No Puedo Quedarme⌠John Winchester joven⌡Supernatural

Parte 8

Camille asomó la cabeza antes de salir de la tienda, miró hacia la izquierda, luego derecha. Nada sospechoso. Bien, tal cual le había dicho al joven Winchester, tomaría esta última dirección mencionada. Ella creía que si los demonios volvían a encontrarlos, la seguirían a ella y no al muchacho. Continuó caminando entre algunas personas, todo seguía pareciéndole extraño. 1975. Al tomar ese agujero de gusano jamás creyó poder viajar en el tiempo, pero en fin, eran impredecibles y solo lo usó para sobrevivir, y hasta ahora había funcionado bien. Claro, sin mencionar que casi mata a sus amigos Sam y Dean mucho antes de que nazcan, y que logró un dominó que podría cambiar la línea de tiempo como la conoce. Aunque, los Winchester han hecho cosas peores, pensó.

Relamió sus labios, estaban resecos por la falta de agua, ahora que el "clima" estaba un poco más calmado, empezaba a notar en su cuerpo lo que la adrenalina no le había permitido sentir.

De pronto, sintió un fuerte empujón, el cual la tumbó hacia un callejón. Cayó al suelo, pero como reflejo intentó prevenir golpes peores colocando sus manos, aunque igual se raspara un poco las mismas. Levantó la mirada al instante, vio a una anciana de casi noventa años que le sonreía, y tenía los ojos negros. Era uno de ellos.

—Lo siento, querida, ¿te hice daño?

—Ay, Camille, te ves tan patética como siempre —dijo una de las seguidoras de Drew detrás de ella. Una rubia con el cabello que apenas le llegaba a los hombro.

—¿Ya vas a intentar matarme o seguirás diciendo insultos de niña de cinco años?

Camille como pudo, se puso de pie y al instante jaló con todas sus fuerzas a quien tenía apariencia de anciana, librándose así de las miradas de las transeúntes, ya sabía lo que debía hacer. Sacó su cuchillo mata demonios y la apuñaló, sus huesos relucieron de un color rojo fluorescente. Soltó el cuerpo sintiendo que la mitad de fuerzas que le quedaban, se había agotado.

Luego la rubia se acercó a ella con un cuchillo, pero Camille la bloqueó, le dio un codazo en el rostro que dejó casi inconsciente a su contrincante.

—¡Señorita Camille! —escuchó que exclamaron, cada vez más cerca. —¡Señorita, su collar!

Esto la distrajo un poco, solo atinó a darle una apuñalada no tan profunda a la demonio, pero aún así la dejó inconsciente.

—¡Señorita! —dijeron detrás de ella. Giró rápidamente para encontrarse con John, quien le señalaba su collar en mano. Poco a poco su visión se volvió borrosa. Sintió que el sol la sofocaba.

—Debo... —susurró empuñando su cuchillo, dispuesta a terminar con la demonio aún en el suelo. Pero sus fuerzas se redujeron a cero. —debo...

Al instante cerró los ojos y cayó inconsciente sin poder evitarlo por más tiempo.