Parte 7

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—Necesito, necesito llamar a la policía.—dijo el ojiazul sin creerse nada de lo ocurrido con el espejo.

—Sí, claro. Hey, policías, es una emergencia, hay una chica que habla con gente a través del espejo. —habló con sarcasmo mientras recogía y guardaba en su bolsillo los ingredientes que sobraron.

—Sí. Llamaré a la policía — asintió con la cabeza como si acabara de escuchar lo más cuerdo posible. Intentó doblar la manija de la puerta; sin embargo, Camille fue más rápida y lo pegó de cara contra la pared, infringiéndole un poco de dolor en los brazos para que no intentara nada.

El Winchester soltó un quejido.

—Esto duele, ¿lo sabías?

—Si te suelto, ¿prometes tranquilizarte?— pregunta Camille. El ojiazul asintió con la cabeza lentamente.— Nadie llamará a la policía, ¿está bien? — volvió a asentir con la cabeza. — Bien,— acepta susurrando y retirando su agarre, pero al segundo que John estuvo libre, abrió la puerta y dijo: "Llamaré a la policía" para después salir corriendo.

—Malditos Winchester, lo que tienen de guapos lo tienen de tercos.— maldijo la pelinegra y fue corriendo tras él.— ¡No llamadas!— gritó cuando estuvo cerca de él y se lanzó sobre su espalda ocasionando que ambos cayeran al suelo.

—¿Está loca, señorita?— cuestionó John con un poco de dolor intentando sentarse, la cazadora se puso de pie.

—No tanto.— hizo una mueca tendiéndole una mano. El muchacho la miró serio, pero igual aceptó para después levantarse del suelo.— Bueno, quizás bastante.— rodó los ojos.— Pero no voy a matarte o hacerte daño, —John le dio una mirada incrédula, considerando que ya lo había tratado de una manera brusca, no iba a ceder fácilmente— lo digo en serio. —rodó los ojos— No podría matarte ni aunque quisiera, aún cargas a dos de mis amigos.

John frunció el ceño sin entender.

—¡Camille!— exclamó alguien saliendo de detrás de los estantes. La cazadora volteó a verlo y reconoció a uno de los demonios.— Qué bueno encontrarte aquí.— mostró sus ojos negros.

—Tiene que ser una broma. —balbuceó la cazadora.

—Sus, sus ojos.— dijo John  boquiabierto.

—Todos estarán contentos con esta noticia. —sonrió el demonio mientras avanzar lentamente hacia ellos.

—No sé si les guste encontrarte apuñalado. —le mostró su cuchillo mata demonios.

El demonio rio.

—Está en la tienda. —informó hablándole al intercomunicador. Intentó darle un puñetazo a la pelinegra, pero esta lo esquivó y golpeó su brazo para después enterrar por segundos su arma en su corazón. Sus huesos brillaron de color rojo y el cuerpo cayó.

—Tengo que salir de aquí. —susurró para sí misma. Sabía lo que vendría y debía encontrar un escondite pronto. —Oye, tú, ¿tienes auto?

—Apuñalaste a ese hombre —dijo sin poder quitar la mirada del cuerpo.

—No, olvida lo que dije, ya recordé cómo nos conocimos —negó la cazadora haciendo una mueca. —Bueno, fue un susto conocerte, John Winchester, adiós.

—¡Oiga! ¡oiga, señorita! —llamó el joven haciendo que Camille detuviera su paso—, ¿sólo dejará ese cuerpo ahí?

—Lo quemaría, pero ahora me siento muy cansada—hizo una mueca de pesadez—, y aún me persiguen. Por cierto, trata de salir de esta tienda, si los demonios te encuentran, podrías... —quedó pensativa unos segundos. Dio una pisoteada al suelo. El joven la miró extrañado. —Sam y Dean me complican todo. Si no me importaran, podría dejarte aquí. Pero, ash, detesto ser buena persona. Ven, vamos, tenemos que irnos.

—¿Irnos? ¿Ir contigo? Ni siquiera te conozco.

—Acabo de salvar tu vida, de nada.

—¡Mataste a ese hombre!

—¿El espectáculo con el espejo no fue suficiente para que me creas?

—Todo cambió cuando mataste a ese hombre.

—Él nos hubiera hecho algo peor, créeme. Solo necesito que salgas de esta tienda, ve a cualquier otro lugar. ¡Pídele una cita a Mary!— exclamó como si fuera la mejor idea que se le hubiera ocurrido.

—¿Quién? —interrogó confundido.

—Ay, —se quejó —Tu vida está en riesgo, ¿no lo comprendes? Y en parte la mía por estar hablando contigo ¡ahora mismo! Ya vienen. —señaló la puerta— bueno, en cualquier momento. Mira, si te quedas aquí, ni la policía llegará tan rápido para ayudarte. Además, si te ven con el cuerpo aquí, creerán que lo mataste... —intentó persuadir.

—Pero no lo hice...

—Pues, a mí me parece que sí. Si fuera la policía y viera un cuerpo apuñalado, en una extraña tienda de supersticiones, creería que fuiste tú. Eres el único aquí.

El joven pareció razonar unos segundos.

—Sí, —aceptó —yo... saldré de aquí.

—Bien, tú izquierda, yo derecha. Adiós. —dijo antes de salir corriendo.

No Puedo Quedarme⌠John Winchester joven⌡SupernaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora