Parte 10

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Después de treinta minutos de recorrido, llegaron al edificio donde vivía John. En aquel edificio no había elevador, así que usaron las escaleras, lo cual no fue para nada agotador, ya que solo era el tercer piso. Era un sencillo apartamento de soltero. Tenía lo necesario solo para él, dos sillones con dirección al televisor, una pequeña mesa en la sala, lo básico en la cocina, un baño y una pequeña habitación al fondo del pasillo.

—Es... acogedor —dijo Camille quitándose la chaqueta que le había puesto John en el camino, ya que al solo estar usando una bata, el frío no se hizo esperar. Dejó el abrigo encima del sofá.

—Gracias —respondió John.

La cazadora tomó un poco de la mezcla que había guardado en sus jeans, los cuales había atinado a sacar del hospital a tiempo.

—¿Dónde está...

—Por aquí, —le indicó y ella lo siguió. Abrió la puerta para que pueda pasar— disfruta tu llamada.

Camille rio.

—Ya entramos en confianza, entiendo.

John sonrió.

—Bien, yo... iré a la cocina. —avisó para luego retirarse.

Camille cerró la puerta, luego lanzó lo poco que quedaba de la mezcla hacia el espejo. Recitó nuevamente las mismas palabras y nombró a Dean Winchester. El espejo mostró al cazador y a su hermano conversando cerca de la puerta del baño, en aquel cuarto de motel. Camille al ver que no la notaban decidió llamar su atención.

—¡Oigan, niños! ¡Damisela en peligro!

Los hermanos giraron rápidamente a verla.

—Camille... —susurró Sam acercándose al espejo.

—Debes encontrar una mejor forma de comunicarte con nosotros, ¿qué hubiera pasado si estábamos usando el baño?

—¿En serio? Estoy atrapada en 1975, ¿crees que me importa ver sus traseros? ¿Y por qué se están demorando? Aquí no existe el internet, y no puedo salir tranquilamente a una biblioteca, ¡porque están buscándome!

—Tenemos un caso aquí, la gente no está... muriendo. Pero prometo que estamos trabajando en lo tuyo, —contó Sam con calma— solo debes esperar un poco más.

—¿La gente no está muriendo? ¿Y cómo es eso un problema? ¿Sabían quién sí podría? ¡Su amiga! ¿Perseguida por demonios? Y ahora, no solo yo, incluso ustedes están en peligro. He salvado sus gordos traseros más de cinco veces, así que pónganme primera en su lista de quehaceres.

—Yo estaba pensando en un último recurso si es que el cerebro de Sam no funciona para encontrarte con los agujeros negros, —habló Dean, quien recibió una mirada seria de su hermano. —pero, es... ¿sabías que los ángeles en serio existen?

—Ah, sí, genio, ¿qué crees que es Lucifer?

—Bueno...— dijo pensándolo mejor—cierto, pero ¿te has encontrado con alguno?

Camille frunció el ceño.

—Prometemos ir por ti, Camille— dijo Dean. —Sam tenía un pedazo de tela de tu ropa de cuando estaba obsesionado contigo, — el castaño le dio una mirada seria y luego miró nervioso a Camille— ya lo está usando para rastrearte.

—Genial, —dijo Camille exhalando aliviada.— no saben lo raro que es viajar en el tiempo.

—En realidad, —empezó Dean —lo hicimos hace unas semanas. Vimos a nuestros padres, y al idiota de nuestro abuelo.

La cazadora los miró sorprendida.

—¿Conocieron a John?

Sam frunció el ceño. Nunca le habían contado lo suficiente a Camille como para que lo llamara como si lo conociera, entonces recordó.

—Espera, la primera vez que nos llamaste hoy, ¿ese era nuestro padre?

—Quizás.

Los hermanos la miraron asombrados.

—¿Qué? —dijeron al mismo tiempo.

—Es el único en quien confío aquí. Y en serio intenté alejarlo de esto, pero tiene un extraño imán para lo sobrenatural, y ahora que los demonios lo vieron conmigo...

—Camille, él aún no sabe de lo sobrenatural, debes tener cuidado con lo que le dices o con lo que le pase.

—Gracias a él es que aún sigo con vida —contó Camille —. Y además, no ha visto mucho. Solo estoy quedándome aquí hasta que ustedes encuentren una manera de regresar a nuestro presente.

—Bien... —aceptó Sam.

—Esperen, ¿no dijeron que ya lo habían visto hace unas semanas?

—Sí... —afirmó el castaño.

—¿Y él logró verlos?

—Viajamos a cuando él ya conocía a nuestra madre. Y al final, una cosa llevó a la otra y terminó olvidándonos. —explicó Dean.

—Cuento con ustedes, muchachos. Y prometo no arruinarlo con su padre. Voy a cuidarlo.

—Gracias —respondió el mayor de los hermanos sabiendo perfectamente que Camille siempre cumplía sus promesas.

No Puedo Quedarme⌠John Winchester joven⌡SupernaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora