SORPRESAS

296 18 1
                                    

N/A: Gracias por seguir leyendo...

Alba, este capítulo es tuyo, espero que te guste.

.
Gates había sopesado todas las posibilidades. Todas. Desde la vuelta anticipada de su mejor detective y que todo quedase cómo estaba, pasando por admitir el traslado de un detective de otra comisaria para hacerse cargo del trabajo de Beckett, hasta dar mas responsabilidad a Javier Esposito y añadir un tercer miembro a su equipo.

Finalmente Gates optó por la última opción. Después de haber estudiado los informes del detective de Queens, había algo en ellos que no terminaba de convencerla. Gates era buena en eso. De hecho su experiencia en asuntos internos la precedía. La foto de ese detective… sus ojos… trasmitían algo que no le gustaba, no le parecía sincero, y no iba a permitir que sus chicos pasasen por el calvario de soportar a un sustituto que no le llegase ni a la suela de los zapatos a Katherine Beckett. No lo merecían, por muchos informes favorables que le llegasen.

Sabía que Esposito tenía mucho que aprender. Realmente el hispano era bueno, pero era muy descuidado en los informes y también se dejaba llevar más por su corazón más que por la razón, aunque ponerse siempre del lado de Beckett le había ayudado bastante a ser algo más racional y escéptico que su compañero Ryan.

Tampoco conseguía los resultados de Beckett en los interrogatorios, pero por otro lado, solía hacer caso a su instinto de soldado y las primeras impresiones que se formaba al interrogar a un sospechoso iban casi siempre bien encaminadas.

Era curioso que se hubiese decidido por Esposito después de haberle sancionado junto a Beckett por ocultarle información y actuar por su cuenta, pero, precisamente eso también le daba valor al detective. Se tomaba en serio su trabajo, quería atrapar culpables a toda costa.

Lo que ya no tenía tan claro es quién debería trabajar junto a ellos. Desde hacía un par de meses, un oficial especializado en sistemas informáticos, se estaba abriendo paso poco a poco en su comisaría. Era una mujer, joven y con ganas, Moira Campbell. Por el momento, la chica tan sólo había hecho trabajos de investigación y no estaba asignada a ningún equipo. Gates valoraba su trabajo, era muy rápida y eficaz cuando se trataba de investigaciones que requerían el manejo de cualquier tecnología y desde su incorporación a la doce, habían mejorado los tiempos en obtener datos, al no tener que recurrir a los técnicos que aunque eran igualmente eficaces, no entendían muchas de las necesidades de la policía.

Asignaría a Moira, sí. Lo tenía decidido. Tendría que promocionarla a detective y que pasase su periodo obligatorio de prácticas, mientras que a Esposito tendría que elevarle el grado, pasaría de detective de tercer grado a segundo grado. De momento, Gates no se atrevía a darle el rango de primer grado… quizá con el tiempo si mejoraba en sus defectos…

La capitana se quitó las gafas y las dejó sobre su escritorio, ordenando los informes que acababa de revisar. Miró su teléfono y por un momento dudó, pero finalmente lo cogió y marcó.

- Beckett – contestaron al otro lado.

- ¿Katherine? – preguntó Gates sonriendo – soy Victoria Gates.

- ¡Señor! – contestó la agente – ¡Vaya sorpresa!

- Señor es mi marido – contestó Gates – ya no soy tu superior y no es una llamada de trabajo, así que llámame Victoria por favor.

- Eso me resultará muy raro se… Victoria – se corrigió.

- Lo entiendo – aseguró la capitana – pero cuando decidiste marcharte, finalizó nuestra relación laboral y aunque reconozco que me lo pusiste difícil cuando me asignaron a la doce, te ganaste mi respeto y admiración, y me gustaría saber que tu nuevo trabajo cubre todas tus expectativas. ¿Es así?

Volver A EmpezarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora