La rodilla de Kara comenzó a sangrar abundantemente, instintivamente su cubrió la herida con la mano pero esto no ayudo a reducir el dolor o a detener el sangrado. Miró nerviosamente hacia la casa, esperando que su mamá no hubiera visto la caída del árbol que acababa de sufrir.
Sabía lo que le diría, ya que deliberadamente la había desobedecido. Innumerablemente de veces le había advertido sobre escalar ese árbol, y ahora entendía la razón.
Su pequeño corazón latía rápidamente, no sabía si por la adrenalina de la caída o por el inminente regaño que recibiría.
— ¿Lynn? — la voz surgió atrás de los árboles de naranjos que formaban el jardín. —Oh, por Dios — exclamó al ver su rodilla ensangrentada —dime que no trepaste al árbol.
— Pensé que podría, tú lo hiciste ayer —refutó con la voz rota, mientras intentaba contener el llanto.
— No se te ocurra mencionar eso a mamá —amenazó Tory —mierda— susurró observando detenidamente la herida
— ¿Y si le digo a mamá sobre esa palabra?
— Escucha pequeña chantajista, en esto momento estoy salvando tu trasero, o mejor dicho tu rodilla, yo no le faltaría el respeto al único adulto que te puede ayudar.
— Tienes trece años
— Y tu siete —Kara la retó con la mirada, pero a los segundos se rindió. Odiaba que se bufara de ella por ser menor, pero en este momento la necesitaba.
— ¿Cómo podremos entrar a la casa sin que mamá nos vea?
— Eso es imposible, pero tengo una mejor idea —se agachó a su altura y la tomó en brazos.
— ¿Qué haces?
— Calla —la recorrió un par de centímetros hasta que su espalda estaba recargada en línea recta contra el tronco del árbol. —Leí sobre esto, pero no estoy segura que funcione —se puso de pie y retrocedió unos pasos. La miró profundamente con el ceño fruncido — ¿tienes que hacer todo lo que hago? — cerró los ojos unos instantes y pronunció: —Nec Incantator...
— ¿¡Harás magia?! —interrumpió Kara escandalizada.
— Shu, me distraes.
Kara se mordió su labio nerviosamente, no estaba autorizada a hacer magia sin supervisión de su madre o su abuela, si algo iba mal...energía color blanca salió del árbol y se dirigió a su rodilla, sintió un cosquilleo en la herida y aunque tomó unos minutos que cerrara, el dolor desapareció inmediatamente.
— Eso fue increíble —exclamó Kara una vez que el conjuro había terminado —tu eres increíble —añadió con una sonrisa enorme.
— Si, lo es —terció una voz.
Ambas niñas se giraron rápidamente hacia la dirección de la voz, respirando tranquilamente cuando vieron a Markku dirigirse hacia ellas con su usual sonrisa tranquila.
— Eso fue muy arriesgado Tory —dijo cuando llegó hasta ellas, se reclinó sobre sus rodillas e inspeccionó la pequeña pierna de Kara— y un trabajo excelente. No cabe duda que algún día serás una excelente conjuradora —Tory lo miró con los ojos brillantes y una sonrisa gigante.
Kara aprovechó ese momento para observarla detenidamente, su piel morena resplandecía bajo el sol, siempre la había envidiado; su cabello negro como la noche, largo y sedoso bailaba con el viento. Kara detestaba que la molestara tanto, pero no había nadie en el mundo al que admirara más que a su hermana Victoria.
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La Conjuradora
FantasyKaralynn no sabe que perdió al amor de su vida, ni siquiera recuerda su existencia, sin embargo, algo en su interior se siente vacío. Después de la desaparición de su madre, Kara tiene que adaptarse a su nueva vida como Conjuradora: entre ayudar a l...