, había venido con mi padre a conocerlo. Un señor amable, pero muy cobarde. Se notaba que era influenciado por el comité de padres de la escuela. Y que solo lo utilizaban como un títere. Las puertas del gimnasio se cerraron.

—creo que Bieber va a estar en problemas… otra vez —dijo Logan riéndose.

—es una placer volver a tenerlos aquí con nosotros. Porque yo creo que esta escuela somos todos una familia, una familia que este año ha recibido nuevos integrantes y que cada vez irá creciendo más. Sus padres tienen mucha fé en nosotr…


Las puertas del gimnasio se abrieron de golpe, interrumpiendo al director. Y lo vi. El estúpido que casi se estrella contra mi auto estaba sonriendo como niño en su fiesta de cumpleaños. Una rubia estaba detrás de él, ella estaba totalmente sonrojada. Parecía que todos en esta escuela sabían lo que estaban haciendo.

—Así que el bastardo tenía razón, Amanda cayó antes del almuerzo. Esos son otros 100 dólares perdidos —dijo Logan. Realmente él tenía una mierda de suerte.

—¿Tiene algo que decir, Señor Bieber? —preguntó el director mirándolo fijamente. Estaba cabreado por ser interrumpido en su seguro discurso ensayado.

—Sí, es un gusto volver a verlo Tom. Nos veremos después de clase, lo sé. Ya hasta le separé horario en mi agenda —el tipo entró y se acercaba hacia donde nos encontrábamos nosotros. El director siguió con su discurso mientras Justin llegaba hasta la última fila, la más alta. Llevaba una sonrisa de autosuficiencia en su rostro.

—Ve sacando esos 100 dólares, bastardo. Te dije que no apostaras conmigo al menos que quieras perder —se sentó al lado de Caleb, y parecía no haberse percatado de mi presencia por suerte. Quería que acabara esta estúpida asamblea para poder irme a casa.

—Son unos sucios, ¿se los he dicho? —preguntó Jazzy quien parecía conocer al idiota de Justin.

—Deje de contar las veces que nos lo decías —respondió el tipo mientras estiraba sus brazos como si fuera hecho mucho ejercicio. Oh, claro que lo había hecho, en una cama… iugh.

—Entonces…en una escala del 1 al 10, ¿qué tan bueno estuvo? —preguntó Matt ignorando la presencia de Jazzy y yo. Asqueroso.

—Amanda es un… 4. Muy dulce para mí gusto. Pero tengo un plan b. Es Katie Willows, ¿la conoces? Se me entregó en bandeja de plata, no me podía negar —era realmente asqueroso escuchar eso, hasta llegue a gruñí por lo bajo de lo disgustada que estaba, haciendo que el tipo se percatara de mi presencia.

— ¿Tú? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cómo mierda la conocen? —se dio cuenta de m presencia al fin y al parecer le agradaba lo mismo que él me agradaba a mí. Nada. Y lo hizo, hizo el examen de Rayos X que todos los chicos hacen, la mayoría de ellos lo disimulan pero él no, claro que no, él lo hizo como si no le importara en lo más mínimo que yo me diera cuenta.

—Por favor dime que es una de las chicas con las que te has follado, esto sería muy incomodo.


—Ella aun no tiene la suerte de pasar por mi cama —dijo— aunque podemos solucionar eso —se mordió el labio de una manera muy provocativa. Absolutamente no, nunca.

—Nunca. Nunca me acostaría contigo —dije mis pensamientos.

—Eso me suena a un desafío, Bieber —dijo Matt dándole un golpe en su hombro. Hombres tenían que ser.

—Puedes darlo por hecho —dijo. Viré los ojos. No sabía que se podía odiar a una persona tan rápido y fácilmente. Este tipo era un completo idiota y el parecía estar orgulloso de ello. De repente las ganas de darle un buen golpe en la cara se hacían muy tentadoras. Apreté mis puños.

—¿Qué vas hacer? ¿Pegarme? El tamaño de tus manos son la mitad de las mías. Me haces recordar a un pequeño e indefenso conejo.

Los alumnos comenzaron a aplaudir y algunos comenzaban a retirarse del gimnasio. Me levanté del asiento y tomé mi bolso y bajé las escaleras corriendo.

—Gracias Justin. Es la primera chica que parece tener cerebro en esta escuela, y tú la ahuyentas —pude escuchar cómo le dijo Jazzy. Justin la ignoró y sentí su intensa mirada en mí.


—Bonito trasero, Bunny —gritó Justin desde las escaleras.

10 things i hate about you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora