FUTURO

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N/E: Si alguien pensó que se había terminado, aquí dejó esto para que podáis despediros también vosotros.💙

N/A: Trinity640, Claudia, Daniela... vuestro epílogo... Perdón por la tardanza, espero que os guste.

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Quince años después...

La mañana era soleada. El sol de otoño aún conseguía caldear lo suficiente el ambiente, aunque de vez en cuando una suave y fría brisa recordaba que eran mediados de Octubre. La misma brisa que juguetona se colaba entre el pelo de Alexis, moviendo aquí y allá varios mechones que aparecían por debajo de su boina negra y que brillaban de forma extraordinaria al sol.

La joven atravesó el jardín y llamó con los nudillos a la puerta. Mientras esperaba dio un par de pasos hacia atrás y echó un vistazo a su alrededor. Le gustaba aquel jardín, el césped perfectamente cuidado, los rosales combinados con gusto en sus colores, el pequeño camino de pizarra negra...

La puerta se abrió y un pequeño torbellino de casi cuatro años, cabellos castaños y rizados se abalanzó contra sus piernas. Alexis la tomó en brazos dándole vueltas besando repetidas veces su mejilla.

- ¡Zoey! Hola pequeñaja...- ¡Que guapa estás con ese vestido!

- Me lo regaló la abuela y me lo he puesto para que me vea y se ponga feliz.

- Claro que sí.

Castle observaba a ambas desde el umbral de la puerta con una media sonrisa entre felicidad y tristeza.

- Cariño, sube a peinarte, Alice te llama - le dijo Richard a Zoey.

La pequeña se dejó besar por Alexis y volvió a entrar en la casa con rapidez, subiendo por las escaleras a toda prisa.

Alexis abrazó a su padre largamente y ambos comenzaron a llorar.

- No sé que vamos a hacer sin ella - dijo Castle.

- Tranquilo papá, todo va a salir bien.

Entraron en la casa. Alexis dejó su abrigo y su boina sobre el sofá de la sala.

- Papá, tienes que ayudarme con la corbata, no me sale el nudo - dijo Nicholas bajando por las escaleras.

Alexis miró a su hermano. Era el vivo retrato de su padre, rubio, con el pelo liso y rebelde como el de su padre, ojos azules y anchas espaldas. Su carácter, pasional y con tendencia a la ensoñación, bromista y cariñoso, también recordaba al Richard Castle que todos conocían. El chico, que a sus catorce años era casi tan alto como Alexis, se lanzó a abrazarla y la chica le llenó de besos la cara.

- ¡Nick! Yo te ayudaré - aseguró Alexis tomando la corbata entre sus manos y mirando el azul profundo de los ojos de su hermano.

- No puedo creer que no vaya a volver a verla Lex - dijo el muchacho.

- Yo tampoco - contestó la joven abrazándole de nuevo intentando consolarse mutuamente.

Alexis terminó de anudar la corbata de su hermano, colocándola y estirando un par de arrugas de su camisa azul.

- ¿Dónde está Ethan? - preguntó Alexis.

Richard suspiró. El menor de sus dos hijos varones, de trece años, era el más parecido en carácter a su madre. No podía saber que era lo que pasaba por la mente de su hijo, puesto que su tendencia a la intromisión lo evitaba. Lo demostró así desde que era apenas un bebé. Jamás se quejaba, apenas lloraba, no demostraba tener miedo a nada, parecía que nada podía afectarle, aunque en el fondo todos sabían que era el más vulnerable de los cuatro hijos de Richard Castle.

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