缓和

war.

033| guerra.

En el norte (por así decirlo) se encontraba Ezekiel sosteniendo a Shiva en sus cadenas, mientras que en el oeste se encontraban entre unos cincuenta Alexandrinos, y en el sur estábamos más de la mitad de los salvadores, solo estábamos ahí, sin decirnos nada.

— Veo que lograste traerlos —dice Ezekiel con burla dirigiéndose a Eurus lo cual provoca que ella sonría de lado burlona— Creo que eres buena para convencer a la gente.

— No vengo aquí para bromas, Rey. Yo solamente estoy aquí por algo que nos beneficia a los tres, y eso es la muerde de Negan ¿no es así? —dice enarcando una ceja, extiende los brazos y se encoge de hombros—Solucionaremos eso aquí y ahora.

— Imagine que este Rick Grimes traería a más gente –dice indignado Ezekiel, chasquea los dedos y es en ese mismo momento en que Carol y Morgan sale de la multitud de soldados, portando armaduras— Tengo dos de los suyos aquí conmigo, así que significa que tienen menos gente ¿de qué nos sirven de que estén aquí?

Rick parece afectado ante la presencia de la mujer canosa y el hombre de piel morena, sin embargo, solamente suelta una pequeña risa: — Solamente espera un poco— dice en respuesta.

— Ya basta— interrumpo sus miradas arrogantes de los dos hombres al frente de sus seguidores— Todos estamos aquí por una razón, podemos olvidar que nos consideramos familia —giro para ver a Rick, este apretando los labios agacha la mirad— también podemos olvidar que somos unos Reyes —giro ver a Ezekiel— así como debemos olvidar que somos salvadores —señalo a las personas que están atrás mío— Nosotros hemos sufrido al mando de un hombre que nos causa pavor, hemos perdido familias, amigos, hermanos —miro de reojo a Eurus —nos han causado cicatrices incurables —desvío la mirada culpable— Todos hemos perdido algo gracias a Negan, hoy vamos hacer lo que realmente somos... sobrevivientes. Y realmente yo creo que todos nosotros podemos unirnos, dejemos todo a un lado lo cual nosotros no provocamos, solamente el día de hoy.

— ¡El rubio tiene razón! —grita un desconocido de los hombres de Ezekiel.

— ¡Él si es un líder! —le sigue un Alexandrino.

—Es nuestro líder —habla Eurus con orgullo en sus palabras, me toma del hombro y me da una amplia sonrisa— Es mi novio.

Todos en esta lucha teníamos un propósito, algunos por venganza, viejas amistades, y yo solamente tenía mi motivo de ojos cafés tomándome del hombro.