La Bella, La Fea y el Príncipe TERMINADA.EDITANDO

Capítulo 12: Estoy enamorado de ti

Con esta cancion me inspiré para hacer el capitulo espero les guste, y recuerda regalarme la estrella...gracias!

Kaled me llevaba de la mano casi corriendo nos subimos a su coche, y salimos rápidamente del estacionamiento, en el camino le dije preocupada.

—Pronto notarán tu ausencia y te meterás en problemas, si pensaste Kaled? — Le pregunté.

—Tranquila mi amor no te preocupes, iremos a mi casa tengo un plan, confía en mí. —

Luego de mucho conducir llegábamos a su apartamento, estaba situado en un barrio exclusivo de New York, con ascensor privado, se abría las puertas directamente en el apartamento, era enorme y bellísimo, pisos de madera pulida muy brillante con unos ventanales de vidrio donde se veía la ciudad; todo allí era muy fino y de buen gusto.

El me trae tomada de la mano y entonces me dice apenas entramos —Este apartamento es de mis padres, yo estoy por comprarme uno pequeño, para mudarme solo, ya estoy por cumplir veinticuatro años y no puede ser que aún viva con ellos, se sonrió. De una habitación salió una señora algo mayor a la que él le decía nana. —Mira nana ella es Alejandra— le extendí mi mano para saludarla. La señora. era un poco tímida.

Y me suelta para rodearla por los hombros y mirándome me dice—Ella es como mi segunda madre, ha cuidado de mí desde que era un bebé— La besaba con ternura en la frente, eso me conmovió mucho, aunque no me extraño, ese era el humilde y hermoso príncipe del que yo estaba enamorada.

Y entonces volviéndola hacia él para que lo mirase a los ojos le pidió, con mucha seriedad — ¡Necesito que me ayudes nana!— y sosteniéndole las manos, dijo — voy a escribirle un mensaje de texto a mi madre, diciendo que estoy mal del estómago y que me vine al apartamento a tomarme algo para el dolor y acostarme. Conociéndola va llamarte nana, para saber si es cierto que estoy aquí, y quiero que le digas que sí, que tomé un analgésico y estoy acostado. No puedes decirle que Alejandra está aquí conmigo, y si ella quiere hablarme me pasas el teléfono, entendiste nana—

Ella asintió con la cabeza, entonces él envió el mensaje de texto y luego me dijo.

— ¡A esperar la llamada, ven conmigo a mi habitación— y me tomó de la mano arrastrándome con suavidad hacia el pasillo y me solté de su agarre con brusquedad y le dije —¿Para qué? — pregunte enérgica.

El me entornó los ojos con asombro y ternura al mismo tiempo, y con una sonrisa en los labios dijo —Tranquila, mi amor— riendo por mi actitud...

—Solo te estoy invitando pero si no quieres ir está bien; no te pongas así— decía aun riéndose divertido. Y caminó para posicionarse delante de mí mirándome fijamente mientras pasaba, con una sexy sonrisa de lado. Y me dio la espalda para continuar hacia la habitación...

Respire y lo seguí... él aún se sonreía, cuando llego a la puerta y con un juego de miradas conmigo giraba la perilla de la puerta, sin querer abrirla mientras me miraba sonriéndome, me cruce de brazos haciéndome la enfadada, no paraba de sonreír, era tan hermoso verlo jugar conmigo... finalmente abrió y me dio paso para entrar primero, mis ojos se abrieron con asombro al pasar dentro, su habitación era enorme, de allí salían fácilmente cuarto del tamaño de la mía...