Llegamos al aeropuerto y fuimos enseguida al baño, entré al baño de mujeres. Me vestí con un vestido, unos tacos, ¿a dónde iríamos? solo Jack lo sabía. En el bolso había una peluca rubia, "¿es en serio?" pensé mientras me tomaba mi cabello en una cola de caballo y lo acomodaba nerviosa debajo de la incómoda peluca, esto no iba a resultar. Me miré al espejo unos minutos, parecía cualquier cosa, menos yo, perfecto.
Me di una rápida mirada antes de salir, cuando recordé a Tom. No podía hacerle eso, no podía irme sin decirle nada, borrándome del mapa; estaría haciendo lo mismo que hizo mi papá toda su vida, arrancar, dejarnos de lado. Tomé mi celular que tenía en el bolsillo trasero del pantalón y marqué el número de mi hermano. Las manos me sudaban y los nervios me comían mientras escuchaba que el teléfono estaba marcando. "¿Alice?" escuché decir a mi hermano al otro lado de la línea. Mis ojos se cristalizaron y antes de hablar tomé una enorme bocanada de aire, no sabía cual sería su reacción. No quería que tratara de detenerme, aunque sabía que decir algo así por teléfono era la peor idea del mundo. No tenía otra opción.
-Tom, te tengo que decir algo y necesito que escuches atento, por favor, no me interrumpas -le dije rápido.
-Te escucho, tranquila -contestó preocupado.
-¿Recuerdas a mi novio, Jack? Bueno, me voy con él. Los policías nos están rastreando porque quieren detenerlo. Sea lo que sea que escuches, sólo confía en mí, por favor. Estoy enamorada de él y yo sé que tú harías lo mismo que estoy por hacer, por Sarah, yo lo sé. Por fin estoy feliz Tom, con alguien quien de verdad me ama y me protege -escuché a Tom suspirar, seguí- y quiero que estés feliz por mí. Que estés seguro de que Jack cuidará de mí, sé que te agrada. Estaremos bien y prometo que volveré, no sé cuando pero lo haré -escuché a Connor llorar en el fondo, de seguro había despertado- Prometo también llamarte o escribirte desde donde esté, ¿si?, te amo Tom, a Connor y a Sarah también. No sabes cuanto ansío volver a verlos, ver a Connor siendo un niño y no un bebé. Si no me entiendes, lo comprendo pero no me detendré -terminé de decir casi ahogada, había hablado muy rápido.
Esperaba que Tom entendiera, que me apoyara y me dijera que todo iba a estar bien. Pero no sabía cual sería su reacción y de seguro ya había visto en las noticias que Jack era el famoso asesino. Hubo un silencio eterno para mí, escuché a Tom respirar profundo.
-Alice -dijo calmado- te entiendo, en parte. Pero sé quien es en realidad Jack y no confío en él.
-Cambió, y jamás me ha hecho ni me hará daño. Lo amo Tom, entiende -insistí con un hilo de voz.
-Espero con ansias también volver a verte a ti y escuchar tus quejas -rió nervioso- Connor, Sarah y yo te esperaremos con los brazos más que abiertos, somos tu familia, hermana. Cuídate mucho, ¿bueno? esperaré tus llamadas con Connor, quiero que escuche a su tía y quiero que puedas estar presente mientras crece. Te amo también, todos aquí. Nos vemos, Alice, espero que pronto. Mándale saludos a Jack, quiero que te proteja con su vida. Sé que te irás por un largo tiempo pero quiero que apenas decidan volver, nos visiten. Y ten por seguro, que no diré nada.
-Te amo Tom, adiós -dije llorando, colgué y limpié las lagrimas que habían caído por mis mejillas.
Me encontré con Jack afuera, estaba con lentes de contacto, un gorro, al verme se puso unos lentes de sol. Le sonreí mostrándole que todo estaba bien. Su ceño fruncido desapareció, ahora sonriendo. Fuimos directo a la sala de embarque, no llevábamos maleta por lo que sería rápido.
Antes de entrar por la gran puerta me giré hacia la entrada y vi entrar corriendo a Drake con diez de sus hombres, maldición. Nos miró y nos reconoció en segundos. Entramos corriendo por la puerta de embarque, nuestro vuelo salía en menos de cinco minutos y teníamos que estar ya en la puerta. Si no llegábamos al vuelo, nos encarcelarían. A Jack por lo que hizo hace meses y a mí por ser cómplice, no era una linda situación.
Narra Drake
Entré al aeropuerto y pude ver al maldito de Jack con Alice. Les di la orden a los policías y fuimos tras ellos, sin siquiera saber cual era su vuelo de entre los cientos que salían este día. Llamé a más de mis hombres, pedí cinco patrullas más, no se saldrían con la suya.
Entré empujando a los guardias de la sala de embarque, mostrándoles al mismo tiempo mi placa del FBI. Subí las escaleras hasta el tercer piso y busqué entre toda la gente a Jack y Alice, no habían rastros de ellos.
Nos dieron la orden de poder revisar avión por avión, los que salían en 30 minutos. Claramente, no les importaba mucho que un asesino estuviera suelto. Edwin dijo que no me daría más de quince hombres para tratar de capturarlo, dijo también que si no lo atrapaba no haría nada más, no iba a mover ni siquiera un pelo por seguirlo a otro país sea cual sea; según él, si no apareció en casi un año fue por algo. Teníamos miles de casos cien veces más importantes que este, que ya se había cerrado seis meses atrás. Pero a mí eso no me importaba, yo quería que ese tal Jack quedara en prisión, por todos los problemas que trajo. Por lo que hizo con Alice. Sonaba poco profesional, y por eso Edwin no me puso a cargo de más casos. "¿Qué te pasó, Drake? siempre pensé que serías uno de los mejores, pero cambiaste" escuchaba eso venir de mi jefe día tras día. "Estás obsesionado con esa chica, si sigues así, terminarás mal chico" estupideces, estupideces y más estupideces. No me importaba lo que él pensaba, mucho menos lo que pensaban los demás. Me importaba lo que pensaba Alice de mí, y ella me odiaba en estos momentos. Pero sin Jack en su vida, yo tendría otra oportunidad.
Entramos al primer vuelo hacia República Dominicana, no había nada. Pasé por todos y cada uno de los asientos buscando alguna pista de ellos, no había absolutamente nada. Fuimos hasta otro avión hacia Puerto Rico, pensé que querrían alejarse de Estados Unidos, Latinoamérica sonaba más realista. Entramos y la vi, estaba en uno de los asientos de las últimas corridas. Me acerqué corriendo hecho una furia, la tomé haciendo que su mirada confundida cayera sobre mí.
Noté que su rubio no era el de una peluca y la chica me miraba con disgusto. Sin pedirle disculpas salí del avión, sin éxito. Pasé mis manos por mi cabello irritado, estaba cansado, estresado, decepcionado.
Después de diez minutos, me quedaba un vuelo, a Brasil, iba a Río de Janeiro. Me subí y corrí con quince hombres detrás mío. Entré y busqué fila por fila, era el último vuelo que salía en pocos minutos. Pensé ver a Jack y corrí hasta llegar al sujeto, "te encontré imbécil, ven conmigo" le dije girándolo bruscamente, estaba por ponerle las esposas, cuando veo bien su rostro, el chico no era Jack, en absoluto. Me miró malhumorado y se dio la vuelta como si nada hubiera pasado. Esta era la última oportunidad que tenía de encontrarlos, no podía rendirme.
Lo revisé de nuevo sin encontrar rastros. Me bajé del avión y me acerqué de nuevo a la central. No podía revisar más vuelos, el resto ya habían despegado. Se habían ido, se habían salido con la suya; pero lo peor, había perdido a la chica que en algún minuto pensé amar con locura. Quien me había dejado por un delicuente, por un asesino.
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Amor ilegal | Terminada. [Sin editar]
JugendliteraturUna serie de extraños asesinatos rompen la tranquilidad de Los Ángeles. Alice Jones se encuentra en su último año de preparatoria, tiene una vida normal y una familia disfuncional. Pero tiene los ojos azules, misma característica que tienen todas la...