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N/A: Gracias por leer esta historia. Kynu, gracias por tu insistencia y por la paciencia el capítulo pasado. Espero que te guste este capi, para ti.

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En ese instante los ojos de Richard se abrieron como platos.

- ¿Papá? – dijo Alexis.

- ¿Alexis? – balbuceó él.

El grupo hizo un silencio mientras el escritor se acercaba despacio a su hija, que dio un par de pasos hacia él.

- ¿Se puede saber que haces aquí? – le preguntó mirando por encima del hombro de él a la veterinaria.

- ¿Sabes? Yo debería preguntar lo mismo, se supone que estabas en un centro de estudios – le dijo algo molesto.

- Vengo a hacer prácticas – contestó ella de inmediato.

Rox comenzó a dirigirse al grupo para evitar que padre e hija siguieran siendo el centro de atención, y Alexis cogió a su padre por el codo obligándole a retirarse hacia un lado alejándose lo suficiente como para que no les oyesen.

- ¿No se supone que estabas en Florida? – preguntó Alexis.

- Bueno… pues estoy en Costa Rica – contestó mostrando enfado - ¿No crees que tengo edad para decidir dónde ir?

- Demasiada casualidad papá – le dijo - ¿Cuánto tiempo llevas en el país?

- Desde el mismo día que tú – le dijo en voz más baja después de unos segundos de silencio.

- ¡Papá!

- ¡Vamos! – contestó él – De no haber sido porque has venido hasta aquí sin que yo lo supiese, no te habrías llegado a enterar.

- ¿Por qué? ¿No te fías de mí? – preguntó ella con los ojos brillantes.

- ¡Claro que me fío de ti! – exclamó enfadado – Pero tenía miedo y prefería estar lo más cerca posible. ¿Por qué no me dijiste que vendrías aquí?

- Intenté llamarte pero tu móvil está apagado – le dijo – y la abuela está en Los Hamptons, y ya sabes que no lleva su móvil a la playa.

Rox había terminado de hablar al grupo y entró en su clínica, desde la que podía oír la conversación de ambos.

- Dime una cosa – dijo la chica - ¿Si Katherine hubiese aceptado tu propuesta de matrimonio habrías venido?

- Claro que sí – le dijo – y seguro que ella me hubiese acompañado.

- Ya. Pues no veo que la estés echando mucho de menos – le reprochó.

- Alexis… fue ella la que dijo que no. ¿Quieres que me pase el resto de mi vida llorando?

- No – contestó ella bajando la voz – pero ya entiendo por qué te dijo que no.

- ¿Ah si? – dijo él molesto.

- Supongo que no querría ser tu tercera exmujer – confesó – está visto todo lo que la querías.

- Estás siendo injusta conmigo Alexis – le dijo – yo la amo, pero no puedo obligarla a que ella sienta lo mismo por mi.

- Déjalo papá, creo que tengo claro lo que he visto.

- Eso no cambia lo que siento por Katherine.

Ambos guardaron silencio. Alexis se abalanzó sobre los brazos de su padre, que la apretó con fuerza besando su cabeza.

- Lo siento mucho papá – le dijo dándole un beso en la mejilla – la abuela y yo siempre pensamos que Katherine y tu acabaríais casados y… Papá ella nos gusta, mucho.

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