Si, mi vida no estaba tan bien.
Extrañaba infinidades a Tyler, cada vez que podía verlo o lo cruzaba por los pasillos de la escuela trataba de sonreír para que el piense que estoy bien, que puede seguir con su vida tranquilo cuando en realidad, me destruia cada vez un poco más verlo pasar y que ni si quiera me mire, porque nunca lo hacía, ¿entienden lo que es vivir eso?. Pasar de contarnos intimidades a ni a un saludo flaco.
Pero, tenía que ser fuerte y dejarlo ir, yo sólo era un estorbo para él.
Y eso que nunca fui de las personas que renunciaban tan fácil, pero con él es distinto. Necesitaba hacerlo, por Tyler para que no recuerde más ni se esfuerza porque yo solo le traía tristeza. Y lo peor es que luche hasta donde pude, pero era sabido que nunca obtendría nada, así que dolido y cabizbajo tuve que dejarlo ir.
Dejar ir...
Qué difícil es dejar ir, soltar, superar más cuando no encuentras ni una buena razón para convencerte de hacerlo. Mi única razón para no ir a buscar a Tyler en este instante es porque quiero verlo feliz, quiero ver cómo triunfa en la vida, como sale adelante y como me está costando. Por eso, es difícil, demasiado, renunciar a algo que amas con todas tus fuerzas.
¿Ahora qué me queda?, ¿seguir mintiendo?, tengo que salir de mi habitación y asegurarle a mi padre que la chica del almacén esta re buena, que tiene unas tetas enormes y que pronto estará en mi cama, decirle que me encanta el fútbol y que estoy con muchas ganas de jugar, comentarle que amo a mis amigos como a sus fiestas, y por último, decir la típica frase que él siempre repara: "Que tan cagados están los Joseph's", odio eso, pero sin embargo nunca dije nada.
Porque le tengo miedo, tengo miedo a su mirada de rechazo y odio. Luche toda mi vida para ver en el rostro de cada persona una mirada de aprobación y admiración pensando que ahí, tendría todo. Pero, que poco sabia. Las miradas más importantes, son las de amor, y solo ni madre y Tyler la tenían para mí,
Pero nunca he sabido valorar...
-Hey, hijo.-mi padre entro a mi habitación con un balón de fútbol, suspire cansado fingiendo una sonrisa.- ¿Qué estás haciendo?.
-Nada importante...-guarde rápidamente la hoja que estaba escribiendo, él se sentó emocionado a un lado de la cama.-¿Qué sucede?.
-Terminarás este año la secundaria...-comenzó , asentí. Cierto, este año me graduaría lo que significa empezar a considerar un futuro.-Y con eso, vienen las nuevas universidades. Quiero decir con esto, que ya sé dónde vas a estudiar.-dijo, más bien exigió o demandó. Era obvio, el planeo mi futuro.- Y la de Chicago me parece genial, es más, te lo estoy asegurando. Te dejaré aquí algunos folletos y podemos ir la próxima semana.-dijo, dejando esos papeles a mi lado, los mire con recelo, ni si quiera pregunto; ¿te parece bien?, ni nada de eso, por qué obvio mi opinión para él es un cero.
-Esta bien...-dije en un susurro. Él sonrió y emocionado salió, dejándome con más dudas.
Chicago era lejos, era alejarme de todo para hacer algo que no me apasiona. Era huir de mis problemas, de mis dudas, de todo. Podría desconectarme por un rato, que nadie sepa nada de mí ni yo saber nada de nadie, volver a empezar, sin papa, sin los del fútbol, sin mis "amigos", sin Tyler...
No estaría nada mal.
Sentí el timbre soñar, una y dos veces sin que nadie vaya a abrir la puerta, al parecer estaba solo en mi casa. Baje sin muchas ganas a abrir, cuando lo hice la imagen de Mad, con su rostro preocupado y sus ojos llenos de lágrimas me impactó, tenía preguntar qué pasó, solo me limité a estar en silencio.
-Tyler no ha vuelto.-soltó sin más, mi corazón empezó a acelerarse.- Tal vez se escapó...-dijo, un poco más tranquila, pero a mí eso no me ponía a descansar.-Pero no puedo creer eso, después de que haya peleado con mi padre y el tampoco aparezca. Esta suelto, con toda su demencia y ira buscando a Tyler, quien sabe que puede hacerle, ese hombre no conoce límites.
Y ahí sentí mi cuerpo pesado, mi mente nublada. Del solo imaginarme que a Tyler le pudo haber pasado algo, de que tal vez no lo volvería a ver y que lo último que hice fue ignorarlo. Mis manos comenzaron a picar, al igual que todo mi cuerpo, el tiempo pareció detenerse pero las lágrimas de Mad seguían bajando por sus mejillas.
Me prometí a mí mismo, que encontraré a Tyler y NADIE, ni si quiera yo, le hará daño.
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brøke;jøshler
أدب الهواة"Vivió toda su vida en un infierno, y jamas se convirtió en el diablo".