Las Nuevas Novias (diabolik Lover)

Capítulo 16. Recuerdos del pasado.

Narradora omnisciente.

Se podían oír pasos a gran velocidad por toda la mansión. Todos tenían la misma dirección, la habitación de Bárbara en la que se hallaban Shu y ella, esta última estaba inconsciente y por más que el joven intentó despertarla no lograba resultados. Una vez llegaron todos a la habitación Reiji la inspeccionó ya que de todos en la casa él sabía bastante de medicina debido a la gran cantidad de libros que había leído sobre el tema.

*Inconsciente de Bárbara(narrado por ella)*

Dolor, era junto con aquellos hermosos ojos azules que me miraban con preocupación lo último que recordaba antes de que todo se volviera negro.

Al abrir mis ojos me encontraba en un lugar que reconocí al instante, era el jardín de la mansión en laque ya llevaba dos meses viviendo. En un templete de piedra se encontraba una mesa de madera y a ella estaba una mujer...esa mujer...¡Era la mujer de mi sueño! Podía verlo por el ropaje que llevaba y junto a ella, no podía ser, se encontraba Reiji de niño sentado leyendo un libro.

No estaba lo bastante cerca como para oír nada pero lo que si que oí fueron las leves risas de...¡Shu!Era tan pequeño y llevaba un cachorro en sus brazos que le lamía y le hacía cosquillas, nunca vi a Shu reír de esa manera, era tan tierno.

Cuando llegó con la mujer y le mostró el perrito ella se lo quitó y dio al mayordomo para que se lo llevara y por lo que pude ver ella le regañaba por lo que supongo que será su madre pero ¿por que estoy viendo yo esto?

Vi a Shu salir corriendo y yo le seguí para ver que hacia y ahí lo vi, ¡yo misma! vestida con un vestido antiguo(ver foto multimedia del principio del capítulo) me encontraba a las afueras de la mansión junto al rio y Shu corría hacia mi y se abrazó de mis piernas.

Bárbara antigua a Shu:¿Que te ocurre ojitos azules?

Preguntó preocupada correspondiendo el abrazo del pequeño que se aferraba a ella como si fuese su madre.

Shu a Bárbara: Mi mama me quitó el perrito que Edgar me regaló.

Ante esa afirmación mi yo pasada desapareció dejando solo al joven Shu pero pasados unos segundo reapareció cargando al perrito que anteriormente su madre le había quitado. Cuando él lo vio sus ojos se iluminaron de felicidad y lo agarró abrazándolo.

Bárbara a Shu sonriendo: Se quedará en la casita de allá que está abandonada, será nuestro secreto.

El pequeño asintió enérgicamente y le pidió a la joven que se agachara y así plantó un pequeño beso en su mejilla. Sin saber por que al ver eso llevé mi mano a mi mejilla recordando aquello y aquella sensación, había olvidado de que yo ya conocía a estos chicos, que los ayudé en algún momento de sus vidas y que los llegué a querer mucho a todos, pero sobre todo a mi ojitos azules.

*Se despierta.(naradora omnisciente)*

Todos estaban preocupados y como locos intentando despertar a la joven pero nadie podía y no sabían quehacer. Justo iban a llevarla con el doctor cuando ella poco a poco comenzó a abrir los ojos mirando a todas partes.

Shu a su novia preocupado:¿Bárbara?¿como te encuentras?

Ella se le quedó mirando fijamente a sus ojos y poco a poco comenzó a nacer le una sonrisa en sus labios.

Bárbara casi en un susurro: Mi ojitos azules.

Ante eso Shu se sorprendió al igual que todos ya que ellos la recordaban pero ella a ellos no y eso les molestaba enormemente, sobre todo a Shu que desde que era pequeño amaba a Bárbara como nunca amó a nadie, lo fue y era todo para él y cuando ella se fue él cambió, se alejó de sus hermanos, comenzó a dormir porque solo allí podía verla y no quiso saber más del mundo si ella no estaba.

Shu feliz: Me recuerdas mi amor.

Todas las demás chicas se quedaron sin saber de que estaban hablando pero cuando les iban a preguntar a sus novios estos negaron e hicieron un gesto con la mano indicando que después les contarían de que estaban hablando.

Por su parte la pelinegra dio un salto desde la cama y se tiró sobre su novio haciendo que ambos quedaran tumbados sobre la cama quedando en una posición algo comprometida.

Raito a la pareja intentando no reírse a carcajadas: Id a un hotel por dios.

Todos estallaron en risas menos la pareja que se separó al oír eso dejando a Bárbara colorada cual tomate y a Shu acariciando su propia cabeza disimulando que no le avergonzaba nada de eso.

El resto del día transcurrió como otro cualquiera charlando y pasando tiempo juntos todos, cosa que no ocurría desde hacia muchos años.

Espero que os guste, os quiero.

MÓNICA.