CAPITULO X

41 7 0
                                    


No fue fácil convencer a las gemelas de dejarlos pasar, al ver que iba Kara con ellos habían cerrado la puerta en sus narices, después de un pequeño discurso de parte de Laroy, finalmente los dejaron entrar, con la condición que Kara no abriera la boca; ella había estado en su mejor comportamiento, que consistía técnicamente en mantenerse en silencio y no hacer muecas. Laroy presentó a Jay y a Rik al momento en el que todos tomaron asiento en el comedor.

— Cuando nos llamaste Laroy, no mencionaste que tu emergencia tenía que ver con ella —comentó una de las gemelas que usaba una falda blanca hasta sus rodillas, y llevaba su pelo rojizo en un chongo alto.

— Siendo sinceros Ayla, jamás me hubieras contestado el teléfono si el nombre de Karalynn hubiera salido de mis labios —dijo Laroy sentándose en el comedor de madera. Ayla, la mayor-por tres minutos- no contestó pero dio una pequeña sacudida a su cabeza con amargura. Su hermana se encontraba preparando el té, y le dedicó una sonrisa a todos, con clara excepción a Kara. Nayra, la otra hermana, tenía el cabello suelto que llegaba hasta su cintura con dos pequeñas trenzas en su cabello, una de cada lado.

— Quizá un poco de té nos relaje a todos —comentó Nayra con voz dulce que a Kara le daban náuseas. Rik le regaló una sonrisa ladina junto con un guiño de ojo que logró ella se sonrojara y que Kara tuviera que controlarse para no rodar los ojos.

— Lo lamento Kara, no hay suficiente té para ti —dijo con expresión seria. Kara no respondió, 'Mete tu cabeza hueca en el agua hirviendo' pensó mientras cruzaba sus brazos, tenía frío y el té le hubiera servido para entrar en calor.

— Mi nombre es Nayra —se presentó ante todos, aunque miraba fijamente a Rik—mi hermana es Ayla, ambas somos las últimas descendientes de la familia Nerta, la primera familia original —Kara rodó los ojos internamente, lo decía como si fueran las últimas sobrevivientes de un apocalipsis.

— Hasta que ustedes abran sus piernas y se reproduzcan —añadió Kara con una media sonrisa. Las gemelas la miraron molestas. 'Si es que hay algún loco masoquista' pensó mientras todos los demás le daban un trago a su té.

— No creo que eso sea un problema — comentó Rik sonriendo ladinamente mientras colocaba sus codos en la mesa. Nayra parecía querer comérselo en ese preciso instante. 'Y tenemos un ganador' pensó Kara suprimiendo una sonrisa, agradeciendo que la lectura de mentes no era un don entre Conjuradoras.

— ¿Qué es lo que necesitan? —cortó Ayla ganándose una mirada de reproche de su hermana.

— Estamos intentando localizar a mi novia —comenzó a hablar Jay, pero Kara le dio una patada que lo hizo callar. Laroy se percató de esto y retomó la palabra:

— La novia de Jay es una Conjuradora Aprendiz que tuvo unos problemas con Kara —Ayla y Nayra se rieron altamente y preguntaron: ¿Quién no? Kara se encogió de hombros mientras rodaba los ojos—y coincidió con su desaparición; antes de que pregunten si Kara tuvo algo que ver, debo decir que no es así. Pero esa es la razón por la que la está buscando, la culpabilidad.

— Karalynn no siente culpa por nada —comentó Nayra mirándola despectivamente.

— Yo no lo llamaría culpa precisamente, hay algo que ella hizo por mí y estoy en deuda. Quiero reunir a la pareja feliz y librarme de esto —aclaró Kara sin expresión alguna. Alrik los miraba con los ojos entrecerrados, no era tan estúpido como para contradecirlos en la mitad de una mentira, pero no iba a olvidar preguntar porque la necesidad de mentir.

— ¿Y qué tiene que ver Rik con esto? —cuestionó Ayla mirando fijamente a Kara.

— Es nuestra tarjeta de crédito, sin él no pudiéramos costear el viaje —contestó regresando la mirada a Ayla; sabía que no se compraba su versión pero no había manera de que pudieran saber la verdad. Si Jay no había su boca de más, todo saldría bien.

La ConjuradoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora