-Capitulo 15-

31 11 3
                                    

(CHAT DE EZEQUIEL)

Desconectado

-No me da la cara para pedirte perdón y es por eso que te escribo. Lo que hice estuvo mal. Soy un idiota, te trate mal y lo que siempre haces es preocuparte y ayudarme-

-Voy a entender la decisión que tomes, no me merezco tu perdón. Desperdicié una importante amistad, tiré a la basura a una persona que admiro y dije cosas de las cuales me arrepiento-

-Nunca tuve que haberte preguntado sobre tu familia, son cosas que se hablan de la puerta para dentro-

-Te perdono amigo, pero también espero que vos me perdones a mi por haberte hecho sentir mal, por hablar mal de tu familia. Por decir cosas que no pensé-

En línea

-Siempre se dijo mucho de mi familia, muchas cosas malas. No importa lo que me hayas dicho, sos mi amigo y siempre quisiste protegerme-

-Sé que es difícil de entender pero a veces siento que lo que hago no está bien-

-Después de saber toda tu historia lo único que quiero es ayudarte porque no te siento como un amigo, sino como un hermano. Y nunca te quiero perder-

-Nunca te voy a dejar solo porque también te considero como un hermano-

-Gracias por entenderme-

-No sabes lo bien que me siento sabiendo que seguimos siendo amigos-

-No tan bien sabiendo que mañana empezamos las clases y me siento solo-

- ¿Quién dijo que te ibas a sentar solo?-

- ¿Yo?-

-Te vas a sentar conmigo-

- ¿Pero no te sentas con Juan?-

-No creo que le moleste, aparte es lo menos que puedo hacer hermano-

-No lo puedo creer. Gracias amigo, sos el mejor-

-Siempre juntos hermano-

-Siempre-

Desconectado

Ahora di tenía que quedarme tranquilo, sabiendo que todo estaba bien, que las cosas estaban mejorando a medida que los días pasaban. Quiero te todo se quede así y nada cambie su curso.

Tenía compañero de banco eso era lo más importante, después de saber que había recuperado a mi mejor amigo. Estaba feliz y nadie podía borrarme esta sonrisa de mi rostro. Me dirijo hasta mi ventana, corro el vidrio y subo la persiana hasta el final. Con la llave que tengo guardada en el cajón de mi escritorio abro la reja y salgo a mi balcón.

Podía ver todo mi barrio desde ahí, medía un metro de alto y gracias a dios nunca me había pasado nada, tampoco me había caído. Respiro profundo el aire que corría desde allí, ese aire freso llenaba todos mis poros y me relajaba segundo a segundo. Me siento al costado y apoyo la espalda en la pared, dejándome relajar por el cielo tan celeste como nunca, despejado, el sol, los pájaros y el aire corriendo por todo mi cuerpo.

En lo que menos pensaba era en el colegio, en que en pocas horas el Ciclo Lectivo 2015 empezaría. Lo único que hacía era disfrutar el paisaje que tenía en mi casa y nunca disfrutaba. Desde mi balcón veo como una abuela camina con su nieta, de unos seis años de edad al supermercado y ahí es cuando respiro profundo y me pongo a pensar.

SIN SALIDA 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora