La mañana había empezado con la típica niebla que adornaba nuestro gris cielo, aún pareciera que sigues aquí, pesan los días y trato de olvidar a punta de vasos, que cualquier otro segundo pensando en tu mirada con aquella sonrisa que, vaya... Cuánto te extraño, pase vagos días en el olvido mismo, camine bajo miles de sombras, estuve al borde del colapso emocional, solo para ver de cerca a la muerte y preguntarle que era la vida misma sin alguien que la viviera conmigo, esta, contestó con la indiferencia pues mi vida aún no acaba sin entender el verdadero significado de esta misma. Pasaban miles de momentos en mi mente cada uno distinto junto a ti, recuerdos de antaño, días en los que el tiempo no existía para nosotros, horas perdidas juntos jugando con el viento o acariciando nuestros labios mutuamente hasta dormirnos bajo una nube para así pasar de ser nosotros a ser lo abstracto del mismo amor, una ves de saber el porque de vivir la muerte dejó de tener valor para mí, descuide cada día más mi moribunda alma, puse cada minuto de mi ser en esmerarme en destruir mi mente, mi cuerpo, tratar de estar más al alcance de ti rozar la muerte tanto como verte más de cerca, pero aún mi tiempo continúa, aún debo cargar con el peso de los años, pues no hay nada más triste que el tiempo perdido, volveré a leer tus cartas, leeré tus libros favoritos, estudiare una carrera, asi tendremos de que hablar cuando nos volvamos a ver.
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Columpios oxidados
RomancePequeños relatos nacen cuando el mas frío recuerdo es olvidado por tan sólo recordar que existió.
