-Sanji.
Mi habitación me abrazó con una vieja sensación, me sentía solo entre aquellas penumbras, el reloj marcaba la hora pero no me detuve a mirarlo, el cuarto estaba hecho un desastre a excepción de mi librero que siempre me había esforzado por mantenerlo en orden, creo que era lo único que mantenía en su lugar a parte de mi closet, además, claro de la cocina, y no podría vivir con mi escritorio en desorden... bueno, sí, quizás y solo quizás, era un poco exagerado con el orden pero me daba un poco de calma mantener las cosas en su lugar como si pudiera sentir que mantenía la situación bajo control solo con eso, saber que conocía en dónde estaba cada cosa en el momento en que lo deseara me brindara más seguridad en lo que aparentaba, nunca fui bueno para adaptarme rápidamente a los cambios siempre me adapté a mi ritmo, siempre me impuse rutinas pues fue la forma en que un chiquillo de 12 años se las arregló para sobrevivir en el mundo de los adultos.
Me recosté contra el sofá con actitud derrotada, no quería hacer nada más en ese momento, afloje la corbata que se encontraba atada a mi cuello, pronto el silencio de la habitación me llevó a viejos parajes, paisajes que había enterrado en mi memoria, ahí estaba él parado en el marco de la habitación mirándome como tantos años atrás... como aquel día.
...
El niño caminaba asustado hacía aquella habitación, sentía que comenzaría a temblar en cualquier momento así que se clavó las uñas sin que nadie se diera cuenta, la puerta se erguía imponente ante él y no supo que más hacer que empujar la pesada puerta y entrar, su padre se quedó mirando desde el marco de la puerta, simplemente se quedó ahí mientras Sanji era encadenado en el lugar de siempre, por primera vez en mucho tiempo tenía un propósito en mente, no soltaría un solo sonido, no diría nada, simplemente dejaría que el dolor fluyera como el aire a su alrededor... que iba a saber él lo que deparaba aquella noche.
Sus manos estaban bien sujetas y sus pies estaban aún tocando el piso, sabía lo que seguía, escuchó el golpe que preparaba el látigo sobre el piso... cerró los ojos y no los abrió hasta sentir la sangre escurrir por las comisuras de su boca, los primeros latigazos siempre eran los peores, el dolor del duro cuero rompiendo la carne hasta llegar a la piel y abrirla a su paso era inimaginable en los primeros instantes, el escozor de la piel, el fluir de la sangre aún tibia, el ardor que provocaba, contuvo el aliento hasta que sentía su cabeza girar, toda la habitación comenzaba a moverse, quizás era el dolor, quizás era el hecho de haber contenido el aliento tanto tiempo, no lo sabía y tampoco le importaba, el brillo característico de sus ojos se iba perdiendo con cada golpe, pronto su voz perdió el sonido, el reloj anunciaba media hora ya de tortura, Judge alzó la mano para detener los latigazos, era tiempo de algo más, Sanji pudo sentir un peso tirar de sus pies al igual que sus manos al ser jaladas para levantarlo del piso, escucho tronar sus huesos al estirarse tan rápido pero él no emitió sonido alguno, Sanji no lo veía pero una mueca se formó en Judge, él estaba sonriendo por primera vez en muchos años, sonreía, disfrutaba de ver sufrir a su hijo, se regocijaba en sus lágrimas, en el dolor de aquella escoria que era el reflejo de la mujer que lo había engatusado, con esos simples pensamientos el mayor se encontraba molesto alzó la mano para continuar, acto seguido se abrió una pequeña escotilla a los pies de Sanji, en el fondo se encontraban fragmentos de roca labrados en pico una caída ahí aseguraba la muerte de un adulto pero él era tan pequeño que lograba escapar del filo entre los espacios de la roca, era la primera vez que el rubio veía esa trampilla, en ese momento cayó en la cuenta de que ese día cambiaría la rutina de siempre.
Fue azotado tres veces contra aquella trampa, pero siguió manteniendo el silencio de la habitación, no soltó ningún quejido, simplemente dejó que las oleadas de dolor lo golpearan, como las olas del mar embravecido en contra de los riscos, él se mantenía tranquilo, demasiado pensaba Judge, por primera vez en mucho tiempo le quitaron las esposas, le quitaron el peso atado a los tobillos y lo sentaron en una silla, Sanji estaba sintiendo el miedo puro recorrer su cuerpo, eso era algo nuevo también, nunca había visto una silla en la sala y eso lo aterraba.
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Encuentros desafortunados.
FanfictionSanji un alto mando del FBI. Zoro uno de los más temibles yakuzas. Sanji esta a cargo de acabar con los yakuzas del lugar, esa es su misión, el objetivo esta claro, todo parece ir por el camino correcto hasta que por azares del destino se encuentra...