Conteo: Día 2; Vergüenza.

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-Sanji.

Después de obtener la negativa de Zoro ante mi amena conversación nocturna opté por dormir, era lo más sensato, así que cubriéndome con las cobijas hasta la nariz suspiré hasta dejarme abrazar por Morfeo. 

Un haz de luz me golpeaba la cara insistentemente y tuve que desperezarme poco a poco, se sentía cálido dentro de las cobijas, tan cálido, aspiré con fuerza negándome a despertar y delicioso aroma se encontró con mi nariz, olía a madera y un poco de acero, quede encantado en un segundo, aún en mi ensoñación matutina me giré entre las mantas para darme cuenta del lugar de donde provenía dicho aroma. 

Bien Sanji, no hagas una idioteces. 

Espera, ¿yo?, ¡Es el maldito marimo el que esta acostado en mi jodida "cama"!

Respira, Sanji, eres un hombre... sí, al que le gustan otros hombres, ok, mal comienzo. 

Vamos de nuevo, Sanji, eres un adulto que sabrá como manejar la situación con la cabeza fría.

Sí, eso esta mejor. 

Así que una vez que culminé mi debate mental opté por la opción más idónea y adecuada para la situación, tomé todas las cobijas y las giré hasta sacar al marimo de ellas, eventualmente estaba durmiendo en el piso y no se golpeo al salir, únicamente se oyó un ligero golpe de su hueca cabeza, fingí estar dormido en lo que el idiota cabeza de cespet despertaba, comenzó a murmurar pensando que estaba dormido. 

-Pero que carajos... ¡Oh mierda! El maldito cejillas armaría un escándalo si supiera que amanecí a su lado, joder, Zoro serás imbécil. 

Pude escuchar a mi voz interna decir "Jodido imbécil, soy una persona adulta que puede muy bien guardar la compostura" y entonces tuve un ataque de idiotez que no pude retener. 

-Maldito marimo, ¿crees que te saqué de las cobijas sin querer? 

Oficialmente: Soy un idiota. 

Y en ese instante decidí cerrar la boca. Después de ese incómodo momento Zoro evitó el contacto conmigo por horas, por su puesto que yo tampoco estaba muy dispuesto a acercarme, Mihawk aún no se había ido y sentía su mirada seguirme a cualquier lugar a donde fuera, Zoro parecía no inmutarse ante tal hecho pero tenía la leve sospecha de que se encontraba igual de incómodo que yo. El desayuno se desenvolvió en un ambiente un poco tenso, las miradas viajaban de una esquina a la otra en la mesa, Zoro quién se encontraba en un extremo junto a Luffy se abstenía de mirar al extremo contrario, donde se encontraba ni más ni menos que Mihawk, además Nami y Ussop se encontraban un poco intimidados por el mayor en la mesa, estaban a poco de agotar la paciencia de Nami donde probablemente se pondría a gritarles a todos, sería una escena excelente pero como si me leyera la mente dirigió su mirada hacía mí con una sonrisa ladina decorando sus labios: Mala señal. 

El resto de la mañana transcurrió sin problemas, aunque Zoro seguía evitándome, eso no era nada bueno considerando que teníamos el tiempo contado y seguía sin saber nada de Zoro. Y pensé que así seguiríamos, como pocas veces, me equivoque. Ya entrada la tarde Mihawk nos mandó llamar a una de las habitaciones más alejadas de la casa, pensé que vería a todos reunidos sin embargo sólo estaban: Mihawk, Luffy, Nami y Ussop, segundos después a mi llegada entró Zoro a la habitación. 

-Cierra la puerta.- Exclamó Mihawk. Acto seguido continúo su monólogo.- Veo que la situación no avanza entre ustedes dos, incluso pareciera que vamos en retroceso, claramente ese no es el objetivo que se tiene en mente así que tendré que tomar cartas en el asunto.- realizó una pausa en el momento en que Nami se acercó a nosotros, antes de que pudiera reaccionar escuché un "Clic" sumamente familiar, claro,  nos habían esposado, antes de que pudiera quejarme o decir una palabra Nami susurró en mi oído "No acabes con mi paciencia, Jefe" y fue suficiente para que mantuviera la boca cerrada, Mihawk volvió a hablar.- Así que tendremos que pasar a algo un poco más drástico, desapareciendo toda privacidad entre ustedes, pueden retirarse. 

Encuentros desafortunados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora