Capitulo 8: A punto de un beso

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Conduciendo hacia el restaurant, Kaled tomó otra dirección, nos alejábamos de la ciudad, pero no pregunté, simplemente me dedique a mirar por la ventanilla, lo noté muy extraño iba en silencio, como preocupado y triste; subíamos una colina donde había un mirador, llegamos y estacionó el coche, sin decir una sola palabra se bajó para rodear el frente del auto y luego abrir mi puerta, espere paciente y es que así era él, todo un caballero... No pregunté que hacíamos allí, me tomó de la mano y aun en silencio caminamos. Habían Muchos faroles de hierro pintados de blanco de tres lámparas decoraban el lugar, bancas de hierro pintados de blanco también distribuidos por todas las cominerías de lajas blanquecinas bordeadas por flores de muchos colores, y grama verde cortita decoraban el suelo, sin duda era un lugar hermoso, despacio íbamos por el camino tomados de las manos, la noche estaba fresca y la luna brillaba en el cielo, nos detuvimos cerca de un muro de donde se podía mirar las luces parpadeantes de la ciudad

Él se volteó hacia mí sin soltar mi mano lo notaba muy triste y me preocupe por él.

¿Que sucede Kaled? le pregunte mirando fijamente sus hermosos ojos azules Te noto triste

Cerro los ojos y bajo la cara, tal vez esquivando mi mirada escrutadora —Mañana en la noche llega mi prometida... Un desagradable nudo se formaba en mi garganta, dulcemente acariciaba mis manos con sus pulgares, y sus hermosos ojos azules volvieron a mirarme, pero esta vez notaba como empezaban a cristalizarse. anunciaremos el compromiso— y nuevamente esquiva mi mirada mis padres darán una fiesta en un club privado— y otra vez levanta sus ojos buscando los míos, me partía el alma verlo tan afligido y con la voz cortada me preguntó —¿Te gustaría ir? estaba visiblemente afectado, me producía tanta ternura y pesar al mismo tiempo que lo abrace. Mis brazos rodearon su cuello atraiéndolo hacia mi hombro, me fundí con él en un cercano y sentido abrazo y el respondió rodeando mi cintura con fuerza acercándome aun mas más hacia su cuerpo... me embriague con el delicioso olor de su perfume y una magia nos envolvió que ambos cerramos los ojos entregándonos a ese torbellino de sentimientos. Permanecimos así largo rato, sintiéndonos en ese hermoso acercamiento, no sabía que decirle, así que no dije nada, solo quería consolarlo y la mejor forma era esta...

Luego de unos cuantos minutos me separe solo un poco acunando su rostro y le dije. Kaled habla con tu padre para que deshaga el compromiso y te libere de eso.

Él solto una bocanada de aire y se separó de mí para girarse a mirar la inmensidad frente a nosotros—No sabes lo que dices Alejandra, después de hecho un acuerdo nada puedo romperlo a menos que ella cometa adulterio o muera.

A este punto ya no sabia que hacer o que decir, y entonces decidí por el momento borrar esa tristeza de su cara — ¡Oye! levanté su mentón. No te aflijas... ya veremos mañana, hoy vamos a pasarla bien, olvidaremos este asunto por hoy, ¿sí?

Me sonrió a duras penas y pensé en algo para subirle el ánimo, de repente recordé un lugar donde había ido con Beatriz, donde se podía se podía bailar, era algo informal así que debíamos no vernos tan formales, yo no podía quitarme nada, pero al él sí, y podía lograr que se viera diferente —Me permites— dije abriéndole el único botón de su elegante chaqueta, él asombrado de lo que yo estaba haciendo, se la dejo quitar, mirándome desconcertado no paraba de sonreír, pude tocar los músculos de sus brazos bien definidos por encima de su camisa blanca cuando deslizaba su chaqueta por sus hombros, la deje caer intencionalmente al piso, él se quedo muy quieto esperando mi siguiente movimiento, su mirada dulce estaba cargada de incertidumbre, lo acerque hacia mí, halando suavemente por su corbata, me divertía mientras lo hacía y él no ponía resistencia y con mis juegos no paraba de sonreír me miraba con ternura y curiosidad, no entendía lo que yo hacía, deslice mis dedos por su pecho y abrí algunos botones de su camisa blanca dejaba ver su pecho un poco y doble los puños de sus mangas, él solo ponía obedientemente sus brazos al frente mientras yo hacía el trabajo, era divertido verlo sonreír y no paraba de mirarme, sus ojos azules brillaban derritiéndome.

La Bella, La Fea y el Príncipe TERMINADA.EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora