Narradora omnisciente.
Todos se encontraban en la limusina que iba de camino de regreso a la mansión. El silencio reinaba en la limusina, algunos por la vergüenza pasada en los probadores de la tienda, otros porque no tenían nada que decir y otros porque no deseaban romper ese silencio.
Una vez llegaron a la mansión las chicas fueron las primeras en entrar ya que los chicos llevaban, por deseo suyo, llevar las bolsas de las chicas. Nada más entrar, todos se quedaron inmóviles debido a que un joven se encontraba sentado en uno de los sofás.
El joven tenía el cabello castaño claro y desordenado, un color parecido al de los ojos. Su cabello estaba atado en una cola de caballo y algunos mechones colgando en la parte trasera. Iba vestido con un suéter negro con una camisa blanca debajo y unos pantalones vaqueros azules junto con unos zapatos negros a juego con el suéter.
La expresión de los chicos era de disgusto y enfado. Justo cuando Reiji iba a hablar Bárbara y Samantha gritaron su nombre y salieron corriendo hacia la posición del chico y se lanzaron encima de él para abrazarlo.
-Yuma, que alegría verte de nuevo-. Dijo Bárbara muy contenta de ver al joven sobre el que su amiga y ella estaban sentadas.-Si, te echábamos de menos-. Samantha también dejaba ver en su tono de voz la felicidad que sentía de ver al joven de nuevo.
-Yo también me alegro de veros chicas, pero quitaros de encima, me estáis aplastando-. Usando su fuerza las levantó, primero a Samantha y luego a Bárbara par sentarlas en el sofá junto a él.-Que asco, un Mukami en nuestra casa-. Se escuchó la voz de Ayato, quien denotaba disgusto en su tono de voz.
Yuma se levantó del sofá y se colocó en frente de los hermanos Sakamaki mirándolos con pereza y arrogancia.-Tranquilos chicos, que no he venido a veros a vosotros, he venido a ver a mis amores-. Dijo esto último mirando a las dos chicas sentadas aún en el sofá.
-¿Como que tus amores?, ni se te ocurra acercarte más a ellas-. Dijo Shuu acercándose peligrosamente a Yuma. Parecía que los chicos comenzarían una pelea en un futuro muy cercano y para acabar de empeorar la situación Reiji también se colocó junto a Shuu con las mismas intenciones.
Los demás hermanos no se unieron a ellos porque las chicas se encontraban a su lado ellos se acercaron a ellas de modo posesivo y protector. Había una gran tensión en el ambiente que se unía al silencio que se había creado donde si las miradas matasen todos los chicos estarían muertos.
En un intento por aliviar un poco la tensión Natasha intervino.-Chicos,¿por qué no llevamos las bolsas a las habitaciones?-. Los chicos estaban tan absortos en la situación que no la escucharon, lo que provocó que ella se molestase, hiciese una seña a las chicas y cogió sus bolsas a lo que Raito la miró algo sorprendido, había olvidado su presencia.
Las chicas siguieron el ejemplo de Natasha y cogieron las bolsas, llamando la atención de sus chicos. Tras eso las cuatro caminaron y subieron las escaleras para ir a sus habitaciones y soltar sus nuevas adquisiciones.
Los chicos se quedaron todos observando el lugar por donde las chicas había ido mientras que Shuu, Reiji y Yuma seguían en su batalla de miradas asesinas. -Sois demasiado posesivos chicos, dejad que respiren, que no son vuestras-. Yuma sabía exactamente como hacer que los chicos entrasen en su juego.-Ellas son nuestras-. Dijo Reiji, a lo que Shuu asintió coincidiendo con la afirmación de su hermano.
Las dos chicas, indignadas por la afirmación de los hermanos, se levantaron del sofá y se colocaron frente a los hermanos.-Nosotras no le pertenecemos a nadie-. Dijo Samantha claramente enfadada.-No somos objetos-. Añadió Bárbara en el mismo estado de animo que su amiga.
Una vez dijeron eso cogieron sus bolsas que seguían en manos de los hermanos y una vez las tenían en su poder siguieron el camino que anteriormente sus amigas habían recorrido sus amigas para llegar a sus habitaciones.
-Sois más tontos de lo que yo pensaba y unos posesivos. Nos vemos-. Tras decir eso Yuma se fue de la mansión dejando a Reiji y a Shuu sorprendidos de que como por culpa de Yuma las chicas se habían enfadado.
Tras guardar las cosas todas las chicas se reunieron en la habitación de Aria. Una vez estaban todas dentro se sentaron en la cama.-Se han pasado, han dicho que somos suyas-.Dijo Bárbara aún enfadada.-No me lo creo, o sea, que para ellos somos objetos-. Dijo Anastasia empezando a enfadarse.
-Nosotras no somos objetos y no somos de nadie-. Dijo Aria ya claramente enfadada.-Pues claro que no y si eso es lo que creen están muy equivocados-. Dijo Hanna también enfadada. Todas las chicas estaban discutiendo sobre el tema y se notaba en sus tonos de voz que estaban muy enfadadas, hasta que intervino Samantha. -Eso lo dijeron Shuu y Reiji, no los demás, tal vez ellos no piensen lo mismo que sus hermanos-.
Bárbara se limitó a asentir y se notó como el ambiente se relajaba un poco con el paso de los segundos mientras las chicas pensaban en las palabras de su amiga, que llevaba razón. Al final todas coincidieron con Samantha y el enfado que sentían desapareció, de todas menos de Bárbara y Samantha.
Llamaron a la puerta y tras un pase de parte de Aria Kanato entró en la habitación.-Reiji quiero que os diga que os preparéis para ir a la escuela-. Tras decir eso se fue igual que llegó. Las chicas salieron de la habitación para ir cada una a la suya propia.
Una vez Samantha entró a su habitación se encontró con Reiji, quien se encontraba sentado en el borde de la cama esperándola.-Sal de mi habitación-. Dijo la chica con enfado en su tono.-Sammy, solo quería disculparme, tu no eres mía, es solo que ese idiota me saca de quicio y me hace decir estupideces-. Parecía realmente arrepentido, cosa que ella vio enseguida.
-Eso no es escusa, yo no soy un objeto Reiji-. Ella le miró con tristeza por el echo de que él pensase que ella era un objeto. Reiji se levantó y se acercó a ella tanto que sus labios casi se rozaban.-No eres un objeto, créeme. Perdóname por favor.- Él la miró con arrepentimiento y antes de que ella pudiese contestar él acabó con la distancia que existía entre sus labios.
Ella siguió el beso que llevaba esperando desde que se conocieron y una vez terminó el beso ella contestó.-Te perdono, pero que no se vuelva a repetir-. Él asintió y empezó a salir del cuarto.-Vístete que nos vamos-. Ella asintió y fue al baño a ponerse el uniforme.
Al mismo tiempo, Bárbara entró a su habitación al igual que las demás, encontrándose con un Shuu que parecía dormir en la cama de ella. Ella no quiso despertale así que sacó el uniforme silenciosamente y se dirigió al baño pero antes siquiera de llegar la voz de Shuu la detuvo.
-Lo siento Bárbara, nos pasamos con lo de que sois nuestras-. Abrió los ojos y la miró con arrepentimiento y disculpa. Ella se acercó a la cama y se tumbó al lado de él.-Os pasasteis al decir eso-. Él entrelazó su mano con la de ella y besó su mano, haciendo que ella sonriera por la ternura.
-Lo sé y lo siento, es solo que no queremos perderos ahora que os hemos encontrado, ahora que te he encontrado.-Dijo eso último mirándola a los ojos.-No me perderás-. Dijo ella y si más ella besó a Shuu de forma que él entendiese que lo perdonaba. Tras acabar el beso ella se levantó y se fue al baño a cambiarse y Shuu se quedó dormido en la cama de nuevo.
Hola mis amores, aquí os dejo un nuevo capítulo, se que llevo mil años sin actualizar pero en verdad he estado muy ocupada, pero bueno, he vuelto, espero que nos veamos pronto, os quiero. Besos y abrazos.
MÓNICA.
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Las Nuevas Novias (diabolik Lover)
FanfictionEl gran rey de los vampiros, Karl Heinz escoge a seis chicas para que se casen con sus seis hijos. La llegada de estas chicas causará un gran revuelo en muchas personas, algunas buenas y otras no tan buenas. Nuevos retos y obstáculos se pondrán fren...