Capítulo 14. [Editado]

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—Paul ¿Estás bien? —preguntó George pasados unos segundos. 

   —¡Claro que no! ¡Se va a ir, George! ¡¿Entienden porque no quiero decirle nada?! ¡Abandona a Julian como si fuera cualquier cosa! —expliqué, con la respiración agitada. De verdad había días en los que no entendía cómo podía soportar a John. 

   —Bueno... quizá tienes solo un poco de razón, pero ¿No has pensado que quizá la actitud de John con tu bebé sea diferente? Es decir... aunque no lo aparente te quiere y... —comenzó Ringo. 

   Solté una risita irónica. 

   —¡Seguro que me quiere! Cuando quieres a alguien lo tomas contra su voluntad, qué romántico —rodé los ojos, comenzando a tranquilizarme—. Quiero comer, con permiso —me abrí paso entre Ringo, George y Freda, que había permanecido en silencio, y bajé al comedor. 

   Rápidamente comencé a comer el Fish and Chips, y pasados unos minutos mis amigos entraron al comedor como si nada hubiera pasado y decidieron seguir con su celebración. Nadie mencionó a John, haciendo que la velada fuera aún mejor. Era extraño pensar que todo esto era real, y que de verdad había alguien dentro de mí, pero a la vez se sentía tan natural que asustaba, era como si siempre hubiera esperado que esto 

    Entrada la noche, Ringo y George comenzaron a beber cerveza, yo también lo iba a hacer, pero Freda me dio un manotazo y me dijo; no seas estúpido, no puedes tomar alcohol. Así que Freda y yo nos la pasamos tomando té, mientras que Ringo y George se emborrachaban hasta el punto en el que Ringo comenzó a contarnos—: Cuando Mo' se embarazó de Zak, se estaba volviendo loca.

George soltó unas risitas impulsadas por la bebida. 

   —¡Es enserio! Despertaba todas las madrugadas a pedirme comida china, así que ahí iba yo, a las 4 de la mañana, en busca de un restaurant de comida china. Espero que tu no te vuelvas loco, Pauline —y dicho eso, George y él comenzaron a reír como idiotas por el chiste de Ringo.

    —Yo quiero hacerle un hijo a Pattie —empezó a explicarnos George—. John es afortunado, 25 años y ya tiene dos hijos. 

   De inmediato coloqué mala cara, y George pareció notarlo porque de inmediato cambió de tema. 

   —¿Qué quieres que sea, Paul? —me preguntó. 

   —No lo sé, ni siquiera sé si quiero conservarlo—Ringo se atragantó con su cerveza. 

   —¿Conservarlo? ¿Piensas darlo en adopción? —preguntó casi a gritos. 

   —Donarlo a la ciencia, más que nada —explicó Freda con un tono de voz que intentaba ser de persona inocente, pero sabía que estaba haciendo eso para poner a Ringo y a George de su lado. 

   —¡¿Donarlo a la ciencia?! ¡¿Te volviste loco?! —preguntó George, dándole un golpe a la mesa.

   —Bueno, tengo 24 años, no sé si de verdad quiero un hijo... —comencé a explicar, sin estar dispuesto a dejarle ganar esa batalla a Freda. 

   —¡No puedes hacerlo, Paul! No sabes que clase de cosas pueden hacer con tu bebé, o quién lo va a adoptar ¡¿Y si lo adopta una familia de maniáticos asesinos adictos a las drogas?! —preguntó Ringo. 

   —Bueno, se revisan los historiales de las familias, no regalan bebés así como así—contesté—. Además de que están olvidando el detalle más importante...

    —¡¿Qué?! —preguntaron al unisono George y Ringo. 

   —The Beatles —contesté con simplicidad, creyendo que esa era mi mejor carta en mi defensa—¿Qué van a hacer The Beatles con un bebé? ¡Adiós orgías, adiós alcohol, adiós conciertos! —comencé a enumerar— ¿No se han puesto a pensar que el bebé me va a necesitar? ¿Cómo esperan que lo cuide?

    —Pensé que dijiste que saldrías de la banda —dijo George, volviendo a probar su cerveza, ahora que parecía que la discusión había cambiado de enfoque. 

   —¡Claro que quiero hacerlo! Pero imagínense, si fuéramos los cuatro y un bebé sería difícil, ahora piensen en que haré si me hago solista y tengo que cambiar pañales. 

   George y Ringo se miraron un momento, analizando la situación. 

   —Quizá si no fueras tan terco y le dijeras a John... —volvió a insistir Ringo. 

   —¡No! ¡John no tiene derecho a saber nada! —grité.

    —¡Pero es el papá, Paul! —gritó George, desesperado. Al parecer, la pelea había vuelto a su punto de origen.

   —¡Me violó! Eso es todo lo que sé, todo esto es su culpa, yo no quería tener sexo con él, y yo no quiero un bebé ¡Todo lo que me pasa es culpa de John! ¿Y donde está? ¡Camino a España!

   —¡Tú lo corriste! —replicó George. 

   —¡Se lo merecía! —insistí. 

   —¡Pero te quiere, Paul! ¡Y sé que él sería feliz si se lo dijeras! Es prácticamente un milagro, y estas privando a John de saberlo —explicó Ringo, que parecía ser el único en esa habitación con un poco de calma. 

   —¡No! ¡Ya basta! Si doy o no este bebé en adopción es mi problema, ni ustedes ni John pueden intervenir en mi decisión, y no me importa lo mucho que se supone que me quiera John ¡Él no va a saberlo! —me paré de la mesa y salí como alma que llevaba el diablo hasta mi habitación, terminando por fin con la discusión. 

The little Beatle. [McLennon] [MPREG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora