Me levanté gracias al despertador de Tom. Todos los fines de semana se levantaba a las ocho y salía a trotar para luego irse al gimnasio, le encantaba hacer deporte. Me levanté para buscar un vaso de agua, sentía seca la garganta y tenía mucha sed.
-¿Cómo dormiste? -me preguntó Tom mientras tomaba su leche con plátano.
-Bien -le sonreí mientras me servía agua y me la bebía al seco.
-Parece como si hubieras tenido fuego en el estómago -me dijo riendo. Lo ignoré.
-¿A qué hora vuelves?
-No lo sé, pero antes de las dos, no creo. Voy a salir con Sarah -me dijo sonriendo. Me atraganté con el agua.
-¿Sarah? -le dije enarcando una ceja- ¿Quién es Sarah? y ¿dónde irán? -le dije cruzándome de brazos y él se rió.
-Es una amiga y... -lo interrumpí.
-Sí, claro, una amiga... -dije mientras llevaba el vaso a mi boca.
-Mira enana, el único que tiene derecho a interrogar aquí soy yo ¿entendido? -dijo mientras caminaba hacia la puerta.
-No es divertido cuando eres el interrogado ¿cierto? -me burlé y el rodó los ojos.
-Nos vemos en un rato -sonrió y se fue.
Otra vez sola. Suspiré mientras caminaba para acostarme en el sofá. "¿Quién será esa tal Sarah?" pensé. Tom nunca hablaba de las chicas con las que salía y hasta lo que yo sabía, él y sus amigos eran de los que no se tomaban las relaciones en serio.
Por eso siempre me decía que no me fiara de los chicos, él mejor que nadie sabía por qué. ¿Es que acaso había madurado? ¿O esta vez estaba enamorado? No importaba la razón, me interesaba conocerla. También pensaba en la noche de ayer y de como lo pasaba tan bien estando con Drake y su familia, que de tan solo acordarme se me hacía una sonrisa.
Me levanté antes de volver a quedarme dormida y fui a ducharme. Me vestí con unos shorts, una musculosa amarilla y mis zapatillas. No pensaba quedarme todo el día en casa, y si Tom no volvería antes de las dos... bueno, tengo bastante tiempo.
Tomé el ascensor y salí a la calle. Tenía antojos de un helado, así que caminé hacia la heladería que quedaba a no más de cinco cuadras. Caminaba distraída cuando sentí a alguien gritar mi nombre, reaccioné sin pensar y me volteé, pero me di cuenta de que era una mujer que llamaba a su pequeña hija, me recordó a mí a mi... un choque me hizo reaccionar... allí estaba, era él otra vez.
Narra Jack
Me sentía frustrado, había pasado una semana y se suponía que la chica de ojos azul petróleo ya debería estar muerta, pero no. No sabía nada de ella, ni cual era su nombre, ni tampoco donde vivía. Maldición, ella ya no debería existir. Choqué con alguien y... nos encontrábamos de nuevo. Ahí estaba, mirándome con sus lindos ojos, hipnotizándome con su exquisito aroma a frutillas, y es que desde la vez que la vi, no había podido quitármela de la cabeza.
-Perdona -me dijo, para luego fruncir el ceño y abrir la boca como para decirme algo, intenté sonreír, pero el único gesto que salió de mi cara fue mirarla con una cara de odio y repugnancia.
Seguí mi camino antes de seguir con mis pensamientos y asesinarla ahora mismo, aunque debía admitir que el color amarillo le sentaba de maravilla.
Narra Alice
No entendía, ¿por qué me había mirado así? ¿tendría algo en la cara? no lo creo. Además se me hacía conocido, lo había visto en otro lugar, si tan sólo pudiera recordarlo... En fin, no le di más importancia al tema y entré a la heladería. Estaba lleno, así que me puse a la fila y esperé mi turno.
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Amor ilegal | Terminada. [Sin editar]
Teen FictionUna serie de extraños asesinatos rompen la tranquilidad de Los Ángeles. Alice Jones se encuentra en su último año de preparatoria, tiene una vida normal y una familia disfuncional. Pero tiene los ojos azules, misma característica que tienen todas la...