-Capitulo 41-

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Puedes cambiar tu cabello y puedes cambiar tu ropa. Puedes cambiar de opinión, así es como va. Puedes decir adiós, puedes decir hola. Pero siempre encontraras el camino de regreso a casa.

_ ¿Me ayudas? _pregunta Iván, tratando de desarmar la carpa.

_Si: dejando la maleta en el pasto.

Lo ayudo a desatar el techo y sacar las estacas. La sacudimos, limpiando el polvo que había dentro y juntos la doblamos para guardarla.

Todo lo bueno pasaba rápido y este día estaba terminando.

_Chicos, pueden ir subiendo las cosas al micro_ nos indica Ro.

Tomo mis cosas y camino hasta subir las escaleras del micro. Intento agarrarme de la manija pero me resbalo.

_Cuidado_ me ayuda Agus.

_Gracias amigo_ acomodándome.

_Pudo haber sido un golpe feo_ tenso.

Todos habían terminado de desarmar las carpas, la mayoría no había guardado sus cosas en el micro. Nadie quería que este día se terminara, pero nos volveríamos a ver.

_Espero que la hayan pasado bien_ nos dice Oti. _Que tengan un buen regreso a casa, y espero que nos volvamos a ver_.

Todos juntos la abrazamos y nos subimos al micro. Este cierra sus puertas, aplaudimos y agradecemos a Palo y su familia por este viaje que habían hecho.

_Salió todo bien_ comento a Palo.

_No puedo creer que hayamos cumplido todas las actividades_ contenta. _Gracias por haberme ayudado_.

_Que se repita_ sonriente.

En la vuelta me sentaba con Lula, pero nadie hablaba, todos estaban cansados, yo incluido. No había dormido nada y esperaba no tener pesadillas en el micro.

_ ¿Me avisas cuando lleguemos? _antes de quedarme dormido.

_No cuentes conmigo_ entre risas. _Todos van a dormirse_.

_Entonces esperemos_ acomodándome, apoyando la cabeza contra la ventana.

Soy el único que se despierta. Las luces del micro estaban encendidas, pero con unas luces nocturnas. Saco mi teléfono y logro ver la hora 8.30 pm. Habíamos dormido mucho.

_Ro_ acercándome a su asiento. _ ¿Cuánto falta? _.

_Estamos a unas cuadras del cole_ responde, viendo la hora. _Ahora despierto a los chicos_.

Vuelvo a mi asiento y trato de despertar a Lula, le aviso que estábamos llegando y se empieza a acomodar.

_Este día tendría que haber sido eterno_ me dice Flor, desde el asiento de adelante.

_Estoy acostumbrada a que el tiempo se lleve los buenos momentos_ con una sonrisa falsa.

_No me digas_ obvia. _Falta de..._.

_No lo digas_ parándola. _Ya sabemos la respuesta_.

El micro estaciona, nos despedimos de Ro y bajamos uno por uno. Era de noche y no se veía muy bien. Las luces no ayudaban mucho, camino por la vereda, conocía a algunos padres pero no podía ver a los míos. Paso por entre medio de la gente hasta encontrarlos.

_Mamá_ divisándola.

_Franco_ me grita, aferrándome a sus brazos.

_Los extrañe un montón_ después de saludar a mi papá.

_ ¿Cómo la pasaste? _pregunta el.

_Se los cuento en la cena_ contento. _Vamos a casa, tengo mucho barro que limpiar_.

¿Qué tan hermosa es la ciudad de noche? Con los carteles iluminados, las luces de las calles y de las estrellas. Además de tranquila y peligrosa era hermosa. Pero creo que el Campo era mucho mejor que la ciudad y más de noche.

Era raro ver el agua marrón, la suciedad de mi pelo y cuerpo era extrema, todo fue culpa de las guerras de barro. Teníamos todo el pelo duro y todavía ropa sucia. Nuestras mamás no estarían muy contentas con eso.

Dos meses. ¿Por qué me ponía a pensar en eso mientras me bañaba? Mientras me relajaba. Odiaba tener que saber que estos dos mese podían ser buenos o malo, pero les voy a contar algo, si tengo la posibilidad de poderme ver con mis amigos voy a estar contento, mientras ninguno se vaya a vivir a otro lugar. Quiero que todo se quede así, tal y como está.

SIN SALIDA 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora