Conteo: Día 4 y 5. (1/2)

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-Zoro.

Koala había entrenado a la mitad de nuestros hombres y hace unos años ayudó en el entrenamiento de los cadetes de elite de la CIA en E.U.A., todo podía irse al demonio en este momento, además por la mirada dedicada a Sanji no está nada feliz de tener que lidiar con tan poco tiempo con personas que no conoce. Koala avanzó unos cuantos pasos hasta toparse con nosotros y pronto sentí mi muñeca liberarse, bien, ahora no entiendo que está pasando.

-Me enteré de los resultados del entrenamiento de ayer, fueron buenos, pero siguen siendo mediocres, considerando el nivel que tienen y deliberadamente usé el plural, podrían hacerlo en la mitad de ese tiempo, atribuiré esa falla a las cadenas por ello empezarán desde cero hoy, a las 12 en punto los veré en el baldío. Por cierto, tienen una advertencia de cinco pasos ¿entendido?

-¿Cinco pasos? ¿De que habla usted señorita? - Sanji rompió el silencio y la mirada de Koala no se hizo esperar, acaba de ser acribillado por un par de ojos oscuros sumamente expresivos.

-No pueden alejarse más de cinco pasos, ¿te quedó claro o necesitas que te ayude a contar? -Koala giró sobre sus talones y pude ver una mirada con un dejo de orgullo surcar las facciones de Sabo.

-¿Sabes? Hace unos días no lograba sacarla de la cama, ahora parece que puede comerse al mundo de nuevo. - La mirada de Sabo estaba tan triste que sentí algo removerse dentro de mí.- Quizás después del desayuno ella este mucho más molesta que ahora, así que prepárense para lo peor ¿sí?

Pronto Sabo estaba justo al lado de ella y le tomaba la mano, estaban caminando en dirección a la habitación de Mihawk, presentía que la situación estaba por complicarse, inconscientemente comencé a masajear mi muñeca que tenía un gran moretón en donde antes habían estado las esposas, entonces la voz de Sanji comenzó a retumbar en mis oídos.

-¿Soy yo o no le agradé?- contuve una carcajada.

-En realidad, creo que a ella no le agrada nadie la primera vez o al menos eso quiere que piense la gente. - Sanji golpeó ligeramente el piso con la punta de su zapato.

-Ella me agrada, presiento que debajo de toda esa coraza se encuentra aún una pequeña niña, entiendo la soledad y el dolor en sus ojos. - hizo una pausa mientras yo estaba aún encandilado en sus palabras.- Y creo que quiero ser su amigo.

No pude contener mi carcajada esta vez, Sanji, con las mejillas coloradas me fulminó con la mirada.

-¿Qué es tan gracioso estúpido marimo?

-Tú, esa última frase la dije yo el día que la conocí, me arrepentí cuando ella me rompió la muñeca por intentar retenerla para entablar una conversación, ciertamente fui un troglodita sin tacto, pero ella me rompió un hueso en pago, es una chica de temer a veces.

Sanji estaba algo distante, asintió a la nada y me indicó con la cabeza la dirección en la que quería ir, igual a cuando estábamos encadenados, le seguí sin pensarlo dos veces, ahora íbamos camino al comedor.

El reloj marcaba las 7:05, cuando el desayuno se tomaba a las 7 en punto, en especial con Mihawk cerca, nos sentamos en nuestros respectivos lugares aunque la comida aún no desfilaba por la mesa, esperamos cerca de quince minutos más hasta que Luffy comenzó a derretirse, literalmente, sobre la mesa, entonces los chicos encargados de la cocina hicieron salir la cocina, Mihawk no estaba en la mesa y tampoco encontraba a Sabo o a Koala, la situación era un poco extraña considerando que ambos se habían movido en dirección a la habitación de Mihawk, poco antes de las 8 am, cuando los platos habían sido ya retirados y todos se encontraban en medio de platicas y conversaciones sin sentido la puerta se abrió estrepitosamente, Mihwak estaba ligeramente desalineado, además de cargar con el aura de un asesino, Sabo estaba ligeramente delante de Koala, intentando protegerla de cualquiera aún cuando no había amenazas en la habitación, cerrando la marcha estabaKoala con los ojos ligeramente hinchados por lagrimas, quizás, contenidas, los tres se sentaron en sus lugares correspondientes mientras un silencio sepulcral se extendía por la habitación, Mihawk fue quien rompió el silencio, sin embargo la tensión no hizo más que aumentar.

Encuentros desafortunados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora