The little Beatle. [McLennon] [MPREG]

Capítulo 23.

—¿Por qué no me lo dijiste?– me preguntó John, fulminándome con la mirada, y por un momento me sentí como un niño pequeño a punto de recibir el peor regaño de su vida—No merecías saberlo— contesté con todo el valor que pude juntar, intentando sentarme en la incómoda cama del hospital. John pasó sus manos por su cabello, ahora más corto. Había abandonado el corte Beatle, y a decir verdad se veía demasiado bien con el nuevo corte. 

    —¿Y por lo menos pensaste que me hubiera gustado saberlo?— dijo, subiendo su tono de voz un poco más—Uhm ¿De verdad querías saberlo? ¿Para qué? ¿Para abandonarlo como a Julian? — John soltó una risita irónica —Yo no he abandonado a ninguno de mis hijos, Paul, y mucho menos abandonaría a este— sentí como mi corazón comenzaba a ir más rápido, haciendo que las ondas de la máquina que estaba a mi derecha comenzaran a incrementar su tamaño. 

    —¿Y qué hace que cacahuatito sea diferente?— dije inconscientemente, y de pronto me dieron ganas de golpearme por haberlo preguntado, ya que John sonrió de oreja a oreja —Porque te amo— contestó con simplicidad, haciendo que mi corazón quisiera estallar, y lo peor era que él lo notaba por culpa de la estúpida máquina—Paul, por favor ¿Puedes olvidar todo lo que te hice de una vez?—

    —¡No! ¡¿Como esperas que lo haga?! ¡Eres un hijo de...!- el monitor comenzó a hacer un pequeño e irritante sonido, que indicaba que estaba comenzando a agitarme, y John pareció notarlo, porque colocó su mano sobre la mía—Cálmate- me pidió, acercándose a mi rostro—No, John, no puedes hacer lo que quieras conmigo y esperar que te perdone tan fácil—  susurré, conteniendo las ganas de llorar—Paul, por favor, lo he intentado lo mejor que puedo pero ya no sé que más hacer ¿No haz pensado que me siento solo sin ti? Este bebé puede ser una buena oportunidad para comenzar todo de nuevo y...-

    —¡No, John!— grité, empujando al castaño con todas mis fuerzas—¡No voy a dejar que me ganes con palabras bonitas! ¡¿Como crees que me siento yo?! ¡No permitiré que hagas conmigo y con mi bebé lo mismo que haces con Cynthia y Jude!— John me miró furioso, y finalmente comenzó a gritar—¡¿Y que vas a hacer sin mi?! ¡Sin mi no eres nada, McCartney! ¿Crees que podrás cuidar a un bebé tú solo? ¡Estas rechazando mi amor! ¡El amor que cualquier persona en el mundo daría por tener!—

    —¡Por mi puedes meterte tu amor por donde te quepa! ¡Mi bebé y yo estamos bien sin ti, no te necesito para nada, y él tampoco lo hará!— 

    —¡No me vas a alejar de mi hijo, McCartney!—

   —¡Él no es nada tuyo!— le grité, haciendo que mi mente diera vueltas un momento, tomé un respiro y me obligué a calmarme. Nada de emociones fuertes, recuerda. —Él nunca va a saber quién eres, Lennon. Si de verdad quieres a mi bebé vas a entender que es mejor para él que nunca sepa que clase de persona es su estúpido padre— John apretó los puños y la mandíbula aún más —¿Y eso es todo? ¿Simplemente me vas a alejar de él?—

   —Creo que dejé todo muy claro— contesté con total indiferencia, cruzándome de brazos. John me miró un momento, un poco triste —No quiero alejarme de ti, Paul— comenzó a decirme, con la voz entrecortada—Haz echo de mi vida mejor, y no solo ahora con mi bebé ahí dentro, si no desde siempre, desde que te conozco mi vida parece tener un enorme foco de luz que por más que yo me empeño en destrozar todo siempre está ahí, y ese foco de luz eres tú. Haz estado conmigo en mis mejores días, y también en los peores, y cuando creí que me odiabas y que por fin había destruido todo lo bueno que tenía en la vida me enteré de... cacahuatito— John sonrió un poco al decir el apodo— Me haz sorprendido y hecho feliz de todas las formas posibles, Paul, y no me voy a cansar hasta que puedas ser feliz junto a mi—

    Me quedé mudo. John no parecía ser John al decir todas esas palabras, pero sonaban sinceras. Este me regaló una media sonrisa y salió de la habitación, dejándome solo con los gritos de mi subconsciente discutiendo mis opciones. Y volví a llorar.