BIENVENIDOS A HOLLOWAY, TEXAS.
El letrero lucía más pintoresco de como Carmen lo recordaba. No había regresado a Holloway desde hacía ya ocho años, cuando en su cumpleaños dieciocho había huido de casa con su mejor amiga, Hannah.
En realidad el termino huir no era el más correcto, ambas habían elegido la misma universidad, la cual pagaron sus padres. Y en cuanto ambas habían cumplido la mayoría de edad dejaron el pequeño pueblo de Holloway, para ir a la inmensa ciudad de Los Ángeles en busca de aventuras e independencia. Ambas se habían hecho el pacto de cuidarse la una a la otra, ya que sus familias no lo harían. Fue en ese momento en que su amistad paso a otro nivel, para siempre.
-¿A dónde?
La voz aguda del taxista le llamo la atención, sacándola de su ensoñación. Este era un joven de unos 17 años de aspecto rebelde fingido, se preguntó si tendría licencia. Al final decidió no preguntar.
-Al 42 de la calle Norton, por favor. –El taxista asintió y puso en marcha el automóvil con un sonoro traqueteo.
Carmen no pudo evitar ver pasar las calles con detenimiento, sin poder apartar la mirada. Casas amplias con jardines llenos de flores, cercas blancas rodeando los recintos. Una tras otra, todas perfectas pero vacías a la vez. Los niños jugaban, los perros tomaban el sol, las madres cocinaban y los padres leían el periódico. Un común sábado por la mañana para el pueblo de Holloway. Sintió nauseas en la boca del estómago.
-Es un vecindario muy tranquilo y alegre.
Carmen tardo unos momentos en darse cuenta de que el chico le hablaba sonriente.
-Sí, es en realidad muy callado.
Él le miro de una manera muy extraña, como si ella fuera un extraño alienígena.
-Eh, sí. Es muy callado. Aunque también muy alegre.
-Ya lo creo.
Carmen pudo percibir la mirada incomoda del chico, pero la ignoró. Estaba perdida en sus pensamientos.
Sí, regresar a su hogar le traía muchos recuerdos, la mayoría tristes. Pero lo que no podía sacar de su cabeza era la razón por la que estaba de vuelta ahí, lo que la había hecho romper su promesa de nunca más regresar.
Estimada Carmen,
Tu hermano Olson se va a casar dentro de dos meses, el sábado 23 de Junio, con una hermosa joven jamada Clarisa. La boda se va a celebrar en nuestra casa, (tú casa). Esperamos que puedas asistir, ya que es un evento muy importante para la familia. La invitación a la boda te llegará en breve, pero pensé, (como tu madre), que lo mejor sería que te informara antes de que te llegara la invitación. De esa manera podrás tener el tiempo suficiente para decidir, pero también el tiempo suficiente para contestarle a tu hermano en breve.
Saludos, tu madre.
P.D. Yo creo (como tu madre) que lo mejor (y más cordial) sería que asistieras a la boda, no dejes que un tonto malentendido del pasado afecte tu relación con tu hermano. (Y conmigo).
La primera vez que había leído la carta Carmen casi la quema de pura furia, Hannah fue la única que pudo evitarlo. Y después de pasar horas escuchando el monólogo de su amiga decidió que era menos doloroso ir que continuar con aquella tortura, (escuchar a Hannah dar un discurso sobre aventuras y oportunidades únicas, y que el tiempo cura toda herida y la importancia de las relaciones normales). Y fue en parte por ello que Carmen decidió llegar tres semanas antes de la boda, para ver cómo estaban las cosas con su familia y no causar una escena llegando el día del gran evento y no siendo bienvenida por su propia familia.
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Dime lo que sientes y me quedaré a tu lado
RomantizmCarmen se ha pasado la vida mirando a otro lado de la ventana, buscando esa otra mirada que la cautive y la haga sentir completa; no la ha encontrado. Y no es hasta que su testaruda amiga Hannah le insiste en aceptar una invitación a la boda de su h...