Capítulo 34.

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-John, esto es...- me quedé paralizado, mirando la habitación que tenía justo enfrente -¿Te gusta?- me preguntó con una sonrisa. Asentí con la cabeza, no sabía que otra cosa hacer más que mirar las paredes, era una habitación de bebé. 

   Los muros estaban tapizados de distintos colores de azul con dibujos de medias lunas blancas y pequeños soles; había una gran cuna blanca en el rincón de la habitación, justo a su lado un pequeño ropero del mismo color, había algunos cuadros con imágenes de guitarras, otros con las fotos que Ringo y George se habían empeñado en tomarnos, algunos más con fotos de John y de mi antes del embarazo. 

   Una repisa llena de juguetes de peluche, y el suelo estaba cubierto por una alfombra completamente blanca. Pasé a la habitación con mucho cuidado, aún con la boca abierta por lo que estaba viendo -Pensé que no podríamos quedarnos a vivir por siempre en la casa Beatle, así que compré esta casa- explicó John -La iba a comprar en Londres, para que quedara más cerca de los estudios, pero creo que sería mejor que el bebé creciera donde lo hicimos nosotros- 

    No podía dejar de mirar a mi alrededor, conforme más ponía atención me encontraba cosas más maravillosas. En otro extremo de la habitación habían un puñado de juguetes para bebé, además de que John no había intentado disimular su deseo de que nuestro hijo fuera músico, ya que había colocado un ukulele y un pequeño tambor en una repisa. -¿No dirás nada?- me preguntó este -Yo... no sé que decir, John- contesté, sintiendo como mis ojos comenzaban a empaparse. 

     -¿Te quedarás conmigo, Paul? ¿Quieres vivir conmigo, Jude y Cacahuatito?- me preguntó, sujetándome de la mano. Su mano estaba sudorosa, y temblaba un poco, quizá era porque él estaba igual de nervioso que yo -Claro que si, tonto- pasé mis manos por su nuca y lo atraje a mi, nos besamos un momento y al momento de separarnos John tenía una gran sonrisa en el rostro. 

   -Ven, te voy a enseñar toda la casa- me dijo, este sujetó mi mano y comenzó a enseñarme las cuatro habitaciones que conformaban la parte superior de la casa. -Esta es la nuestra, no sabía como decorarla, así que está vacía- me explicó, enseñándome la habitación, donde solo habían un puñado de cobijas y latas de pintura -Esta es la de Jules, como ya está creciendo comencé a comprar unos libros y un escritorio para que haga su tarea ¡Ah, y también le compré una guitarra nueva para navidad! Pero no le digas nada- me pidió. La habitación de Jude estaba pintada de verde y azul, había una enorme caja que contenía lo que parecía ser la cama de este, y el escritorio ya estaba acomodado frente a la ventana. 

    -Y esta no tiene dueño, podríamos hacerla la habitación de invitados, pero me gustaría más que fuera para mi tercer hijo- este colocó una sonrisa pícara en su rostro y volvió a besarme -No te daré otro hijo hasta que Cacahuatito tenga por lo menos cinco años, John- le susurré, haciendo que este soltara un bufido -Demonios, entonces debo de comprar condones- contestó este, haciéndome reír. 

    -Arriba está el ático, se ve un poco terrorífico pero es porque aún no he instalado la electricidad arriba- explicó este, señalando una pequeña puerta en el techo -Abajo está la cocina, la sala y el comedor y una habitación muy grande con estantes pegados en la pared, pero creo que la demoleré para hacer un estudio casero ¿Qué te parece?- 

   -Es... yo... Pensaste en todo, John- titubee, completamente sorprendido -¡Oh, no es nada! Ni siquiera he comenzado a instalar los muebles que encargué en América- contestó este con modestia -Creo que es un buen lugar para que los niños crezcan- explicó este, encogiéndose de hombros. Pasé mis manos por su cuello y le di un pequeño abrazo, que este correspondió con cuidado de no lastimar a Cacahuatito, que había comenzado a moverse insistentemente. 

    -¿Te gusta la casa, bebé?- preguntó John, notando las patadas del bebé -A mi también me emociona la idea de quedarme con tu papá por siempre, vas a ser muy feliz cuando nazcas, te lo prometo- le dijo John al bebé, y yo sabía que era cierto. Sabía que John iba a hacer lo posible por hacernos felices. 

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A toda esta felicidad le hace falta un poco de tragedia ¿No creen? 

The little Beatle. [McLennon] [MPREG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora