Capítulo 26.

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Aspiré el olor de John unos segundos antes de apartarme de él -Perdón- me disculpé -Paul...- susurró John, tomando mi mano -No, John, sé que es lo que dirás y la respuesta es no- contesté antes de que comenzara de nuevo a pedirme una oportunidad. Este me acercó con cuidado a su cuerpo y me sujetó de las mejillas, haciendo que inconscientemente cerrara los ojos. 

    -Por favor, Paul- me susurró al oído, haciéndome estremecer, sentía que no podría más si me seguía quedando tan cerca de él, pero no quería apartarme de él, maldita sea -Hazlo por él, por Jude, por mi- siguió pidiéndome suplicante John, y lo único que atiné a hacer fue a negar con la cabeza. John chocó su frente contra la mía -Por favor- supe que estaba llorando por la forma en la que la voz se le cortaba, pero aún así no cedí. 

    -No- contesté cortantemente, saliendo de la habitación lo más rápido que pude. Bajé hasta la cocina, donde Freda ya estaba sirviendo las fresas con crema -¡Paul! Ya iba a subir- me anunció alegremente, pero al ver mi semblante esta borró su sonrisa -¿Estás bien?- me preguntó, ayudándome a sentarme. 

    Negué con la cabeza. 

   -¿Qué pasó?- me preguntó dulcemente, pasando sus manos por mi cabello -John- contesté, intentando contener las lágrimas -¿De nuevo te lo pidió?- Freda había sido mi cómplice desde que este desastre había comenzado, sabía todo lo que sentía cada que John me decía cosas lindas o cuando se enojaba conmigo por no querer aceptarlo, pero en su opinión yo debía de intentar algo con este. Asentí ligeramente y sequé las lágrimas que me habían salido. 

    -Sabes que no se va a cansar hasta que le digas que si, no importa si es mañana o dentro de 40 años- me dijo, volviendo a tomar su postura de madre frente a mi -¡Pero es difícil olvidarlo, Freda! ¿Como podría hacerlo? ¡Estar con él en la misma habitación me causa terror!- 

   -Puedes decirle que vayan despacio, Paul- comenzó a explicar -Simplemente deberías de dejar de ser tan paranoico y aceptar que John de verdad te ama y está arrepentido- esta pasó un brazo por mis hombros y me estrechó un poco -¿No haz pensado que podrían llenar a ese bebé de amor? Los bebés también sienten lo mismo que tú, no es sano que estés llorando todo el tiempo- 

    Sonreí un poco al recordar el movimiento que mi bebé había echo minutos antes -Se movió cuando escuchó la voz de John- le conté a Freda, que de inmediato sonrió de oreja a oreja -¿De verdad se movió?- preguntó completamente emocionada -Si, dio una patadita pequeña cuando John le dijo que no me despertara tan tarde- expliqué, haciendo reír a Freda -¡Ves! No deberías de pensar tanto las cosas y entender que es mejor para ti y para el bebé estar con John- 

    -¡Pero...!- Freda enarcó una ceja y se cruzó de brazos -Arg, ¡Está bien!- acepté finalmente -Pero será mañana, ahora solo quiero comer- le dije, tomando un pequeño vaso que contenía las fresas, haciéndola reír. Estuvimos ahí unos minutos, hablando acerca del embarazo y lo terrible que se sentía tener los pies hinchados todo el tiempo y antojos extraños, hasta que finalmente el sueño volvió a apoderarse de mi cuerpo. Freda me acompañó hasta mi habitación, donde se había quedado John, y entré rogando que este ya estuviera dormido. 

   Efectivamente, Lennon yacía en la cama junto con Jude, y ambos estaban abrazados tiernamente. ¿Algún día mi bebé y John se verían de la misma forma? me pregunté. Sonreí un poco al pensar como sería la vida después de que el bebé naciera. 

    Esta vez no desperté a John. 

   Me acosté en el espacio restante de la gran cama, con Jude en medio de esta, me cubrí con la cobija, y de inmediato caí rendido. 






Desperté muy tarde a causa de mi pequeña aventura nocturna, cuando vi el reloj que estaba colgado en mi pared y me percaté que ya eran las dos de la tarde me apresuré a ponerme de pie, a la par que mi estómago volvía a rugir -¿Tienes hambre, bebé?- le pregunté, acariciando mi vientre -También yo, tu padre se las verá por no despertarme- le informé. Después de ponerme una bata encima de la pijama bajé a la sala, donde solo se escuchaban unos susurros, algo raro, tomando en cuenta que Jude y George siempre estaban haciendo ruido. 

   Jude, Freda, George y Ringo se encontraban en silencio, mirando hacia la puerta del jardín trasero -¿Qué está pasando?- pregunté un poco sorprendido. Los cuatro giraron a verme al instante, completamente sorprendidos -¡Paul! ¡Despertaste!- se apresuró a añadir Ringo nerviosamente -¡Si! ¡Que sorpresa que PAUL haya despertado!- gritó George, haciendo énfasis en mi nombre -¿Qué demonios les sucede?- pregunté.

    -¡Absolutamente nada, PAUL!- gritó Ringo; Freda se dio una palmada en la frente y Jude comenzó a reír por la escena -¿Dónde está John?- pregunté cada vez más fastidiado por la actitud de mis amigos. Estos se miraron un poco nerviosos, y en ese instante se escuchó una voz demasiado aguda que venía del jardín. Fulminé con la mirada a mis amigos y rápidamente me encaminé hacia la parte trasera de la casa. 

   -¡No lo hagas!- me gritó George, sujetándome de la mano -¿Por qué no?- pregunté fastidiado -Porque... porque... ¡Porque es radioactivo!- contestó, haciéndome rodar los ojos -Suéltame, George- le pedí, este negó con la cabeza y jalé mi brazo para liberarme. Antes de que pudieran volver a sujetarme caminé hasta el jardín donde John estaba con una... ¿Mujer?

    Era muy bajita, y tenía una enorme maraña de cabello negro, además de que estaba completamente vestida de blanco, pero lo peor era que estaba sujetando a mi John de la mano -¡John!- grité, furioso, este de inmediato desvió su atención de la mujer y se fijó en mi -¡¿Qué demonios está pasando aquí?!- pregunté, dando grandes pasos por todo el jardín. La mujer se dio la vuelta y si no hubiera estado tan furioso hubiera salido corriendo, era japonesa, se notaba por sus rasgos. Pero nunca había visto a una japonesa tan fea. 

   -¡Paullie! ¿Qué haces aquí?- preguntó con toda naturalidad John -¡¿Como que que hago aquí?! ¡Es mi casa, idiota! La pregunta aquí es ¿Qué hace ella aquí?- señalé a la mujer con desprecio -Oh, Paul, ella es Yoko, es una amiga- me explicó -¡¿Y tu amiga te tenía agarrado de la mano?!- John parecía inusualmente feliz por mi furia, haciéndome enojar aún más -Solo soy su amiga...- susurró la mujer, demasiado agudamente. 

    -¡¿Ah si?! ¡Bueno, amiga de John, te dejaré algo muy en claro! ¡Ese hombre!- señalé a John -¡Ese hombre tiene dueño y una familia!- grité, esta miró un poco confundida a John y después volvió la vista a mi -Creo que estás malinterpretando las cosas...- susurró la mujer -Yoko ¿Podrías volver luego? Necesito hablar con Paul- esta asintió con la cabeza y se encaminó hacia la puerta del jardín -¡Eso! ¡Vuelve a donde perteneces, Yoko!- le grité, apretando los puños, hasta que esta desapareció por el umbral. -Paul, déjame explica...- 

    -¡No! ¡Vete al infierno tu también, Lennon!- le grité, para darme media vuelta y volver a introducirme en la casa.

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Si, Paul se esta volviendo loco con eso del embarazo xd 

Por cierto, se me olvidó decirles que ahora vamos a empezar a avanzar un poco más rápido en el tiempo para que no los aburra la historia (Ya le calculé bien y va a tener como 45 o 50 capítulos, así que ténicamente vamos a la mitad)

The little Beatle. [McLennon] [MPREG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora