Bajé los últimos escalones de la escalera, "un paso más y disparamos" escuché decir a uno de los policías. "Claro que no dispararían" pensé. Avancé rápido hasta uno de ellos, lo golpeé dejándolo noqueado en el suelo, tomé el arma y apunté a los demás.
-¿Quién más, eh? -pregunté mientras veía a los demás policías retroceder sin dejar de apuntarme.
Le disparé a uno de los policías en una pierna. Y a otros los golpeé, tomé el bolso que la noche anterior había quedado a un costado de las escaleras. No pude evitar recordar a Alice, ella había avisado al FBI; pero no me importaba eso, lo único que de verdad me importaba, era recuperarla.
Salí corriendo de mi casa seguido por unos dos policías, subí a mi auto y salí a toda velocidad: iría a la cabaña, nadie me encontraría allí.
Después de unos diez minutos terminó la persecución, perdí a la patrulla que me iba siguiendo. Salí de Los Ángeles lo más rápido que pude hasta llegar a la cabaña.
Recuerdo cuando íbamos con papá y mamá allá, tenía unos siete años, mis padres seguían juntos, se podía decir que éramos una "familia feliz".
La cabaña era de mi madre, la había diseñado y decorado ella, era arquitecto. Sentí como algunas lágrimas caían por mis mejillas, las sequé, no me gustaba llorar. Odiaba recordar el pasado, pero era lo único que tenía sobre mi madre. Dejé el bolso sobre la mesa de centro y me acosté en el sofá, ¿cómo podría hablar con Alice si ella no quería verme? algo haría, algo se me tenía que ocurrir.
Narra Alice
Todavía estaba en el FBI, Drake hacía miles de llamadas y caminaba de un lado a otro por la oficina. Me senté, me sentía muy mareada y todo me daba vueltas, ¿qué rayos había hecho? quizás a Jack ahora le estaban pegando, quién sabe. Lo amaba, estaba enamorada de él ¿y qué hice? lo había perdido. Pero me había mentido, jamás me dijo lo que fue o lo que había hecho y pensar que él me había estado siguiendo esa noche hace unos seis meses, me asustaba. Drake recibió una cuantas llamadas más, "Maldición" lo escuché maldecir por lo bajo.
-Se escapó -dijo furioso caminando hacia su escritorio- golpeo a unos policías y se dio a la fuga, le disparó a uno en una pierna antes.
Me sentí bien porque al menos estaba vivo, la culpa me estaba matando hasta que escuché esas palabras de Drake. De seguro Jack ya sabía que había hablado con el FBI, no iba a querer volver a verme. Suspiré y me paré en dirección a la puerta, un brazo me detuvo.
-¿A dónde vas?
-A casa Drake, necesito descansar -le dije zafándome de su agarre y desapareciendo por la puerta.
Caminé hasta el ascensor, si estaba la gente alterada y cansada cuando había llegado, ahora estaba todo peor. Habían policías en cada rincón, llamando o dando órdenes mientras caminaban hacia las diferentes oficinas. Me detuve en seco al ver que el ascensor estaba en el primer piso, no esperaría tanto, quería salir del edificio, volvía a sentirme mal.
***
Habían pasado dos semanas, dos semanas desde la última vez que había visto a Jack. Lo extrañaba, lo necesitaba pero no había dado señales de vida y era obvio el por qué. Después de todo lo que le dije la otra noche, ni yo volvería a hablarme.
Salía poco del departamento, no tenía ganas de hacer nada, Drake, Tom y Sarah estaban preocupados por mí, no comía, simplemente, no tenía apetito. "Estás muy delgada Alice" decía Tom cada viernes, cuando me visitaba con Sarah.
Me desperté sin querer levantarme, como siempre. Recibí una llamada de Tom.
-Alice, va a nacer el bebé -dijo emocionado.
-¿Qué? ¡Voy enseguida!
-Estamos en la clínica "Salvador", habitación 306 -dijo antes de cortar la llamada.
Me vestí lo más rápido que pude, y salí del departamento corriendo. Subí a mi auto y salí a toda velocidad, ¿clínica "Salvador"?, ¿en dónde quedaba eso?. Saqué el gps esperando que encontrara el hospital, estaba en el centro, a dos cuadras del edificio de FBI. Llegué al hospital y estacioné en donde pude. Me acerqué a la mesa de la recepcionista, "está en trabajo de parto en estos momentos" me dijo amablemente. Me senté en uno de los asientos en la sala de espera, eran las once de la mañana, estuve unas horas esperando hasta que salió Tom con un pequeño bebé en sus brazos. Me paré con lágrimas en los ojos.
-Hola pequeño -lo saludé secando las lágrimas que caían por mis mejillas- bienvenido a la familia.
-Ella es tu tía, quizás no te agrade su humor -rió- pero la amarás -Tom tenía los ojos cristalizados, iba a llorar. ¿Quién no? por fin era papá- Espero ser un buen padre, uno presente, no como papá.
-Lo serás -unas cuantas lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Tom, las limpié y le sonreí- él estará orgulloso de ti, créeme.
Me devolvió la sonrisa, volviendo a entrar por donde había salido. Más tarde entré a ver a Sarah, estaba cansada, se notaba. Estuve un rato más con ellos y me despedí, me acerqué a la pequeña cuna que estaba al lado de la camilla de mi cuñada. "Nos vemos pequeño" le susurré antes de darle un beso en su cabeza. Hice un movimiento con mi mano en señal de despedida y salí de hospital. En el auto recibí una llamada, era Drake.
-¿Alice? -preguntó Drake al otro lado del teléfono- pasó algo, te llamé a ti primero porque sé que Tom está ocupado.
-¿Qué sucede? -le pregunté preocupada.
-Ven, ahora mismo -fue lo último que dijo antes de cortar.
¿Qué le pasaba? Sin pensarlo dos veces, giré en una esquina para dirigirme al edificio del FBI.
Entré en la oficina de Drake que estaba pálido sentado en su escritorio. Me miró sin cambiar su expresión e hizo un movimiento con su mano, en señal de que me sentara.
-Alice... -suspiró- tienes que estar tranquila.
-¿Para eso me llamaste? -pregunté confundida- no quiero sermones.
-No es eso, detuvieron a un peligroso narcotraficante... se dice que trabajaba con Gilson, ¿lo recuerdas? -asentí.
Gilson era un poderoso narcotraficante, que manejaba la mayoría de los negocios aquí en Estados Unidos. Hace unos años Edwin lo había encarcelado, sin preocuparse de con quienes trabajaba y a quienes manejaba. Seguramente, atraparon a uno de sus trabajadores.
-Bueno, el narco es... -se detuvo en seco y tomó su cabeza con sus manos suspirando.
-¿Quién? -no respondió- Vamos Drake, dime quién es -insistí.
Respiro profundo, levantó la cabeza y me miró preocupado. Su rostro estaba más pálido que nunca, ¿quién era para que estuviera en esas condiciones?. Un momento. Traté de recordar y la conversación llegó a mi cabeza más rápido de lo que pensé.
"-Sí, sí -escuché a mi padre murmurar- tengo tu pedido -hablaba por teléfono, nervioso.
...
-No, claro que no -contestó de nuevo- nadie sospecha nada.
...
-Sí, 5 kilos de cada una -rió- de buena calidad por supuesto."
No, no, no, me negaba a pensar de que era mi padre. Pero siendo otra persona Drake no me hubiera llamado, y tampoco estaría tan nervioso. Tomé una bocanada de aire y pude sentir como mis ojos se cristalizaron. Miré a Drake mientras un nudo se formaba en mi garganta, esperando una respuesta que fuera de mi agrado, una respuesta que no doliera como la que me imaginaba.
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Amor ilegal | Terminada. [Sin editar]
Novela JuvenilUna serie de extraños asesinatos rompen la tranquilidad de Los Ángeles. Alice Jones se encuentra en su último año de preparatoria, tiene una vida normal y una familia disfuncional. Pero tiene los ojos azules, misma característica que tienen todas la...