Veinte

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Ya había pasado una hora prácticamente que los dos estaban en el bosque. Ninguno quería mirar el reloj o si quiera irse. Disfrutaban la compañía del otro aún que Tyler no lo admitiera. Hablaban de cosas sin sentido y a la vez con sentido, de bandas, canciones, películas, series, situaciones de la vida o si hay vida en Marte. Todo eso, sintiendo comodidad al opinar y con ganas de saber más del otro.

-¿Crees que me queda bien este peinado?.-pregunto Tyler, acostado en el suelo, viendo el cielo con Josh a su lado.- Estuve pensando en cortarmelo, en serio. Pero de todas maneras soy horrible, ¿entiendes?, no hay solucion para esto.-susurro, se sentia un poco incomodo hablar asi, mostrando una parte de sus ideas. Sentirse libre de contar sus problemas sin tener que ser fuerte, aun que este no sea un gran problema.

-¿Quieres mi opinion?.-pregunto, girando su cabeza para ver a Tyler. El asintio.- Yo opino que eres magia.-dijo, sonriendo y muy seguro. Viendo el perfil de Ty, su sonrisa y sus ojos que no lo hacian ni dudar de lo que decia.- Tengas lo que tengas, tal vez te pongas un mono en la cabeza, pero de todas formas te verías como un Dios.

Él agacho su cabeza avergonzado, no estaba acostumbrado que lo alaben tanto. No siempre tenía a alguien diciéndole tantas cosas buenas que ahora le costaba creer. Creció alrededor de basura y personas que nunca le dijeron nada bueno y ahora, Josh aparece de golpe con toda su ternura que le hace llegar a pensar que este mundo cruel no le hará daño. Además, que tantas cosas buenas lo hacen débil, un piropo de parte del teñido y agacha la cabeza en forma de derrota, como un: "Hey, basta, ya ganaste mi corazón".

-¿Puedes dejarme ser un hijo de puta contigo en paz?.-preguntó, preso del momento que Josh quería formar.

-Nop.-alargó la última letra, haciendo un puchero que le queda bastante tierno.- Estoy viendo hasta dónde puedo llegar.

-¿Hasta que te rompa la cara con un tronco?.-preguntó, dudoso. Josh buscó con la nidada algún elemento que podría llevar a cabo esa acción.

-Puedo intentar.-ladeó la cabeza. Sabía que Tyler era capaz de eso.- Quiero intentar todo, lo juro.

-No estoy acostumbrado, lo siento.-agacho la cabeza, mirando para cualquier lado que no sea Josh. Le intimidaba y eso era algo que odia.

-Lo note, quiero decir que noto la forma que te avergüenzas cuando digo algo sobre ti y bueno, no lo entiendo. Todo lo que digo es taaaan cierto.-dijo seguro, sonriendo a la vez.

-Callate.-soltó una risa.

-Te amo, realmente lo hago.-soltó de repente, Tyler abrió los ojos. Le dolía, demasiado.

Yo también te amo.

-Lo siento.-respondió con simpleza. Josh cerró los ojos, eso dolio.- No puedo.

-Si puedes, no quieres que es muy distinto.-contraatacó, ya cansado de tanto rogar.- ¿Tanto cuesta quererme?.

-No es eso, Josh.-contestó calmado o.

-¡Es claramente eso!.-gritó, levantándose de golpe.

-Josh, quedamos que íbamos a ir despacio, no puedes obligarme a contestar un te amo que no siento y tal vez me cueste sentir. Recuerda que TÚ terminaste esta amistad.

-Lo sé, y me arrepiento demasiado. Pero, no tienes que ser tan cruel, diablos.-llevó sus manos a su cabeza, desesperado.

-¿Quieres que te corresponda?.-preguntó desde el suelo, Josh no contesto.- Pues, lo siento, pero no haré algo que no siento.

Ouch.

Todo quedó en silencio, en uno tan doloroso. Josh se dio media vuelta, arrodillándose de golpe y tapando su rostro. Tal vez, Tyler le había dicho cosas peores, pero no podía evitar sentirse mal. Si, tenía ganas de llorar pero bien sabía que no lo iba a hacer, no derramaría ni una lágrima.

-Esta bien.-dijo en un susurro, sin sacar sus manos de su rostro.- Tengo que entenderte, si quiero estar contigo tengo que bancarme todo esto.-dijo más para si mismo, controlando toda su ira.- Yo te amo, si, esta bien. Todo estará bien.-susurro, sentándose lentamente.

Tyler decidió no decir nada, dejar que en el ambiente reine solo el ruido de la naturaleza. Josh suspiraba muy agitado, tratando de calmar todo lo que él mismo había provocado.

-Hay algo que sí recuerdo, siempre que estoy mal lo hago.-empezó a hablar, moviendo sus manos en una forma nerviosa.-Una vez, cuando fui a tu casa a los ocho, papá había peleado con Zack, y rompieron un vaso en mi brazo. Estaba sangrando, todo...mi brazo.-dijo, pasando su mano por algunas cicatrices que aún seguían ahí.- Y yo, era un niño y realmente me dolía, no sabía dónde ir, me sentía tan mal. Zack y papá seguían peleando, ignorándome. Cuando me canse, digo, ya no sentía el brazo, ¿entiendes?. Bueno, ya toda mi vista se estaba nublando. Salí lo más rápido de mi casa y quede quieto en la calle. Ahí hice esa pregunta que siempre está rondado en mi cabeza: "¿A dónde voy?"  y como un foco se prendió la idea de ir a tu casa, a mí segundo hogar.-Josh escuchaba atento, evitando no perder ningún detalle.- Toque el timbre de tu casa como pude, y como si escucharan mis plegarias tu me atendiste, con una sonrisa amplia que se desvaneció cuando me viste. Te alteraste al ver mi brazo, pero no perdiste ni un segundo para ir a buscar alcohol y una venda. Estuviste unos minutos curando la herida, hasta que acabaré y me tire a llorar. Me rodeaste con tus brazos y juro que me sentí a salvo, fue como si estuviera con algún policía y que nadie podría hacerme daño.-tomo un poco de aire, sonriendo al recordar eso.- Te pedí perdón por ensuciar tu casa, por pedirte ayuda y tú dijiste: "Siempre que estén atacando tu mundo, que te sientas solo o si quiera triste, puedes venir al mío, tendrás lugar cada vez que lo necesites". Y hoy lo volví a comprobar, me diste lugar a pesar de todo. Creo, que muchas gracias por siempre estar y nunca irte.-termino de decir, sonriendo. Josh ya estaba un poco sensible, era lo mejor que Tyler le había dicho en todo estos días.

No podía creer lo bien que estaba yendo, tal vez hace unos minutos todo parecía ir de mal en peor y que alguno saldría corriendo para volver a casa. Pero no, ahí estaban de nuevo, recordando lo que los unía y tratando de hacerlo más fuerte.

brøke;jøshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora