—¿Qué quieres?—le pregunté al ver que estaba allí, en la misma habitación que yo, estaba realmente enfadada y no quería hablar con nadie.
Hablar contigo—me dijo Charlotte jugando con su pelo.
—Charlotte no tengo ganas de hablar—le dije agachando la cabeza mientras expulsaba el aire con tranquilidad.
Ya lo sé, pero debemos hablar—dijo intentando convencerme y lo hizo.
—Sí quieres decirme algo dilo rápido—dije alzando la mirada y la vi gracias al reflejo del cristal.
Deberías tener cuidado por el tono en el qué le hablas a Suzanne—dijo agachando la cabeza por, ¿el miedo? ¿tristeza? ¿por qué había bajado la cabeza?
—¿Te pasa algo Charlotte?—le pregunté preocupada.
Simplemente, me preocupo por ti. Tengo miedo por lo que podría llegar a hacerte Suzanne, nada más—dijo levantando la vista.—Sé que tú y ella sois muy diferentes, aunque Suzanne diga lo contrario. Por qué tú eres muy dulce y ella es.. no sé—dijo moviendo los hombros.
—¿Y tú?—le pregunté con curiosidad.
Yo no soy ninguna de las dos, simplemente soy la extraña aquí, la miedosa, la llorona,..—dijo haciéndome recordarla en el pasado.
—No eres la extraña—dije dándome la vuelta para verla.—Debes darte cuenta tú misma de que somos iguales en algunas cosas, yo también soy miedosa y llorona, lo reconozco soy más llorona, pero es porque así son mis sentimientos. Yo no puedo levantarme un día y decir, "hoy no voy a llorar", porque yo ni nadie podemos controlar nuestros sentimientos, ¿entiendes?—dije sentándome encima del lavabo, pero me puse a un lado para no dar al grifo y mojarme.
Yo admito que soy más miedosa. Cuando mas miedo tengo, es cuando..—se detuvo un momento.—..te enfadas. Porque cuando te enfadas, no eres tú, eres ella y te estas haciendo daño a ti misma y a los de tú alrededor, debes controlar tú ira.—agacho la cabeza.—Por que algún día, ella ganara la batalla.—dijo levantando de nuevo la vista.
—¿A qué te refieres con hacer daño a los de mi alrededor? ¿A Justin?—recorde la pelea que tuvimos antes.
Sinceramente, tú te pasaste de la raya diciéndole eso, pero el también, así que los dos teneís la culpa, él es muy tierno igual que tú, pero tiene un lado oscuro, al que conociste hace un rato, así que ten cuidado con eso.
—¿____?—preguntó alguien tocando la puerta, me di la vuelta y abrí la puerta.—¿Qué le ha pasado a la puerta?—agaché la mirada, y antes de salir mire dentro, donde estaba Charlotte, al parecer, ella ya no estaba.
—He sido yo, es que Justin tenía la llave y..—dije agachando la mirada para que no me mirara a los ojos.
—No pasa nada, estás puertas son una mierda, una vez vine con Justin para ayudar a Emiliano y de repente, estábamos jugando y yo rompí la puerta de un puñetazo—dijo haciéndome reír.—Justo esa misma puerta—dijo señalando a la puerta que estaba hecho rota por mi culpa.
—¿Desde cuando os conocéis Justin y tú?—le pregunte.
—Desde los 15 años—dijo mirando hacia arriba mientras recordaba los años.
—¿Siempre se comporta así?—le pregunté cuando le vi caminando hacía la cama para sentarse.
—Sí—dijo muy seguro.
—¿Sabes dónde puedo encontrarlo?—le pregunté porque tenía ganas de hablar con él.
—Está en la sala de arriba—lo miré extraño ya que no tenía ni idea de que hubiera una segunda planta.—Déjalo te llevaré allí sino te perderás—dijo levantándose, yo lo abrace dándole las gracias y fuimos hacia allí.
