shit.

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013| los nervios de vez en cuando son buenos.







Me siento nervioso al notar como la oscuridad nos rodea y nuestra única luz son los faros de la camioneta, observó a Sherry por el espejo y se le puede notar asustada.



— Que bonita está la noche —dice Laila con una voz monótona, ronca, gutural, que puede helar todos tus sentidos— ¿No lo cree señora Dwight?



Sherry salta de su lugar provocando que Eurus sonría de lado, Laila gira a ver a mi esposa provocando que la misma tiemble.


— ¿Tiene frío señora Dwight? —cuestiona ladeando la cabeza, mi esposa niega con la cabeza en respuesta ganándose una sonrisa por parte de la teñida— Pronto llegaremos, debería dejar de temblar.


— Claro... claro...



Ignorando la escena incomoda que se a creado, observó de reojo a Eurus. Su rostro es de total calma, y mantiene todavía la sonrisa en su rostro, muerdo mi labio inferior por un intento de no sonreír por la satisfacción de verla como realmente es.


— Esta bonito el paisaje —comentó recordando que a ella le gusta observar eso.

— Concuerdo contigo Dwight— dice realmente con una voz llena de tranquilidad y paz.



No puedo sentirme más tranquilo a eso, pero como siempre es de esperarse no todo puede durar para siempre y el grito de pánico de Sherry hace que mis sentidos se pongan en alerta. Una horda de mordedores está enfrente de nosotros, y Eurus por un intento de no estampar la camioneta de lleno hacia los muertos, da un volantazo provocando que la camioneta salga de la carretera y comience a rodar por la colina del bosque.




Solo puedo observar cómo el delicado cuerpo de la castaña comienza a moverse sin control, su cuerpo choca con todo lo que está a su paso. Y puedo asegurar que el mío realiza lo mismo hasta que el auto deja caer en picada; el sonido de la bocina comienza a resonar por el bosque a la par que los faros comienzan a parpadear a la vez que el dolor aumenta en mi cuerpo.


— Eurus —la llamo en un hilo de voz.




Y en ese momento supe que todo estaba jodido, porque esta vez lo primero que salió de mis labios fue su nombre y no el de mi esposa, y eso era algo realmente malo.

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