Capítulo 22

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-Porque simplemente no soy nada tuyo Jack -dije cruzándome de brazos. Iba a hablar, pero la anciana nos interrumpió.

-Toma jovencito -le dijo entregándole un paquete blanco con una cinta morada.

Jack sacó su billetera del bolsillo de su pantalón y pagó. Nos despedimos y nos fuimos.

-¿Quieres comer algo? -me preguntó Jack sonriendo. Vi la hora, eran las siete y media. Suspiré.

-Quiero ir a mi casa Norries. -se detuvo y me volteé a mirarlo.

-No te iré a dejar hasta que comas algo. -me miró serio.

-Quiero ir a mi casa -me crucé de brazos molesta.

-¿Te he dicho que a veces pareces una niña pequeña? -me dijo dulcemente mientras me abrazaba y besaba mi frente.

-Hey, cuidado -le dije alejándome. Se rió.

-No te haré nada que tú no quieras o me pidas -me dijo pícaro.

-Nunca te pediré nada Jack -le dije aún de brazos cruzados.

-Después de un tiempo me rogarás. Todas lo hacen -respondió triunfante.

-Ese es el problema Jack -me miró- yo no soy como todas -se quedó callado y me di vuelta para caminar al auto.

-No entiendo porque vas al auto si acabo de decirte que no nos vamos hasta que comas algo -me dijo parándose en frente haciendo que parara.

Suspiré de nuevo.

-¿Y a dónde vamos a ir a comer? -pregunté rendida, no quería pelear.

-¿Te gustan las hamburguesas? -sonrió.

-Sí.

-Entonces vamos -subimos hasta el tercer piso para llegar al patio de comidas, un exquisito olor a papas fritas y comida rápida llenaba el lugar.

Jack pidió la comida y lo esperé en la terraza. Unos chicos sentados al frente comenzaron a hablar entre risitas y se daban vuelta de vez en cuando a mirarme.

-¿Cómo te llamas preciosa? -dijo uno dándose vuelta. Era rubio y de ojos azules, muy norteamericano.

-¿Qué te interesa? -fruncí el ceño.

-Pero que humor -dijo otro riendo.

-Te gustaría sentarte con nosotros y... -alguien lo interrumpió.

-¿Te gustaría que te pateara el trasero? -le dijo Jack dejando la bandeja en la mesa y empuñó sus manos.

-¿Y tú que te crees idiota? -dijo el rubio parándose.

-No la molestes si no quieres que te rompa la cara -dijo Jack acercándose al chico.

-Mira imbécil -dijo el chico rubio- si yo... -lo interrumpí.

-¡Ya basta! -grité y me puse entre ambos- Jack, no le hagas caso, no vale la pena gastar tiempo con ellos. Busquemos otra mesa -le dije mientras ambos se fulminaban con la mirada.

-Nos vemos -le dijo el rubio a Jack.

Pero lo ignoramos y nos fuimos.

-Maldición Jack, ¿siempre eres así? -le dije mientras nos sentábamos al otro extremo de la terraza.

-Nunca pensé que si me alejaba cinco minutos, los buitres bajarían -me reí.

-¿Enserio pensaste que estaba hablando con ellos? ¿Dónde quedó tu ego Norries? -le dije enarcando una ceja. Él bufó- De todos modos gracias por defenderme -sonrió ampliamente.

-Entonces me debes una Jones -dijo mientras me pasaba mi botella con agua y mi hamburguesa.

-Estamos a mano, te ayudé con el regalo de tu tía -lo miré.

-Eso no cuenta, fue sólo una excusa para invitarte a salir -sonrió.

-¿Excusa? -pregunté.

-Sabía que si te lo pedía así nada más, no hubieses aceptado.

-¿O sea que lo planeaste? ¿Y mi auto? -fruncí el ceño.

-No te preocupes por eso, tratos son tratos. Estará listo mañana. -sonrió.

-Más te vale -lo amenacé mientras le daba una mascada a mi hamburguesa y luego bebía de mi agua.

-Me gusta pasar tiempo contigo, es divertido -admitió sonriendo y me atraganté con el agua y de paso pasé a escupirle a Jack.

¿Era una broma, no? le acababa de escupir en su cara. Vi como Jack pasó una servilleta por su cara limpiándose el agua que le había escupido. Comenzó a reírse.

-Lo siento -le dije mientras agachaba mi cabeza y sentía como me comenzaba a sonrojar. Levanté mi cabeza y vi como Jack me miraba divertido.

-Nunca me escupieron en la cara -sonrió- Pero sonrojada te ves hermosa -maldita sea, sentía que mis mejillas ardían aún más.

-No fue con intención. Lo siento -lo miré pararse.

-Ahora si me las pagarás Jones -dijo acercándose.

-Jack que... -sin darme cuenta, me subió a sus hombros y comenzó a avanzar entre el gentío que nos miraba- ¡Bájame Norries! -le grité mientras le golpeaba la espalda.

-¿No te gustó escupirme en la cara, Jones? Te aguantas -me dijo entre risas mientras caminaba por todo el centro comercial conmigo en brazos.

Llegamos hasta el estacionamiento y recién pudo bajarme.

-¡Eres un idiota Jack! -dije dándole un golpe, pero él fue mas rápido y lo esquivó.

Para luego en un rápido movimiento capturarme en sus brazos y acorralarme entre él y su Jeep.

-Aléjate -le dije seria mientras el comenzaba a acercar su cara.

-Deja al lado tu mal humor y disfruta -sonrió.

Estaba tan cerca que podía sentir su respiración chocar con mi boca, luego sus manos recorrieron mi cintura hasta llegar a mi cadera y detenerse ahí. Me estremecí ante sus acciones y él sonrió acercándose aún más, eliminando todo el espacio que había entre nosotros.

-¿Disfrutar? -bufé.

-Silencio Jones -bajó hasta mi cuello y depositó pequeños besos en él- hueles delicioso -dijo ahora acercándose a mis labios, se detuvo a unos centímetros sin separarse.

Maldición, quería besarlo, no sé qué estaba haciendo pero sentía que en cualquier momento lo besaría y no quería ceder. Tenía que guardar mi orgullo.

-Vamos Alice, me tienes loco y lo sabes -dijo mirándome fijo a los ojos.

Lo miré a sus verdes ojos, ¿por qué tenía que ser tan lindo y a la vez tan arrogante? si dejara de ser tan arrogante, no me molestaría en lo absoluto. Me sonrió de lado aún sin retroceder, seguía sintiendo su respiración.

-Bésame -le dije antes de que capturara mis labios, y luego todo a mi alrededor pareció no importar.

Me besó lenta y dulcemente. Intenté separarme para respirar, pero volvió a besarme, esta vez más intensamente.

Sentí como mis pulmones me pedían aire y de un momento a otro la vista se me nubló.

-¡Alice! ¡Alice! -me gritó desesperado. Sentí que me tomaba en brazos y me sentaba en el capot de su Jeep. Me recuperé y lo vi mirándome divertido- No pensé que te desmayarías Jones -se rió.

-No me dejaste respirar Jack -dije mientras me sujetaba de sus musculosos brazos.

-Sé que beso bien, pero no es para tanto -dijo entre risas. Lo miré y enarqué una ceja. Me bajé del capot.

-Que no se te suban los humos a la cabeza Norries -enarcó una ceja- Será la última vez que me besas.

-Después me suplicarás, tal como hiciste hace un rato.

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Les quería dar las gracias por leer la novela. Jamás pensamos que tendría las lecturas que tiene. Gracias por los comentarios y los votos, de verdad significa mucho para nosotras. :)

Amor ilegal | Terminada. [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora