Capítulo 29: Un dia delicioso en el Atlantis

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Comenzaba el día, nos dormimos con las batas de baño puestas, me imagino por cansancio, me desperté abrazada a mi príncipe, un poco descontrolada, no reconocí por un minuto donde estábamos. ¡El Atlantis! lo recordé de repente.

Me reía de mí, y de lo despistada... me levante sin despertarlo y me acerque a los enormes cristales, maravillada de la extensión tan grande de mar abierto y la hermosas playa. No podía evitar la tentación de tocar el cristal. Ese lugar era extraordinario y pensaba en la Suite Real donde no alcanzaba tal majestuosidad. Él se había despertado y me miraba en silencio. Estaba tan hipnotizada con el paisaje que no me había percatado que Kaled me observaba. De repente voltee, creo que sentí sus ojos mirándome.

_¿Que? Pregunte curiosa.

_Te observo. Me dijo. - Me gusta mirarte, pero si no quieres que te mire... y se volteo colocándose las sábanas por encima de su cabeza.

_Creo que estás haciendo berrinche porque quieres que te consienta. Le dije.

El soltaba una carcajada debajo de las sábanas le divertía lo que dije. Y sacó su cabeza y esbozo una enorme sonrisa, lo notaba feliz. Y dijo.

_Ven aquí mi amor, o tengo que rogarte que vengas a consentirme. Me dijo  sonriendo dulcemente y con esa mirada tierna que me enloquecía.

Camine hacia él mientras me quitaba la bata de baño y metí debajo de las sábanas con él, reíamos y nos acariciamos... Me besó despacio, asaltando mi boca con una exquisita lentitud, jugando con mi lengua, acariciándome, rindiéndome poco a poco a sus caricias. enamorarme de él me resultaba tan fácil, su manera de tratarme con tal delicadeza y ternura. Me gane un premio. Pensaba... él es único.

Mi historia de amor con él, es tan sublime y maravillosa que a veces sentía mucho miedo y pensaba. -Esto que estoy viviendo es demasiado bello para ser real. Y algo en mi interior presentía algo malo.

No tardaría en comprobar que mi pálpito estaba bien fundado. A kilómetros de distancia la madre de Kaled se enteraba que estábamos juntos en Dubái, estaba furiosa y preparaba un plan, ella buscaría la forma de hacerme daño y sepárame de Kaled. Nuestro viaje de regreso estaba pautado para mañana en la noche, sin embargo no nos imaginamos que ya estaba en camino hacia acá, junto con la prometida de Kaled. Y peor aún no sabía que nos habíamos casado aquí en Dubái.

Estábamos todavía en la cama abrazados y Kaled me pregunta:

_Mi amor, esta es nuestra última noche en Dubái y quisiera que pasáramos juntos todo el día aquí, podemos ir al parque acuático del hotel y bañarnos en la playa privada y esta noche cenaremos en el Burj Kalifa. Sonreí recordando a Beatriz

_Que cuento sera este que te hace reír tanto

_Bueno y  mañana. Continuaba diciéndome Kaled. _Iremos a un paseo salvaje con tus padres. Tenemos que estar en el aeropuerto a las ocho de la noche, así que nos da tiempo de disfrutar un poco con ellos y con Beatriz, si es que no tiene otro plan con su enamorado. ¿Qué te parece?

_Si quiero amor, me gusta el plan. Pero ¿qué es paseo salvaje? Pregunte curiosa.

_ Significa que iremos a recorrer lugares en el metro de Dubái, también haremos un divertido recorrido en autobús panorámico por la ciudad y subiremos a otro autobús que se llama tierra-agua el paseo dura una hora. Es un autobús amarillo anfibio, brillante al salir del agua nos llevará por las calles del tradicional Bur Dubai y Shindagha, les va a encantar, haremos un paseo por la marina en los botes amarillos y en la tarde pasearemos por el hermoso Jardín botánico, en pleno desierto como te lo prometí y terminaremos en las fuentes de Dubái para que tus padres vean el espectáculo y cenamos en un restaurant con piscina cerca de la marina, llevaremos traje baños por si desean nadar un poco. De sorpresa Kaled había dado la orden a un empleado del hotel para sacar de la marina el yate de su propiedad, que nos esperaría en el muelle del hotel al amanecer para llevarnos por un paseo por las costas de Dubai.

La Bella, La Fea y el Príncipe TERMINADA.EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora