-Sanji.
Un día en la oficina colmado de alegría fingida y plagada de hipocresía, todos aparentan estar felices de mi retorno pero parece que fueran ellos los que estuvieran esperando el momento perfecto para atacarme por la espalda, estoy seguro que muchos ya sentían mi puesto en sus manos, esperando, simplemente esperando que no volviera nunca más, cerré la puerta de mi oficina y me senté resignado en aquella silla que días antes se había sentido como un trono, ahora se siente tan dura y vacía como la acera de la calle más fría del mundo. Dos golpes a la puerta, era Usopp.
-Adelante.- Tenía un montón de papeles en la mano derecha mientas con la izquierda le indicaba que podía pasar, Usopp entró tranquilo y con un sobre en las manos.
-Llegó esto hace un rato a tu nombre.- Me tendía el sobre.
-¿De quién es?- dije sin apartar la mirada de los papeles.
-No tiene remitente.- dejo su voz flotando como si quisiera que yo entendiera de quien era. El primer nombre que venía a mi cabeza fue Zoro, pero sabía que él no lo mandaría, debía estar lo suficiente molesto para no querer volver a verme en su vida, tomé el sobre que Usopp me daba y lo abrí.
"Hola cariño... espero que te encuentres bien, por acá el día esta soleado pero el mundo está por colapsar, la caída del gran dios es inminente y podrías comenzar a escalar, mándame una carta de vuelta, ya sabes, siempre al mismo lugar"
Era Franky, las cosas en el bajo mundo están demasiado tranquilas eso sólo puede indicar que se viene lo peor, al parecer Barbanegra estaba planeando alguien pues él es "el dios inminente" además dice que podría comenzar a escalar ¿acaso están tratando de atacar al FBI? Eso es malditamente imposible, debó ir a buscarlo para que me dé más detalles, aunque no me siento lo suficiente seguro para embarcarme de nuevo en esos mares, es algo que debo hacer, bajé las demás hojas de la carta que eran simples hojas con garabatos y palabras al azar, cualquiera pensaría que mantengo un romance con una bella joven no que me están pasando información por medio de la correspondencia que el FBI me hace llegar, en fin, debo terminar este papeleo para comenzar a moverme.
-Sanji, desde que volviste no hablas con nadie ¿estás bien?- la voz de Usopp detuvo el movimiento de mi vista sobre los documentos.
-Lo siento si te preocupé, pero todo está bien.- continúe mi lectura justo donde la dejé.
-¿Sabes? Una de las peores sensaciones en el mundo es la de darte cuenta que no confían lo suficiente en ti.- Dijo eso y salió de mi oficina, dejándome ahí sintiéndome la peor escoria del mundo ¿realmente lo que estoy haciendo es lo correcto?
-Nami.
Un vestido ajustado negro, unas zapatillas cómodas, un escote considerado, un arma entre las piernas y el viento jugando a mi favor, los callejones de la ciudad sin nombre no son nada comparados con la seguridad que siento, por la mañana después de llegar al trabajo y separarme de un taciturno jefe recibí una llamada... interesante, la voz de un niño sonaba del otro lado, diciendo que tenía un buen trato para curar la melancolía de mi adorado jefe, me citaba en este lugar. ¿Por qué vine? Simple, no había mentiras en su voz y si de algo estoy segura es de mi capacidad para reconocer las mentiras.
Una puerta a medio caerse rodeada de tipos semimuertos alrededor, empuje la puerta con delicadeza y ésta cedió a mi tacto, un niño jugaba con sus piernas en la mesa más alejada del lugar, camine con seguridad hasta él, jale la silla y tome asiento, el alzó la mano y le dijo al mesero que llego de inmediato que trajera una bebida para mí, hablo sencillamente pero el mesero ni una sola vez le contradijo, la autoridad que desbordaba era absoluta aunque seguía pareciendo un niño.
-Tu bebida no tardará.- dijo dándome una tierna sonrisa.
-Gracias.- Moví inquieta mi cabello, aún era temprano debían ser cerca de las 11 de la mañana pero en ese lugar podrían bien ser las 11 de la noche y no notaría la diferencia.
-Gracias a ti por venir, me pregunto si sabes quién soy.
-No lo sé, pero debiste conocer por un buen tiempo a mi jefe para suponer que se encuentra tan triste como dices.- soltó una ligera carcajada.
-No vengo a aquí por él, lo hago por alguien más, estoy buscando la manera de sacarlo de la cama y hacer que consuma algo de comida, tu jefe debe estar ahogándose en trabajo ¿no?- Me miró directamente a los ojos, con su mirada cargada de miedos y preocupación, parece que puedo confiar en él.
-¿Fuiste tú quien corrió a Sanji, del lugar en donde se encontraba?- mi voz sonó más severa de lo que intentaba sonar, pero no podía imaginar el dolor que estaba sintiendo Sanji.
-Fui yo.- dijo simplemente mientras agachaba la cabeza.- Era lo mejor.
Cruzó mi línea.
-¿Lo mejor para quién?- Sus ojos me reprendieron.
-Para él. Para Sanji. Es lo mejor para él.-Me quede en blanco ¿qué mierdas decía este mocoso?
-Mientes.- dije aunque sabía que lo que decía era verdad, todo lo que decía, el miedo y el rencor plagaba su voz, pero no tenía sentido ¿por qué para proteger a Sanji?
-Te voy a contar una historia. Hace muchos, muchos años existía una princesa de larga cabellera negra, se la vivía al pendiente del reino pues el rey era muy distraído y si estuviera solo todo el reinado hubiera caído hace mucho tiempo, en fin, la princesa siempre estaba con el rey, comía con él, dormía en la habitación de junto, siempre leía libros de la antigua biblioteca... - lo interrumpí.
-¿Eso que tiene que ver?
-Ten un poco de paciencia y déjame terminar. Bueno, un día el rey decidió salir e ir a patrullar el reino, preguntaba a los habitantes como iban las cosas y demás y la princesa lo acompañó, en el camino vio a un caballero de armadura oscura, sonriente y bromista preguntar cosas a los habitantes, ¿Qué tipo de mercancías vendían? ¿A quiénes se las vendían? Las preguntas intrigaron a la princesa, así que se hizo pasar por una campesina y se dejó entrevistar por el caballero oscuro, así fue durante varios días, pero la información comenzó a escasear, el caballero ya tenía la información que necesitaba sin embargo seguía volviendo a ver a la princesa. La princesa cometió un error, se enamoró del caballero, finalmente el caballero se enamoró de ella y no pasó la información a su rey, el rey del reino enemigo de la princesa, ambos se enamoraron, pero la historia no terminó bien, el rey oscuro se enteró del amor de su guardia principal, el caballero oscuro tenía un rango muy alto y la completa confianza del rey se vio destruida, por ello el rey se sentía herido y traicionado, así que mandó a matarlo por su falta, la princesa fue invitada especial de aquella masacre.
El rey oscuro llamó al reino enemigo para disfrutar un espectáculo, la princesa reconoció de inmediato la armadura de su caballero y contuvo sus emociones lo mejor que pudo, vio como lo subían al patíbulo cubierto por una manta en la cabeza y finalmente le cortaron la cabeza mientras la princesa lucía completamente tranquila, mientras ella lloraba en silencio la pérdida de su caballero, el caballero de brillante armadura oscura con una extraña cabellera azul.- contuve la respiración ¿me está tratando de decir que ellos ya habían tenido contacto con el FBI y no con cualquiera sino con el guarda especial Franky? ¡Oh maldita sea! La historia del Guarda Especial Franky es una de las historias más sonadas en el FBI pues fue una reprimenda y advertencia para todos que enunciaba "No puedes engañar al FBI", se sabe que murió, pero no tenía idea que había sido por sus tratos con los yakuzas, ¿quizás deba investigar más? El niño volvió a hablar.
-Ustedes nos han herido más que nosotros a ustedes, pero no quiero ver a Zoro sufrir como sufrió la princesa, por eso... por eso te ofrezco algo para ayudarlos.
-Bien, estoy dispuesta a ayudarte siempre y cuando me cuentes toda la verdad. ¿Qué es lo que propones?- Los ojos del chico tomaron una madurez que no había visto nunca antes.
-Una alianza.
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Autora del futuro al habla; Oh deseos D;, en fin, capítulo corregido.
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Encuentros desafortunados.
FanfictionSanji un alto mando del FBI. Zoro uno de los más temibles yakuzas. Sanji esta a cargo de acabar con los yakuzas del lugar, esa es su misión, el objetivo esta claro, todo parece ir por el camino correcto hasta que por azares del destino se encuentra...