chewing gum | haechan

uno.

Mis manos sudaban, mi pie derecho se movía constantemente, mi mano temblaba mientras sostenía un plumón, todos los alumnos junto con el maestro me miraban fijamente. Demonios, esto era duro. El maestro subió su mano a su sien para sobarla, mientras tanto yo, no podía terminar el estúpido problema de matemáticas.

—Señorita Jung. —me llamó el maestro— ¿Me puede explicar su tardanza con el problema? —su voz era gruesa.

Mi pie empezó a temblar otra vez, sabía que este día llegaría.

—Lo siento, maestro. —dije en susurro.

Escuché al maestro suspirar, estaba jodida. Eso me pasa por quedarme dormida durante todo el curso.

El timbre sonó, todos se levantará de sus asientos y salieron del aula, hasta el último me quedé yo.

—Joven Jung por favor estudie. —ordenó el profesor. Yo asentí mientras hacía una leve inclinación.

Iba por el pasillo mientras me regañaba mentalmente, hasta que choque con alguien.

—Otra vez distraída. —se burló Mark mi mejor amigo.

—No estoy de humor, Lee. —respondí.

—Tranquila, para que veas que soy un buen amigo —me miró y sonrió— te compraré el almuerzo.

Yo asentí con emoción mientras tomaba su mano y corríamos hacía la cafetería. Al llegar una fila para la comida nos dio la bienvenida, minutos después obtuvimos nuestros alimentos —que salió de la billetera de Mark— y disfrutamos de ella.

Después de terminar nuestra comida el timbre sonó, corrí hacia el aula mientras escuché el gritó de Mark pero no alcancé a entenderle, giré mi vista hacia él pero al darme cuenta un pecho había chocado conmigo.

—Fíjate por donde corres. —dijo el chico— Esto es un pasillo no el patio.

Unos pasos atrás de mi llamaron mi atención, Mark había corrido hacia mi.

—Soo-ah. ¿Te lastimaste? —se agachó a mi altura debido a que aún me encontraba en el piso.

—Estoy bien. —respondí. Mi amigo me ayudó a levantarme— Oye tú... —iba a responderle a ese chico pero él ya se había ido.