Capítulo 14: una enemiga oculta

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Esa tarde me sentía tan cansada que apenas me subí al coche me quede dormida en el asiento...

Kaled al ver mi cansancio, pues no había dormido desde la noche anterior me dejo en al apartamento para que descansara, planificaría vernos mañana sábado.

No tardaría en darme cuenta que pronto vendrían los problemas con su madre, llego el sábado y recibí una llamada de Kaled explicándome que su madre organizaba una comida con los padres de Samira y se le iba hacer imposible venir a verme.

Eso me entristeció, pues ya me estaba acostumbrando a que él estaba siempre cerca de mí...

Este día se me hizo larguísimo, sin embargo recibía mensajes de texto cortos de él, diciéndome: Te amo, te extraño, te pienso, cosas así que me alegraban el día.

De momentos me quedaba dormida abrazada a mi osito y pensando en él.

Beatriz vino un rato en la tarde hacerme compañía y mirándome desde la puerta de mi habitación abrazada a mi oso, me pregunto

¡Ayyyy !... Qué lindo, ¿y esa cuchitura? refiriéndose al oso. Por supuesto le conté y ella preguntó qué había pasado con la recepción yo le contaba todo lo que había vivido con Kaled la noche anterior, nuestra fuga de la recepción, mi visita a su apartamento, la mentira que hizo decir a su nana, el paseo en el carruaje cargado de rosas rosadas por el Central Park, cuando inclinado frente a mí, me pedía ser su novia, le presumí mi anillo y el papelito con la declaración, las velitas encendidas en el piso, la canción a piano en vivo de thousand years, la cena con el brindis, los besos tiernos de Kaled, le conté de las mariposas en mi estómago que ella alguna vez me contó se sentían cuando te enamorabas y el amanecer en el puente Brooklyn... ella no podía creerlo y honestamente yo tampoco, como alguien toma el tiempo para organizar algo así.. ¿Y por mí? Yo, la que nadie veía, la que nunca había sido la novia de nadie, la acomplejada, que prefería ocultarse y me miraba en el espejo de mi cómoda y pensaba en lo que él, mi príncipe, me había convertido y pensaba hasta un libro podía escribir con esta historia tan loca y nos reíamos las dos de mis ocurrencias.

Llegó la noche ya era tarde pasaban las doce de la medianoche y no podía dormir, despierta viendo las estrellas del techo de mi habitación, que quedan brillando después de apagar la luz... Me lo imaginaba charlando con la chica musulmana y me moría de los celos, con el celular en la mano, decido obligarme a dormir me giro abrazando mi almohada y estiro mi brazo para colocar el teléfono en la mesita de noche al lado de mi cama, mientras hundo mi cara en la almohada, y al segundo siguiente, el sonido del vibrador del celular me hace levantar de golpe la cabeza, me incorporo rápidamente tomando nuevamente el teléfono con la pantalla encendida y la luz parpadeante de un mensaje en el buzón, sentí en mi corazón una emoción indescriptible, quien podía ser, sino él, que me estuviera escribiendo a esa hora... Y efectivamente era un mensaje de texto de kaled que decía:

- Espero puedas ver este mensaje, quiero verte y voy camino a tu casa-

Mi corazón dio un salto, mi alegría era desbordante, ¡quería verme!... Y enseguida llega otro...

-Respóndeme que lo viste, te amo.-

Y rápidamente mis dedos se mueven sobre el teclado

- Si mi amor.- Respondí en el acto.

Y a los segundos... - Pasare por ti en unos minutos, vamos a pasear.- Me escribió él

Y soltando un grito ahogado de purita emoción le respondí... - Ok ya me visto. Te espero abajo frente al edificio.-

Mi corazón latía a prisa busqué en mi closet una chaqueta de jeans una camiseta y un blue jeans coloque mis lentes de contacto y puse rímel en mis pestañas y un brillo labial rosa muy suave en mis labios y Salí para recibirlo, él llegaba y estacionaba el coche, yo subí rápidamente no quería que mamá o papá se despertaran y se dieran cuenta que había salido. Ellos estaban molestos conmigo por haberme ido sin avisarles y además no estarían de acuerdo en que saliera a esta hora, pero mi deseo de verlo era más fuerte que yo.

La Bella, La Fea y el Príncipe TERMINADA.EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora